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BonÀrea prevé que la planta de Épila (Zaragoza) pueda producir un 60% más que La Closa, en Guissona

Planta de bonÀrea en Épila (Zaragoza).

ElDiarioAragón / Europa Press

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El grupo alimentario bonÀrea prevé que cuando la planta de Épila (Zaragoza) esté en pleno funcionamiento –ahora lo está en un 25%– tendrá un 60% más de capacidad productiva que La Closa, la planta de Guissona (Lleida). Lo ha explicado el consejero delegado de bonÀrea Corporació, Ramon Alsina, este martes durante un encuentro con medios en la planta de la compañía en Épila, donde ha avanzado que el grupo, que facturó 2.680 millones de euros en 2024, estima un crecimiento de al menos un 5% en los resultados de este año.

La inversión en Épila, prevista en 400 millones –aunque Alsina augura que va a ser mayor–, es la más grande de la historia del grupo, que ya ha invertido unos 226 millones.

La planta de Épila, con 180 hectáreas y unos 200 trabajadores, produce frutos secos aunque tiene en funcionamiento otras naves, como la de logística, de 108.000 metros cuadrados, o la de limpieza de cajas. Se lavan unas 500.000 cajas al mes en Épila, que luego son enviadas vacías a los proveedores para que vuelvan llenas con el producto, reduciendo así material de envase como plástico y cartones.

Otras naves que ya están en construcción son la de líquidos, que se prevé inaugurar durante 2026, o la fábrica de Pet foods, comida para animales domésticos.

Aun así, Alsina ha explicado que la planta de Épila, que suministra 132 tiendas –de las más de 600 de bonÀrea– principalmente en Aragón, Navarra y La Rioja, no pretende “sustituir” el centro de Guissona, sino ampliar su capacidad y apoyarlo.

Punto estratégico

El proyecto de la planta en Épila, que se inició en 2018, cuenta con 42 naves y una galería de 3,4 kilómetros que las conecta y que permite transportar productos pero también utilizar el excedente energético de las distintas naves.

Según Alsina, el grupo tiene una visión a muy largo plazo con esta planta, con la mirada puesta en llegar a abastecer 1.000 tiendas, y un propósito: “Seguir consolidando nuestro modelo único de producción y distribución”.

Este modelo de integración vertical lleva el producto desde el campo al consumidor de forma directa, sin que haya intermediarios, por lo que Alsina defiende que en bonÀrea son a la vez “agricultores, ganaderos, fabricantes y distribuidores”, cerrando así el ciclo completo.

La localidad de Épila, a 20 minutos de Zaragoza, es un punto estratégico para la compañía, según Alsina, porque tiene unas “comunicaciones envidiables” y permite ir y volver de ciudades como Madrid en el mismo día.

Además, ha destacado que esta zona les permitirá reforzar mercados que ya suministran desde Guissona pero también acceder a otros, como Madrid o Euskadi, en el que esperan incidir en los próximos años.

Proyecto RetornA

El proyecto RetornA de bonÀrea, según la compañía, ha tenido una buena acogida entre los compradores de Tarragona, donde se ha probado en 57 tiendas, aunque ha destacado que la dificultad de esta estrategia recae en el hecho de intentar “cambiar un hábito” en el consumidor.

En este sentido, en las últimas semanas se ha hecho una nueva inversión de 300.000 euros en el proyecto, que ha empezado con la pechuga de pollo pero que prevé incluir dos referencias más esta primavera y expandirse en otras tiendas de Catalunya.

Las cajas de RetornA, donde el alimento va envasado en una bolsa de plástico sin tocar la bandeja, reducen en 25 gramos el plástico de un solo uso y llevan un chip para registrar sus movimientos y lavados.

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