La Guardia Civil ha detenido a dos jóvenes, de 18 y 23 años, como presuntos autores de un delito de robo con fuerza en el interior de dos domicilios, en las localidades zaragozanas de Torrellas y Tarazona, para lo que contaron con la implicación de un tercero menor de edad. Asimismo, ha investigado a una mujer, que trabajaba en una de las viviendas, por aportar información necesaria para llevar a cabo el ilícito.
La investigación se inició tras el aviso de un vecino de Torrellas a la Central de Emergencias de la Guardia Civil (062), el día 10 de febrero, informando de que la vivienda se encontraba con la puerta abierta y con luz en su interior, resultándole inusual ya que la propietaria, una mujer de avanzada edad, no se encontraba en la localidad. Al día siguiente, un familiar de la propietaria presentó la denuncia, ha informado la Benemérita.
Entre los efectos sustraídos se encontraban un televisor, cubertería y bandejas bañadas en plata, electrodomésticos y diversas joyas.
La investigación concluyó también que la vivienda no había sido seleccionada al azar, debido a la brusquedad y a la dedicación en localizar estos objetos de valor, lo que lleva a sospechar que tanto su existencia como la ausencia de la moradora habían sido indicados.
Durante el transcurso de esta investigación, el día 12 de febrero, se cometió otro robo con violencia en la vecina localidad de Tarazona, que se saldó con la detención de tres hombres y la intervención del vehículo en el que viajaban.
En su interior, los agentes localizaron oculta una bolsa que contenía joyas envueltas en un guante, así como un destornillador. El análisis de los datos determinó que el vehículo utilizado en ambos robos era el mismo, así como sus presuntos autores y la herramienta localizada, que era de características similares a las marcas halladas en la puerta de entrada de la vivienda de Torrellas.
El 17 de febrero, las joyas localizadas fueron reconocidas por su legítima propietaria, quien informó de que tenía contratada a una trabajadora en su vivienda, quien conocía su ausencia durante esas fechas y tenía las llaves del buzón para retirar la correspondencia.
La investigación averiguó que esta trabajadora residía en el mismo domicilio que uno de los presuntos autores de los robos, lo que les lleva a pensar que esta mujer era la que filtraba la información necesaria para perpetrar el delito.