Haciendo amigos

Valenciano, Jesucristo, el Che, Felipe, Mariano y el Atleti. A ver si nos aclaramos. Elena ha sacado a pasear a sus tres ídolos juveniles y se la están dando mortal en la plaza pública. El Rajoy se quita el sombrero ante los colchoneros pero confiesa que prefiere que gane el Madrid. El Cholo Simeone se teme lo mejor. “No puedo ser un optimista absurdo, pero tampoco un cenizo”, Mariano dixit. Sin comentarios.

A John Lennon ya le birlaron del contexto aquello de que “los Beatles son más importantes que Jesucristo”. Los “miedos” de comunicación del siglo pasado, que vendían mucho más pescado que los actuales, crucificaron a los melenudos de Liverpool, a quienes, en verdad, les salió gratis la campaña de promoción. Obladí obladá.

La Valenciano ha querido decir que de chavalita tenía tres posters en su cuarto, uno de Jesucristo, otro del Che y la foto de Felipe con las patillas canosas. En la quinta dimensión. Ha olvidado mentar la candidata las pegatinas de los Pecos y los singles de Mecano. La gente, que suele ser muy insolente, no admite el alcance histórico del potente tridente, ni siquiera recuerda que el neoliberalismo del señor Guevara nos ha buscado la ruina y que fue Jesucristo el que nos metió en la OTAN a cambio de dejarnos pasar al maldito mercado común. La UE.

Mariano: “Hoy tenemos un horizonte claro de cara al futuro”. Lo tenemos claro.

Rajoy: “Evitamos el rescate cuando estábamos al borde de la quiebra”. Cuidado con el Mundial. A este hombre le da por rescatar bancos la tarde del partido.

Mariano: “La reforma laboral supone una alternativa al despido”. La tarde de su alternativa, el despido cortó dos orejas y rabo.

Mariano: “Hay que ser realista y equilibrado”. También se puede ser atlético y desconcertado.

Rajoy: ¿EPA o INEM? “¡INEM, sin duda, que está vacío!”.

De vuelta a Valencia, barruntamos cierto recochineo. Jesucristo, el Che y Felipe en lo alto del yate, en calzonas, fumándose un puro, qué maldad. Para más inri, el personal intercambia estampitas en la red, sin piedad, con un montón de optimismo absurdo, y ya se sabe cómo se las gastan los intrépidos internautas en el hueco de la mañana. Hasta Gandhi entra en liza: “Me encantan los chicharrones metidos en manteca”. Y Carlos Marx, indignado, comparte un comunicado oficial desde el Olvido. To'l mundo dándole al “me gusta” y rajando luego por detrás. Lo típico. Haciendo amigos.

Fuentes absolutamente insolventes filtran por lo bajini que los responsables de imagen de la campaña a las Europeas de Valenciano le han susurrado al oído que la próxima vez diga: Extremoduro, los Ramones -que despachan más camisetas que el Che y son más chulas- y Pablo Iglesias, el de Podemos.

Podemos pedir a Mariano y Elena que fumen menos cosas raras. Podemos exigir, desde ya, a quien corresponda, el salario máximo interprofesional. Seamos equilibrados. A ver si así quedamos y ajustamos cuentas.