Un plan director para el olivar con más de tres años de retraso
Más vale tarde que nunca. Eso parecen decir la mayoría de las organizaciones agrarias al Plan Director del Olivar al que ha dado luz verde la Junta de Andalucía casi tres años y medio después de la aprobación de la Ley del Olivar que fijaba, entre sus actuaciones inmediatas, el impulso de este programa. La Ley se aprobó en octubre del 2011, casi al final de la legislatura 2008-2012. Este plan, derivado de aquella, llegó en medio de la reciente campaña electoral con un compromiso de inversión de 304 millones de euros hasta 2020, repartido en 125 actuaciones y como una medida transversal del Plan de Desarrollo Rural, pendiente de ratificación por Europa. Su periodo de aplicación va de 2014 a 2020.
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) alaba el programa por “la defensa del olivar tradicional” que realiza y la apuesta por mejorar la competitividad del sector, explica el secretario general de la organización en Andalucía, Agustín Rodríguez. De hecho, el 38% del presupuesto total se concentra en programas para afianzar la competitividad y sostenibilidad tanto de las explotaciones como de las industrias asociadas al sector. Rodríguez insiste en que “toca todos los aspectos” relacionados con el cultivo y la producción de aceite y aceituna de mesa.
Las líneas de actuación, que habrán de concretarse en órdenes sucesivas, contemplan desde la modernización de la agroindustria, hasta la eficiencia energética, pasando por la mejora de la comercialización, el apoyo a la internacionalización o el asociacionismo empresarial. Así que, de momento, el plan ha fijado criterios y acciones, pero ahora debe concretar los mecanismos para llevarlos a cabo.
Eso significa incorporación de líneas de ayuda, pero no ligadas a la mejora de la renta de los agricultores por lo que “no compensan el daño que ha hecho la reforma de la PAC”, recuerda Rodríguez, pero sí aprovechan una de las opciones que ofrecen los fondos Feader: un subprograma temático para atender necesidades específicas de sectores agrícolas que tengan una incidencia significativa en el desarrollo de una zona rural.
El cultivo más importante
En el caso de Andalucía, el olivar es el cultivo más importante. Acapara 1,5 millones de hectáreas útiles y cuenta con 320.000 explotaciones, lo que equivale a un tercio del olivar europeo. Concentra el 40% de la producción mundial de aceite de oliva y el 20% de la de aceituna de mesa, y genera más del 30% del empleo en el medio rural.
Con esos argumentos, el programa se llevará 231 millones del Fondo Europeo de Desarrollo Rural. Al tratarse de un programa cofinanciado, la Junta aportará 51 millones de euros y la Administración central 22- Es decir, 304 millones en total de los poco más de 1.900 que tiene asignados Andalucía para ayudas en desarrollo rural en el periodo 2014-2020.
Para ASAJA este el principal motivo de crítica ya que Europa aún no ha dado el visto bueno definitivo a este reparto de fondos, lo que significa que “están vendiendo humo”, en palabras del gerente de la organización en Jaén, Luis Carlos Valero. Reprocha también que en los presupuestos de la Junta de Andalucía no hay una partida específica para este plan, lo que le hace dudar de la ejecución del programa y de los 51 millones que aporta el Gobierno andaluz.
Es la única organización consultada que no mantiene una opinión positiva del Plan Director en su conjunto. Para COAG, al margen de la demora, el único aspecto criticable es que “ninguna de las medidas hace un esfuerzo en el relevo generacional”, señala Juan Luis Ávila, secretario de la organización en Jaén. No obstante, subraya la apuesta por un cultivo que es mayoritario en Andalucía aunque “se echa mano a los fondos de siempre” y no hay una contribución económica nueva y mayor por parte de la administración autonómica. Otro aspecto que valora es la concreción de “medidas específicas agroambientales para convertir el olivar tradicional en el ecológico”.
Olivar ecológico
El olivar ecológico andaluz será el único cultivo de este tipo en España que tendrá una dotación independiente del resto de primas a la producción ecológica. Esto supone un hito. De acuerdo con el plan director se destina a este olivar el 26% del presupuesto, la prima básica se situará en torno a los 248 euros por hectárea y podrá alcanzar hasta los 413 con las ayudas adicionales para incentivar las nuevas incorporaciones a la actividad y las prácticas contra la erosión. Estas medidas alcanzan también al olivar de montaña y alta pendiente, para el que los agricultores andaluces reclamaban un tratamiento especial en la última negociación de la PAC.
La protección del olivar ecológico es el aspecto más valorado por Ecovalia. Su portavoz Álvaro Barrera, insiste en que es necesario que esa apuesta sea constante para que “Andalucía recupere el liderazgo perdido”. La comunidad andaluza encabezaba la lista nacional de olivar ecológico, un puesto que ha perdido ante Castilla-La Mancha en los últimos años y que, según Barrera, se debe a la nula apuesta por este modelo de producción durante el marco de la PAC 2007-2013. “Ahora parece que han entendido la importancia del olivar ecológico”, insiste Barrera quien advierte que el 42% del aceite ecológico andaluz se vende envasado, frente al 23% del convencional, lo que incrementa el valor añadido del producto.
“Nunca había había una cantidad tan importante para un cultivo concreto”, la frase es de Agustín Rodríguez y la idea la comparten todas las organizaciones consultadas, excepto ASAJA.