Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
¿Cómo ha votado cada municipio de Catalunya desde 1980?
La acampada por Gaza culmina su segunda semana: “Seguiremos”
Opinión - Eurovisión y Europa, hundidas de la mano. Por Rosa María Artal

Restos romanos, un barrio judío o cuatro castillos: el patrimonio que convierte al pueblo de Luna en un museo a las faldas del Pirineo

Luna

María Bosque Senero

0

En la linde entre las provincias de Zaragoza y Huesca, se encuentra uno de los pueblos de Aragón con más historia, desde la Edad de Bronce hasta la actualidad: Luna. A día de hoy, en esta localidad, que marca el límite entre la llanura y el inicio del paisaje prepirenaico, viven poco más de 500 habitantes de sus 710 empadronados. Pero, como sucede en casi todos los pueblos, con el buen tiempo y en fechas festivas, la población se duplica. Muchos de esos habitantes son niños y niñas y, pensando en ellos, la Asociación Cultural Banzo Azcón, ha publicado el libro `Historia ilustrada de Luna´, con el que quieren acercar la historia del pueblo y su Patrimonio a los adultos del futuro.

La Estela de Luna es una lápida funeraria que ha llegado hasta la actualidad desde el siglo VIII a.C. Es la única que se conserva en el valle del Ebro, tiene figura antropomorfa y el original se encuentra custodiado en el Museo Provincial de Zaragoza. Además, y como curiosidad, esta Estela fue elegida imagen principal del logotipo que identifica hoy en día a la comarca de las Cinco Villas. La historia avanza en este pueblo rodeado de monte y labriego. Su riqueza se reflejó en la arquitectura de su pueblo, de aquellos tiempos queda en pie la iglesia románica de Santiago de la Corona, del siglo XII y declarada Bien de Interés Cultural. Además, son muchos los visitantes que llegan de toda España y del extranjero a Luna para visitar la conocida como capilla sixtina del románico aragonés por su escultura, la iglesia de San Gil y de San Ginés, también originaria del siglo XII. 

La mezcla de estilos arquitectónicos, artísticos y culturales se respira en las calles de Luna, que conserva su característico barrio judío, entre iglesias cristianas. A las puertas del Pirineo, el pueblo era parada de viajeros y peregrinos, y de esa parte de la historia Luna conserva numerosos cruceros -muchos de ellos ya perdidos- que informaban a los viajeros de los caminos en los que encontraban y de que estaban haciendo su entrada a un pueblo cristiano. Diseminados por sus 300 km2 cuadrados de territorio, Luna tuvo multitud de pueblos y aldeas de montaña que pertenecían al municipio. En el siglo XVIII, la población era tanta y de tanto peso y abolengo que se empleaba a 14 sacerdotes para atender a todos los habitantes de Luna y sus dependencias. De aquella época es la actual iglesia parroquial, la barroca iglesia de Santiago y San Miguel; una obra dieciochesca ubicada en la plaza Mayor de Luna, en la que se puede apreciar todavía, algún vestigio de su pasado medieval.  

Luna llegó a contar con cinco castillos en sus tierras: Obano, Yecra, Villaverde y el castillo de Hispaniés -ubicado en el antiguo poblado de nombre homónimo del que quedan restos de muralla y un curioso aljibe-. Estos se pueden visitar todavía. En cambio, el castillo ubicado en La Corona fue derribado en el año 1952 debido a que amenazaba la integridad del casco urbano del pueblo por su mal estado de conservación. 

Otro de los tesoros históricos que guarda Luna es el molino harinero de agua -adquirido hace más de una década por el ayuntamiento, restaurado para uso público y cedido a la Asociación Cultural Banzo Azcón para su dinamización-. Pero, sin duda, la joya más preciada para sus habitantes es el Santuario de Monlora, construido en el año 1500, este punto de peregrinaje situado en lo alto de un cerro con vistas espectaculares a la comarca, alberga a la patrona de Luna y recibe todavía hoy a numerosos peregrinos venidos de todas partes en busca del milagro y el favor de la Virgen. 

Un libro ilustrado para acercar a niños y adultos a la Historia de Luna

Con una historia tan rica y un Patrimonio tan abundante, la Asociación Cultural Banzo Azcón decidió que era el momento de buscar nuevos embajadores de su pueblo y los han encontrado; son los niños y niñas de Luna. Para acercar una historia tan dilatada han editado un cuento ilustrado, adaptado para el público infantil, pero que cuenta ya con muchos lectores entre los adultos por su dinamicidad y sencillez a la hora de explicar la vida de Luna. Esta no es la primera obra que edita la Asociación, pero sin duda “es el trabajo más ilusionante y enriquecedor de los que hemos hecho hasta el momento, ha sido muy gratificante y divertido, y, además, le hemos puesto especial cariño porque está destinado a niñas y niños”, cuenta Rosalía Redondo desde la Asociación Cultural Banzo Azcón. A través de 13 postales ilustradas, acompañadas de pequeños textos explicativos, este libro, original desde su formato, va narrando la historia de Luna a través de sus acontecimientos y lugares históricos más relevantes. “Queremos que, desde pequeños, habitantes y visitantes, conozcan y valoren nuestra historia. Qué mejores embajadores podría tener Luna que sus niños y niñas” dice Rosalía Redondo. 

Los textos son “sintéticos y directos”, adaptados a la capacidad lectora de un niño, y en su redacción han colaborado Eloy Morera Gracia, la Asociación Cultural Banzo Azcón y Juan Ignacio Sáez Castán. El dibujo elegido para las ilustraciones “es un estilo muy adecuado para los niños porque es esquemático y expresivo, con combinaciones de colores bastante fantasiosas”, explica el ilustrador cincovillés, Ernesto Navarro Durá, que también cuenta cómo se ha documentado para acercarse de manera fiel a cada etapa de la historia que se representa en el libro: “La horquilla temporal abarca desde la prehistoria hasta el siglo XX. Para cada escena tuve que buscar imágenes de documentación para los personajes; ver cómo vestían, las herramientas que empleaban, cuál era la arquitectura del momento y también el paisaje”. Un proceso costoso y exhaustivo, pero que al ilustrador le ha resultado enriquecedor y muy instructivo “porque para contar una historia a los demás primero la has de conocer e interiorizar tú mismo”.

Como sucede algunas iniciativas que nacen en un pueblo, para el pueblo, el libro `Historia ilustrada de Luna´ cuenta con el patrocinio del ayuntamiento de la localidad y con el apoyo de muchos vecinos y descendientes que lo han recibido con ilusión porque, como apunta Ernesto Navarro, “para los niños, pensar que por las calles en las que ellos juegan ahora han transcurrido acontecimientos con personajes históricos tan trascendentes es maravilloso, les activa la imaginación y la fantasía”. 

Y es que Luna guarda hitos históricos muy destacables del devenir de Aragón. Por eso, los lectores de este libro vivirán el encuentro con una de las estelas funerarias más antiguas del territorio aragonés, datada en la época de las migraciones centroeuropeas. También descubrirán la conexión de Luna con musulmanes y judíos, con los Caballeros Templarios y con el Papa Luna y la realeza aragonesa, porque esta pequeña localidad es la cuna de la familia de los Condes de Luna. A través de colores y dibujos sus pequeños lectores vivirán episodios relacionados con el misticismo, la Santa Inquisición y hasta la brujería. Quienes han tenido el libro entre sus manos, ya sean pequeños o mayores, se han quedado fascinados con el resultado porque han descubierto nuevos datos de la historia de Luna que desconocían, por eso, desde la Asociación Cultural Banzo Ancón dicen no poder estar “más contentos” y tienen la intención de dar continuidad a este proyecto “con nuevas actividades dirigidas al público infantil para que sigan conociendo el patrimonio y la historia de nuestro pueblo”.

Etiquetas
stats