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El relevo generacional en la agricultura española
La agricultura española atraviesa un momento decisivo marcado por la necesidad urgente de un relevo generacional. Este proceso, entendido como la incorporación progresiva de jóvenes al sector agrario en sustitución de una población envejecida, representa un desafío estructural con importantes implicaciones sociales, económicas y territoriales. Asegurar la continuidad del sector agroalimentario depende en gran medida de la capacidad de atraer y mantener nuevos agricultores que garanticen la sostenibilidad de las explotaciones y del medio rural.
En la actualidad, el campo español presenta un preocupante envejecimiento de su fuerza laboral. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), más del 55% de los titulares de explotaciones agrarias tienen más de 55 años, y sólo en torno al 8% son menores de 40 años. Esta descompensación generacional pone en peligro no sólo la continuidad de muchas explotaciones familiares, sino también el equilibrio demográfico de las zonas rurales.
Además, esta situación se ve agravada por la creciente despoblación del medio rural, la falta de oportunidades laborales para los jóvenes y la escasa percepción social del valor estratégico de la agricultura.
La incorporación de jóvenes al sector agrario se enfrenta a múltiples dificultades:
- Acceso limitado a la tierra: La elevada concentración de la propiedad y el elevado precio de la tierra dificultan el inicio de nuevos proyectos agrarios.
- Financiación insuficiente: Muchos jóvenes carecen de los recursos económicos necesarios para invertir en maquinaria, instalaciones o ganado, y tienen dificultades para acceder a créditos. Ayudas específicas para jóvenes y mujeres.
- Burocracia y normativa compleja: Los trámites para iniciar una actividad agraria o acceder a ayudas públicas pueden ser desalentadores.
- Condiciones laborales exigentes: La percepción de bajos ingresos, largas jornadas y poca estabilidad actúa como un desincentivo.
- Brecha formativa y tecnológica: Aunque existen avances, no todos los jóvenes acceden fácilmente a la formación agraria, desarrollo de programas de formación eminentemente práctica, asesoramiento personalizado y acceso a las tecnologías de la agricultura 4.0.
A nivel nacional y europeo, existen diversas medidas para fomentar el relevo generacional:
- Ayudas de la PAC: La Política Agraria Común contempla pagos directos y subvenciones específicas para jóvenes agricultores que se incorporan por primera vez.
- Programas regionales: Las comunidades autónomas ofrecen ayudas complementarias, formación específica y asesoramiento técnico.
- Formación profesional agraria: Existen en las diferentes Comunidades Autónomas Centros de Formación Agraria dedicados a impartir programas que pretenden dar respuesta a las necesidades de formación continua del sector primario. En Andalucía los Centros de Investigación y Formación Agraria y Pesquera adscritos al IFAPA, antiguos Centros de Capacitación Agraria, distribuidos por diferentes provincias andaluzas, forman a jóvenes en programas que tratan de dar respuesta a las necesidades formativas de los diferentes subsectores productivos. Esto requiere la innovación permanente en recursos y personal e inexcusablemente la dotación presupuestaria necesaria en cada ejercicio económico. Las fincas experimentales de estos Centros posibilitan una formación aplicada en un contexto real de empresa agraria en funcionamiento.
- Proyectos LEADER y desarrollo rural: Promueven el emprendimiento y la diversificación económica en el medio rural mediante iniciativas locales.
Más allá de las dificultades, el relevo generacional también presenta oportunidades. Los jóvenes que acceden al sector suelen hacerlo con una mentalidad empresarial, apostando por la sostenibilidad, la innovación y la diversificación. La digitalización del campo, el interés creciente por los productos locales y ecológicos, y la valorización del medio rural son factores que pueden contribuir a hacer del campo un espacio más atractivo para emprender.
Asimismo, la incorporación de mujeres jóvenes y la promoción de una agricultura más inclusiva y profesionalizada son claves para garantizar el futuro del sector.
El relevo generacional en la agricultura española no es sólo un reto sectorial, sino una cuestión estratégica de país. Asegurar el mantenimiento de las explotaciones agrarias, la producción de alimentos y la cohesión territorial requiere políticas públicas ambiciosas, inversiones sostenidas y un cambio en la percepción social del trabajo agrícola. Apostar por los jóvenes en el campo es apostar por el futuro.
Es necesario trabajar para incluir medidas que sirvan a la futura estrategia europea de relevo generacional, que el comisario europeo de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, ha anunciado que presentará en septiembre.
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