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Retos agrícolas para 2024

Valle de Los Pedroches.

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 El mundo está protagonizando una transformación radical que, lejos de detenerse, se intensificará en los próximos años. Esta transformación se puede observar claramente en el sector agrícola español, que en apenas unas décadas ha dado un gran salto hacia adelante pasando de ser un sector  tradicional a uno mucho más avanzado y competitivo.

Ahora bien, las tendencias nacionales e internacionales a las que tendrá que hacer frente el sector agrícola español en los próximos años y décadas suponen un reto importante, cuya gestión determinará su futuro y éxito en el medio y largo plazo. En este sentido, la agricultura tendrá que adaptarse para ser capaz de satisfacer una demanda creciente y con hábitos, necesidades y preferencias cambiantes.

La agricultura ha sido fundamental para el desarrollo de la raza humana y la evolución de las civilizaciones. Pero en un planeta superpoblado, con el cambio climático amenazando nuestro bienestar y la digitalización, son varios los retos que desafían el futuro de la agricultura.

La actividad agrícola es determinante para nuestra supervivencia, pero actualmente está condicionada por numerosos factores que se presentan como los principales retos agrícolas para el 2024.

Estos retos, sin embargo, ofrecen oportunidades para la innovación y el avance tecnológico del sector primario.

Aunque, en general, los desafíos del sector agrícola son globales, España cuenta con unas características propias que definen su futuro, entre las que destaca la diversidad de cultivos gracias a su variedad climática y de suelos. Los más habituales son los cereales (trigo, maíz o cebada), olivos, viñedos, las frutas o las hortalizas (tomates, cebollas, pimientos…).

En términos cuantitativos, la agricultura es hoy en día la segunda industria con mayor peso de España, después del turismo. En los últimos años, la producción se ha diversificado, destacando el potencial de la agricultura ecológica y las exportaciones.

La falta de formación, el relevo generacional, la dependencia de las ayudas europeas o los desafíos medioambientales son los principales problemas a los que se enfrenta el sector en España, que deberá buscar soluciones basadas en la sostenibilidad, la eficiencia y la productividad.

Son precisamente esos pilares de sostenibilidad, eficiencia y productividad sobre los que se asientan las tendencias agrícolas que marcarán el futuro. Para hacer frente a los retos que presenta el planeta a nivel global, el sector de la agricultura de los próximos años estará influenciado por factores como el cambio climático, la tecnología o las nuevas crecientes demandas del mercado.

Las principales tendencias que definirán el futuro de este ámbito son la digitalización, la agricultura regenerativa, la agricultura vertical, la agricultura de precisión, la economía circular o el desarrollo de nuevos cultivos.

Como en muchas otras industrias, la digitalización es un pilar fundamental para el futuro de la agricultura. El objetivo de aplicar las nuevas tecnologías al campo tiene como meta mejorar la eficiencia de los cultivos, optimizar los recursos disponibles y conseguir un ecosistema más sostenible.

Las principales tendencias en materia de digitalización son: 

Inteligencia artificial (IA): a través de las herramientas de big data y del machine learning, la IA se aplica a través de algoritmos que permiten detectar enfermedades, analizar las necesidades de los cultivos y avanzar en agricultura de precisión.

Sensores y monitoreo remoto: el objetivo es conocer qué ocurre en los cultivos en tiempo real para tomar decisiones que permitan optimizar los recursos y aprovechar el rendimiento del campo al máximo.

Maquinaria autoguiada: tractores o sistemas de riego se programan para que trabajen de forma autónoma.

Automatización y robótica: siguiendo la línea del punto anterior, la introducción de robots y máquinas autónomas tiene beneficios en tareas como la siembra o la recolección.

Drones: los sistemas aéreos no tripulados se utilizan para varias funciones, como sistemas de riego, para aplicar pesticidas a los cultivos o para vigilar las cosechas y evitar incidencias.

La sostenibilidad es la clave de la agricultura regenerativa como tendencia para el futuro. A grandes rasgos, consiste en restaurar y mejorar la salud del suelo, la biodiversidad y la calidad de los recursos naturales para favorecer la producción de alimentos saludables. Al mismo tiempo, aboga por la creación de comunidades agrícolas, siguiendo un principio de economía circular y social.

Los principios que sigue este tipo de agricultura se enfocan en minimizar el impacto

sobre el suelo, mejorar la fertilidad o diversificar los cultivos. Todo ello a partir de la reducción de maquinaria pesada, utilizar abonos ecológicos, y verdes o mantener las cubiertas vegetales.

La agricultura regenerativa sigue los principios de la agricultura tradicional con procesos menos agresivos, optimizando los recursos naturales, sin químicos y apostando por la biodiversidad del suelo como elemento de riqueza para los cultivos.

La agricultura vertical constituye una de las tendencias agrícolas más innovadoras. Una nueva forma de cultivar que da respuesta a los problemas del espacio, especialmente en las grandes ciudades. En este tipo de cultivos se utilizan las técnicas más avanzadas para optimizar los recursos y aumentar la efectividad. 

Algunas de las características más relevantes de la agricultura vertical son: entornos controlados como invernaderos o instalaciones cerradas; sistemas de riego de precisión y apilamiento de los cultivos para aprovechar el espacio. 

Todo ello con el uso de las tecnologías más punteras, muy ligadas al concepto de la digitalización. En general, este tipo de agricultura se relaciona con cultivos especializados, habitualmente de pequeño tamaño.

La agricultura de precisión se basa en la toma de decisiones a partir del análisis detallado de los cultivos, sus características y recursos para mejorar la eficiencia, aumentar la productividad y reducir el impacto ambiental del sector.

Para llevar a cabo este objetivo se vale de herramientas como sensores, drones, satélites y maquinaria automatizada. Del mismo modo, también emplea el uso de datos para aplicar conceptos de inteligencia artificial y abordar las necesidades específicas de cada cultivo.

Este tipo de agricultura permite a los profesionales adaptarse a las circunstancias y responder a las variaciones en tiempo real, contribuyendo a la sostenibilidad del sector agrícola.

La economía circular se basa en el aprovechamiento de los desechos, el reciclaje de nutrientes o la reutilización de residuos. La filosofía de base se asemeja al concepto de las tres R (reducir, reutilizar y reciclar). 

El objetivo es buscar un enfoque sostenible y maximizar la eficiencia de los recursos. Difiere del modelo tradicional en que la economía circular promueve una conciencia sobre el futuro del planeta en cada paso de la cadena de producción.

  Todas estas tendencias agrícolas que marcarán el futuro del sector están alineadas con el objetivo de hacer frente a los retos de la agricultura, que son, en general, los grandes desafíos que se presentan actualmente para todo el planeta.

Abordar los principales retos del futuro requiere de un enfoque integral en el que los profesionales y los gobiernos apuesten por la innovación y la investigación como piezas sobre las que construir las soluciones.

El futuro del sector agrícola pasa por la construcción de una estrategia que coordine y oriente el esfuerzo y la actuación de los principales agentes e instituciones hacia un mismo objetivo: la sostenibilidad económica, social y medioambiental del sector.

   La agricultura del futuro exige la incorporación y actualización de la tecnología para  

hacer del campo una actividad productiva sostenible. La inversión realizada en esta dirección permitirá responder a la demanda creciente de productos.

La actividad de los pequeños y medianos agricultores así como de los productores extensivos recibirá la presión de producir más con menos costos. En consecuencia se requerirá actualización y manejo de Big Data.

Los productores exitosos tienen en las empresas de servicios agrícolas la disponibilidad del talento humano necesario para implementar la agricultura inteligente.

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