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En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.

Estimado agente de policía: recuerda que cuando el populismo entra por la puerta, el estado de derecho sale por la ventana

La plataforma 'Stop Desahucios' durante una manifestación

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De todos es sabido que cuando los gobiernos no cobran impuestos a los que más tienen, los servicios públicos se resienten porque no hay dinero para mantenerlos. Por eso, cuando un gobierno defiende los intereses de los poderosos suele decir que hay que bajar impuestos y recortar servicios públicos.

Cuando pensamos en recortes de servicios públicos suele venirnos a la cabeza los estragos que llevan haciendo en sanidad o educación, pero nunca tenemos en cuenta la administración de justicia. Quizá porque la justicia se percibe como algo inmaterial que no tiene nada que ver con el dinero, y sin embargo, lo cierto es que para su administración a la justicia también le hace falta contar con recursos, sobre todo si la queremos rápida y eficaz.

Cuando nos recortan en sanidad y educación, empujan al que pueda a pagar nuevamente el servicio para que acuda a la privada. Pero cuando nos recortan en justicia, nos obligan a sufrir retrasos que provocan que la gente deje de creer en el sistema de justicia en sí mismo porque, ya se sabe: “una justicia lenta es injusticia”.

Un país que no invierte en justicia se convierte en carnaza para el populismo televisivo, las empresas de alarmas y la policía privada, la que te resuelve tus problemas por la vía rápida

Un país que no invierte en justicia se convierte en carnaza para el populismo televisivo, las empresas de alarmas y la policía privada, la que te resuelve tus problemas por la vía rápida. Lo que ocurre es que, mientras que con la privatización de la sanidad te mueres en la puerta del hospital por no poder pagar facturas de miles de dólares (como pasa en Estados Unidos), con la privatización de la justicia son bandas mafiosas las que hacen el trabajo y te garantizan que tendrás la razón. Porque si contratas a una banda de matones mafiosos que acosen, humillen, insulten y amenacen a tu inquilino, ya no tendrás que ir a un juzgado a demostrar que te debe algunos recibos de renta. Bastará que lo digas para que así sea. Y si mañana tienes una mejor oferta para tu piso, ¿qué más da que tu inquilino se encuentre al día de la renta? Si no quiere marcharse alegando que tiene un contrato en vigor, bastará que tú digas que te debe dinero para llamarlo okupa. Luego, contratas una empresa de mafiosos “legales” de esas que te garantizan que en tres días tu inquilino está en la calle, y ya tienes el contrato resuelto. Ya puedes alquilarlo al mejor postor, ¡qué importa si un contrato os vinculaba! ¡Es solo un papel!

Es solo un papel: repite en las redes la ultraderecha cuando defiende que los inquilinos morosos son okupas. Dicen que “si alguien utiliza mi casa sin pagar, es un okupa y puedo echarlo a la calle”. Dicen, refiriéndose al contrato de arrendamiento que “los inquilinos morosos no pueden esconderse detrás de un papel”.

Ah, ¿sí? ¿Y cómo se demuestra que eres propietario, si puede saberse? ¿Quizá con un papel llamado título de propiedad? Ah, vale. Además, igualmente el inquilino podría decir que lo pretendes echar de su domicilio porque “hay un papel que dice que debo algo”. Y eso también es un papel. De hecho, ese papel (la sentencia, después de un pleito donde ambas partes han podido demostrar sus alegaciones) es imprescindible para saber que tú no te estás inventando que te deben la renta, solo porque quieres alquilar tu piso a un mejor postor.

Quizá, algún lector o lectora que haya tenido la paciencia de llegar hasta aquí sea policía. Ojalá, porque sobre todo este artículo está dedicado a ellos: porque me consta que hay muchos policías que son gente de buena fe

Quizá, algún lector o lectora que haya tenido la paciencia de llegar hasta aquí sea policía. Ojalá, porque sobre todo este artículo está dedicado a ellos: porque me consta que hay muchos policías que son gente de buena fe que no cree, o le cuesta creer en el sistema judicial. Por eso, cuando las asociaciones de inquilinos o de defensa del derecho a la vivienda denuncian las tropelías de las empresas que se autodenominan anti-okupas, a algunos policías cuando se personan les cuesta trabajo identificar quiénes son las víctimas. Y, sin embargo, la cosa está clara: la víctima no es quién dice tener derecho a que le restituyan la posesión de una vivienda (pero todavía no lo ha demostrado en un juzgado). Las víctimas son aquellas familias que habitan un inmueble y son objeto de coacciones, vejaciones y amenazas. Eso es un delito flagrante y hay que actuar en ese momento. Si hay un grupo de forzudos con esvásticas que impiden a los inquilinos el paso a su domicilio, no podemos pensar que el propietario dice que le deben la renta. Ese es el trabajo de los jueces. Vuestro trabajo es detener a los mafiosos que acosan, coaccionan, insultan y amenazan. Y hacerlo allí mismo, in situ, sin necesidad de que las víctimas acudan a denunciar a comisaria porque se trata de un delito flagrante.

Por lo tanto, cuidaos del populismo, luchad contra la desinformación y los fakes, no vaya a ser que terminéis por no defender a vuestro pueblo, que de seguro fue la vocación que os llevó a prestar ese servicio a la comunidad.

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