Andalucía Opinión y blogs

Sobre este blog

Ucrania en las aulas

Antonio Lobato, área de Educación y de Solidaridad Internacional de la APDHA

0

Estamos viviendo tiempos convulsos. Da la sensación que pasamos de una crisis a otra sin solución de continuidad. Aún inmersos en la pandemia interminable, nos ha sorprendido la guerra. Las terribles escenas de los bombardeos, de los combates, y de su repercusión en la población civil está estos días permanentemente en nuestro pensamiento. Una población civil obligada a refugiarse en sótanos y a huir del conflicto, provocando una crisis de refugiados de dimensiones incalculables.

Si hay algo que tenemos claro en la Escuela es nuestra firme apuesta por la convivencia y la paz. No podemos permanecer en silencio ante esta tragedia y debemos expresar nuestra más enérgica condena a esta guerra, a todas las guerras. Queremos también transmitir a toda la comunidad educativa, a escuelas e institutos, la necesidad de tomar partido, de posicionarse. Por muchas razones:

Porque pensamos que la escuela tiene que estar en estrecho contacto con la realidad social, hay que derribar los muros del colegio para que la actualidad penetre y esté presente en el aula.

Porque no creemos en el distanciamiento, en esa extraña neutralidad que muy a menudo vivimos en las aulas ante conflictos cotidianos como el racismo, la homofobia o la xenofobia, y que no hace más que perpetuar el sufrimiento de quienes son más vulnerables.

Porque nuestro alumnado necesita poder verbalizar lo que siente. Porque es necesario trasladar al aula lo que oye en casa, en la calle, en el patio. Vamos a darles la oportunidad de que se expresen en un espacio sereno, donde puedan contar lo que sienten, sus miedos, sus ideas, para debatirlas con los compañeros y compañeras, con los profes. Les ayudará a entender.

Porque hay que pronunciarse firmemente en una postura crítica hacia la violencia, hacia la guerra. La Escuela es un espacio de Paz y hacia ella hemos de dirigir todos nuestros esfuerzos.

Porque hay que despertar la empatía hacia las víctimas. Tienen que tomar conciencia que niños y niñas como ellos han tenido que abandonar su casa, su familia y están caminando en unas condiciones terribles hacia las fronteras. Son las personas refugiadas. Recordarles que antes fue Siria y fue Afganistán, ahora Ucrania.

Hablarles de la obligación que tenemos los otros países de acogerlas, de protegerlas en unas condiciones de dignidad. Por el tiempo que sea. Y decirles que no siempre ha sido así, basta recordar los enormes campos de refugiados en Grecia, y las fronteras cerradas de Europa.

Porque ya se está hablando de rusofobia, y es necesario que comprendan que el pueblo ruso no es Putin. Y que hay muchas personas rusas, también niños y niñas como ellos, que están en contra de la guerra y que se la están jugando para manifestar esta opinión. Son unas y unos valientes.

El ataque de Rusia a Ucrania es para la sociedad, y también para la Escuela, un punto y aparte. Tenemos que dar un paso al frente e implicarnos todos y todas en la construcción de una sociedad sin guerras y sin violencia, una sociedad asentada en el respeto a los derechos humanos.

Porque nuestro alumnado, nuestras familias, nuestra comunidad educativa es mucho más capaz de lo que nos parece a veces. Démosle la voz y que hagan sus propuestas. No podemos olvidar que el alumnado, ellos y ellas, son el futuro; solo ellos pueden acabar con la guerra, con todas las guerras.

Vamos a hablarlo.

Estamos viviendo tiempos convulsos. Da la sensación que pasamos de una crisis a otra sin solución de continuidad. Aún inmersos en la pandemia interminable, nos ha sorprendido la guerra. Las terribles escenas de los bombardeos, de los combates, y de su repercusión en la población civil está estos días permanentemente en nuestro pensamiento. Una población civil obligada a refugiarse en sótanos y a huir del conflicto, provocando una crisis de refugiados de dimensiones incalculables.

Si hay algo que tenemos claro en la Escuela es nuestra firme apuesta por la convivencia y la paz. No podemos permanecer en silencio ante esta tragedia y debemos expresar nuestra más enérgica condena a esta guerra, a todas las guerras. Queremos también transmitir a toda la comunidad educativa, a escuelas e institutos, la necesidad de tomar partido, de posicionarse. Por muchas razones: