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Sobre la democracia Intervenida

Eduard Güell

  • Fernández-Albertos, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, señala en este libro que la aquiescencia que los gobiernos estatales muestran ante la imposición de las políticas de austeridad, aplicándolas al margen del debate democrático, es una peligrosa amenaza a la sostenibilidad del sistema político y económico.

Democracia Intervenida. Políticas económicas en la gran recesión, de José Fernández-Albertos

Lo que define la política hoy, es su impotencia. ¿Quién es realmente soberano? ¿Qué consecuencias tiene que no tengamos clara la respuesta a la anterior pregunta? Fernández-Albertos, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, señala en este libro que la aquiescencia que los gobiernos estatales muestran ante la imposición de las políticas de austeridad, aplicándolas al margen del debate democrático, es una peligrosa amenaza a la sostenibilidad del sistema político y económico.

La falta de legitimidad que tienen las políticas que se están imponiendo actualmente provoca un grave problema: ¿quién es responsable de qué? Si una de las cualidades de la democracia es la capacidad ciudadana de rendir cuentas (accountability) a quien ostenta el poder, actualmente hay un vacío de responsabilidad ya que las medidas se imponen desde esferas donde la voz ciudadana no tiene acceso. Estas esferas configuran “sistemas burocráticos de negociación’’ (en términos de Dahl), cuyos líderes no pueden ignorar indefinidamente los límites establecidos por las opiniones y deseos de los gobernados. Este libro, que nace gracias al IBEI y a la Fundación Alternativas, es un llamamiento en esta dirección y una advertencia de las consecuencias que puede tener una reducción de los ciudadanos al papel de figurantes. Archibugi, ya en el 2002, se refería así a este contexto:

‘‘We are not, of course, living in a situation of international anarchy; nevertheless, many of the decisions that affect our lives are taken behind the scenes, by shadowy figures -people over whom neither we nor, it seems, our governments exercise any control.’‘

La tesis que sostiene el libro es que como el ajuste tiene fuertes consecuencias distributivas, para que sea percibido como legítimo y políticamente estable es necesario que sea adoptado mediante procedimientos democráticos. Pero la impopularidad de estas medidas “obliga” a la intervención de la democracia y, por tanto, se deben alejar del debate ciudadano las decisiones que “se tienen que tomar”. Este libro es una crítica a las dos ideas centrales que subyacen a la supuesta necesidad de restringir la capacidad de influencia de los ciudadanos en política económica en los contextos de crisis: ni hay una única política económica posible, ni limitar la influencia de los ciudadanos en ella nos llevará a adoptar respuestas mejores o más sostenibles. Al contrario, el hecho de que cualquier política económica de ajuste tenga implicaciones distributivas hace que su sostenibilidad política dependa directamente del grado de apoyo social. En democracia, las políticas impopulares son inherentemente efímeras. “Son las políticas impopulares, por el mero hecho de serlo, las que nos acercan al precipicio”.

El libro hace especial mención a las consecuencias negativas que tiene la dualización del mercado de trabajo, esto es, la división entre insiders (contratos estables, protección en el empleo, estabilidad) y outsiders (contratos precarios, temporalidad). “Deviene urgente frenar la sangría de puestos de trabajo”, porque cada año que pasa, la recuperación económica logrará incorporar a un número menor de trabajadores, los cuales estarán cada vez menos cualificados. Las crisis, señala el autor, pueden imponer costes permanentes a la economía, la llamada histéresis. El mercado de trabajo español está en serio riesgo de hacer caer en ella a la economía española.

La segunda consecuencia de la persistencia de altas tasas de desempleo es el aumento directo de la pobreza y la desigualdad social. Los datos que muestra Eurostat al respecto son alarmantes. España se ha convertido en el Estado de la UE con más distancia entre las rentas altas y bajas. El coeficiente de Gini que presenta España es el más alto desde que se tiene constancia y sólo es superado por el de Letonia en toda la UE. Otro indicador recogido por Eurostat, la ratio p80/p20, muestra que España, con un 7.5, tiene el indicador más elevado de toda la UE, que tiene una media de 5.7 (ver fuentes al final del artículo).

El autor analiza dos estrategias que se han planteado para salir de la situación actual: el ajuste fiscal unido a la devaluación interna y la profundización en el proceso de integración europea.

Sobre Europa, Fernández-Albertos se pregunta, “¿Por qué no constituirnos en un único país?”. En el libro se estudian dos estrategias para limitar los problemas distributivos entre los países deudores y acreedores europeos: (1) Sincronizar los ciclos económicos y asimilar las estructuras productivas. (2) Difuminar las identidades nacionales y fomentar la identidad Europea. Señala, también con claridad, la necesaria reforma del BCE, el cual, mimetizando al Bundesbank, está únicamente centrado en el control de la inflación y no actúa como el prestamista de última instancia, necesario para la economía española. Además, la unión monetaria genera el grave problema que supone para la competitividad de la economía española el hecho de no poder devaluar la moneda. Corregir la disfuncional unión monetaria y complementarla con una unión política y fiscal deviene urgente.

Para Fernández-Albertos, reducir la desigualdad social y aumentar el grado de internacionalización de la economía sería la manera de dotar de legitimidad democrática las políticas de ajuste. Por un lado, reduciendo la desigualdad social disminuirían las asimetrías de los costes que imponen los ajustes y, por tanto, supone acrecentar el consenso social. Y por otro lado, internacionalizando la economía las preferencias de los sectores internacionalizados y las del país en su conjunto apenas son diferenciables, “minimizando el riesgo de conflicto entre las demandas de los mercados globales y las demandas sociales domésticas.” Estas estrategias, por tanto, limitarían la tensión entre las exigencias que impone la participación en el euro con la necesidad de repartir los costes del ajuste de una forma socialmente aceptable.

Ahora bien, estas estrategias de nada sirven si son impuestas y no provocan una apertura democrática en los órganos de decisión europeos. Si persiste el vacío de legitimidad, la desestabilización del sistema político y económico dejará de ser un riesgo para convertirse ahora sí, en la rendición de lo político. Porque al final, como afirmó Jean Monnet, “nada es posible sin los hombres, nada es duradero sin las instituciones”.

Más sobre la cuestión del libro

-Documento que se acaba de publicar en la Fundación Ideas de Josefa Calero y Reyes Maroto sobre “Los efectos del ajuste fiscal en las economías periféricas de la zona euro”.

-Blog de economía Nada es gratis.

-Ratio p80/p20 actualizado y Coeficiente de Gini actualizado, fuente Eurostat.

-Dani Rodrik en Project Syndicate sobre el conflicto entre democracia y globalización.

-La genética introvertida de la Unión Europea, artículo de José Ignacio Torreblanca en Política Exterior.

-Ebook gratuito ofrecido por la revista MicroMega donde se estudian y analizan las políticas de austeridad a nivel europeo.

-La izquierda necesaria. Contra el autoritarismo posdemocrático, último libro de Josep Ramoneda

-Tráiler de la película The Brussels Business, donde se investiga el poder de los lobbies en las instituciones europeas.

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