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La desigualdad se dispara en Aragón: cae la renta de las familias con un PIB de récord

El sistema de redistribución de la riqueza está completamente gripado en Aragón desde hace unos años

Eduardo Bayona

Zaragoza —

La generación de riqueza y su reparto llevan trayectorias distintas en Aragón, donde la primera se adelantó a la recuperación de las variables económicas en el resto del Estado y encadena seis años como un tiro, desde 2013, mientras la segunda acumula, con la excepción de dos repuntes en 2014 y 2016, una década entre el descenso y la congelación.

La Encuesta de Condiciones de Vida del INE (Instituto Nacional de Estadística) ha sido el último estudio en poner este fenómeno sobre la mesa: el 2017, último año para el que existen datos aunque se referencian al siguiente, la renta media disponible de los hogares aragoneses se redujo en 212 euros al caer de 29.098 a 28.886.

El retroceso apenas supone un 0,7%, sí, pero se da en el mismo ejercicio en el que el PIB de la comunidad se disparaba con un avance de 1.868 millones y una tasa superior al tres y medio por ciento desconocida desde los años de mayor intensidad de la burbuja previa a la crisis (1999-2007).

Parece, se mire por dónde se mire, un indicador claro de que el sistema de distribución de rentas mantiene en Aragón la situación de gripado que comenzó a manifestarse con el inicio de la crisis.

Más gente gana menos dinero

La comparación resulta mucho más acusada cuando se realiza entre el PIB per cápita, que es la parte del volumen de negocio de la comunidad que le correspondería a cada ciudadano. Este indicador superó en 2007 los 27.000 euros (27.403) por primera vez en la historia por la combinación de la buenas marcha de la situación macroeconómica con un lustro, desde 2013, en el que el censo ha combinado la reducción con el estancamiento.

Donde viven 40.000 personas menos se produce por valor de 3.500 millones de euros más, lo que, en términos estadísticos y sobre el papel, supone un aumento de las rentas personales de casi 3.000 euros al cabo del año, casi 250 al mes.

Sin embargo, según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, la renta que realmente se encuentra disponible para los ciudadanos se redujo en 47 al pasar de 12.037 a 11.990. Otro dato que apuntala los caminos opuestos por los que se mueven la riqueza y las rentas en Aragón.

Cuando la empresa gana más de lo que paga

Algunos datos de magnitud macroeconómica, como los que ofrece la Contabilidad Nacional, ayudan a comprender la realidad de la evolución de las rentas en la comunidad.

La fundamental se encuentra en el comportamiento de dos variables como son el excedente bruto de explotación, que registra las ganancias de las empresas, y la remuneración de sus trabajadores por la vía del salario.

Entre 2015 y 2017, la primera creció en 1.790 millones de euros anuales tras aumentar un 12% mientras la segunda avanzaba 1.026 y un 6,7%, una progresión escasamente superior al 6,5% que experimentaba la población ocupada, que pasaba de 481.800 a 513.200. En esos mismos años, el PIB de la comunidad se incrementaba a un ritmo ponderado de casi el 6,4%.

¿Qué quiere decir ese aluvión de datos? Básicamente, que el crecimiento de la extracción de rentas por la vía del beneficio duplica en ritmo al del reparto de riqueza entre la población a través de los sueldos, que seguían prácticamente congelados al crecer la masa salarial al mismo ritmo que la mano de obra.

Por otra parte, a partir de 2016 comenzó a darse un hecho inédito en la comunidad: el excedente bruto de explotación ha empezado a superar en cuantía a la remuneración salarial; es decir, que las empresas ya ganan más de lo que pagan: 362 millones en ese año y De hecho, resulta llamativo cómo a partir de 2016 el excedente bruto de explotación comienza a superar en volumen a la remuneración de los empleados, a la que en 2017 le sacó una ventaja de 362 millones de euros cuando dos años antes estaba 598 por debajo: de 15.262 por 14.680 a 16.288 por 16.650.

Por último, entre 2013 y 2016, último ejercicio con los datos cerrados a escala autonómica, la renta disponible de las familias, cuyas dos principales vías de ingresos son los salarios y los subsidios y pensiones, crecía en solo 470 millones de euros al pasar de 20.442 a 20.911.

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