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Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

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Esquivar a la horca en Irán, el partido más difícil de Amir.

amir nasr azadani futbolista iran

Carlos de las Heras, responsable de Deporte y Derechos Humanos en Amnistía Internacional España.

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Amir fue detenido en noviembre de 2022. Junto a él, Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi. Todos ellos estaban participando en manifestaciones en la ciudad de Isfahán durante la oleada de protestas que desencadenó en todo el país la muerte bajo custodia de Mahsa Amini. Fueron acusados de moharebeh o “enemistad con Dios”, algo que en Irán puede acarrear la pena de muerte, por presunta tenencia de un arma de fuego.

Majid, Saleh y Saeed fueron torturados en prisión, sometidos a simulacros de ejecución, les amenazaron con matar a sus familiares y les obligaron a “confesar”. En un mensaje de audio que Majid logró enviar a su familia desde la prisión, contaba cómo se había visto obligado a realizar declaraciones autoincriminatorias falsas después de que los interrogadores lo golpearan, lo sometieran a descargas eléctricas y lo amenazaran con violarlo. También lo sometieron al menos a 15 simulacros de ejecución haciéndole subirse a una silla y colocándole una soga alrededor del cuello, y bajándolo en el último momento.

El juicio de Majid, Saleh y Saeed duró cuatro días y estuvo lleno de deficiencias y falta de pruebas. En los días previos A Majid lo amenazaron con matar a sus hermanos si no aceptaba los cargos y “confesaba” lo que le dijeran. En otro mensaje de audio, grabado en la prisión de Dastgerd, donde estaba recluido, se escucha a Majid decir: “Juro por Dios que soy inocente. No llevaba ningún arma. [Las fuerzas de seguridad] no dejaban de golpearme y ordenarme que dijera que esta arma es mía. […] Les dije que diría lo que quisieran, pero que por favor dejaran en paz a mi familia. Hice lo que ellos querían por la tortura”.

En ese mismo juicio también estaba acusado Amir Nasr-Azadani. Amir es un futbolista iraní de 27 años. Ha jugado en algunos de los clubes de fútbol más importantes de Irán, como el Tractor Sazi, de la Pro League, equipo al que entrena Paco Jémez, el Rah-Ahan y el Gol Rayhan. Su último club fue el Irnajavan, de segunda división.

Fue detenido en noviembre de 2022, junto a Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi, por su participación en las protestas. Según medios independientes, tanto el deportista como su familia habían sido denunciados ya en varias ocasiones por su apoyo al movimiento contestatario que surgió en septiembre de 2022, tras la muerte de la joven Masha Amini bajo custodia policial y detenida por llevar mal puesto el velo.

Su caso tuvo mucha repercusión, especialmente durante la celebración del Mundial de Qatar 2022, en diciembre, cuando se anunció su detención. La Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales -FIFPRO- emitió un comunicado expresando preocupación por la situación de Amir e incluso cantantes como Shakira pidieron a la FIFA que actuara en defensa de Amir.

Según la Agencia de Noticias de la República Islámica de Irán -IRNA-, fue acusado de ser miembro de un “grupo armado” involucrado en la muerte de tres agentes de seguridad durante las protestas en la ciudad de Isfahán, en el centro de Irán. La diferencia con los casos de Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi es que fue juzgado por “complicidad en la guerra contra Dios”, y declarado culpable de “traición a la patria”. Esta acusación, y no la de “enemistad con Dios” le salvo de la horca. Fue condenado a 25 años de prisión, de los que es posible que tenga que cumplir 16, en función de la aplicación de varias leyes iraníes sobre duración de las condenas.

El 17 de mayo, las familias de Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi recibieron una llamada de la prisión de Dastgerd, donde estaban encarcelados. Les citaban para una visita. Durante esa visita, las autoridades penitenciarias les comunicaron que se trataba de la última. Hoy, 19 de mayo, al amanecer, han sido ejecutados, en un claro acto de venganza contra una generación que se ha levantado en Irán, exigiendo derechos y libertades; en una prueba más de que las autoridades están adoptando medidas cada vez más violentas y extremas para atormentar y aterrorizar a la población. Todo con un mismo fin: acabar con las protestas a cualquier precio e imponer el silencio y la sumisión mediante la fuerza.

Irán ejecutó a más de 570 personas el año pasado, un 83% más que en 2021. En lo que llevamos de 2023, más de 100 personas han sido ejecutadas, muchas de ellas por delitos no violentos. Para Majid, Saleh y Saeed ya no habrá justicia. Y puede que no sean los únicos: hay más de 20 personas en prisiones de Irán que corren el riesgo de ser ejecutadas en cualquier momento por su participación en protestas. Más de 20 personas a las que se les ha negado el derecho a acceder a una defensa adecuada y condenados en juicios en los que se han usado “confesiones” obtenidas bajo tortura y sin ni siquiera ser considerados inocentes hasta que se demostrara lo contrario.

Amir pudo esquivar el camino de Majid, Saleh y Saeed. Sin embargo estará encarcelado en una prisión de Irán durante al menos los próximos 16 años. Todo por defender los derechos de las mujeres y las libertades en su país.

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