Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
La corrupción no es política, es humana
Mi primer trabajo después de graduarme de periodismo por la Universidad de Sevilla fue en el gabinete de comunicación de UGT Andalucía. Corría el año 2011, y a mis tiernos 23 añitos, fui testigo de los muchos momentos en que un sindicato es necesario en un sistema capitalista.
Sin embargo, junto con las manifestaciones, huelgas, visitas a la Corrala Utopía y aplaudir haciendo gestos con las manos en las reuniones del 15M en Las Setas de Sevilla, vino muy pronto a mi vida la corrupción.
No que yo tuviera nada que ver, obviamente, con el fraude de facturas falsas por el que el sindicato ha terminando llevando al Supremo su acuerdo con la Junta de devolver 36 millones para evitar responder por aquel fraude por el que varios responsables fueron condenados. Pero las personas que desde 2013 empezaban a salir en la prensa acusadas de estos delitos eran las mismas que yo veía por las mañanas en el bar de los desayunos.
Tal fue el impacto que tuvo en mí este asunto que ese verano dejé mi trabajo (con lo difícil que era conseguir uno en esa época) para irme a vivir a Chile. Y el resto es historia.
Las personas de izquierdas ven a los políticos de derechas como más corruptos, y a la inversa. Si eres de derechas, tenderás a disculpar las corruptelas de los políticos que te representan como “pecadillos” y verás a los de izquierdas como grandes corruptos.
En aquellos años en que me cruzaba por los pasillos con personas que a día de hoy están en la cárcel por fraude aprendí que la corrupción no es política ni ideológica: la corrupción es humana.
Esto lo escribo mirando dos titulares, ambos publicados este martes 18 de noviembre: La UCO sitúa a Cerdán en reuniones con Acciona “como enlace de Transportes” para el presunto amaño de obras y Comisiones por vender mascarillas y coches de alta gama: la trama que acorrala al PP de Almería.
Cuando miras estos titulares, ¿ves alguna diferencia? ¿Te parece uno mejor o peor que el otro?
Según este estudio realizado en Brasil, la orientación política puede influenciar la percepción de la corrupción en un sistema polarizado. Es decir, las personas de izquierdas ven a los políticos de derechas como más corruptos, y a la inversa. Si eres de derechas, tenderás a disculpar las corruptelas de los políticos que te representan como “pecadillos” y verás a los de izquierdas como grandes corruptos.
Nuestro sesgo ideológico puede hacer que veamos unos casos de fraude peores que otros, pero esa es nuestra percepción. Estudio tras estudio se ha demostrado que no hay una relación entre la ideología de un partido político y la prevalencia de la corrupción.
Como dice Ramon Soriano, profesor emérito de la Universidad Pablo Olavide, “La corrupción política es omnipresente y persistente; está en toda clase de sociedad, en todos los sistemas políticos; y no solamente está, sino que no se va”.
No votes al partido que te diga que le votes porque ellos no son corruptos. Vota al partido que te diga que va a cambiar las leyes para que el que la haga, la pague.
¿Qué es lo que lleva a una persona que tiene unos ideales democráticos y de ayudar a su comunidad –aunque sea de diversa manera– a corromperse?
Porque tú y yo, que no somos políticos, ni tenemos poder económico más allá de pedir unas bragas por Amazon, no podemos imaginarnos por qué estos altos cargos a quienes hemos confiado nuestro futuro harían algo así.
Un factor determinante que los científicos sociales han encontrado en esto de la corrupción es el género. Da igual cÓmo lo pongas, las mujeres tienden a ser menos corruptas que los hombres. Pero, como todo en las ciencias sociales, es probabilístico. Es decir, las mujeres serán corruptas menos veces, pero también lo serán.
Las ciencias sociales, que estudian este tipo de eventos, son falibles como cualquier otra ciencia. Un artículo publicado este mismo 2025 compara la literatura académica en torno a la corrupción de los últimos 30-40 años. Al final, concluyen que “la implementación de una política regulatoria efectiva, códigos de conducta pertinentes [en los partidos] transparencia política y burocrática y unas medidas efectivas anticorrupción” es lo único que puede ayudar a la situación política a nivel mundial.
En menos palabras, no votes al partido que te diga que le votes porque ellos no son corruptos. Vota al partido que te diga que va a cambiar las leyes para que el que la haga, la pague.