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Investigadores estudian la piedra “singular” de edificios de Oviedo para su candidatura como Patrimonio Mundial

Pilar Campo

Oviedo —

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Oviedo ostenta además de la capitalidad de Asturias los títulos de “muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena” ciudad que figuran en su escudo y se recogen en una placa situada en la fachada de la Casa Consistorial. En su casco antiguo hay edificios historicos construidos con piedras “singulares” que están siendo motivo de estudio por parte de un grupo de investigadores del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo y la empresa GEA Asesoría Geológica.

Además de conocer su valor patrimonial, los expertos estudian las características de estas rocas, su resistencia frente al paso del tiempo y los métodos y tratamientos de restauración que necesitan para la presentación de la candidatura de la piedra de Oviedo a “Piedra de Patrimonio Mundial”.

La relevancia del reconocimiento

La Unión Internacional de Ciencias Geológicas otorga esta distinción a rocas singulares con las que se han construido los edificios más representativos de la humanidad, de ahí la importancia de este reconocimiento.

La Universidad de Oviedo ha avanzado este lunes los principales detalles de este proyecto en el que ya están trabajando los investigadores.

Los dos tipos principales de piedras

Hay indicios arqueológicos de que ya en el siglo I después de Cristo existía un asentamiento permanente en la capital asturiana. El Oviedo histórico está construido con dos tipos principales de piedras, la caliza de Piedramuelle, de tono amarillo-rojizo, y la dolomía de Laspra de tonos grises claros.

Víctor Cárdenes Van den Eynde, profesor del Departamento de Geología, recuerda que, en los años 90 del siglo pasado, se acometió una importante obra de limpieza de la fachada de la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de El Salvador de Oviedo, que le devolvió el color original, oscurecido por siglos de humos.

Propiedades estéticas únicas

Esta limpieza no hubiera sido posible sin un detallado conocimiento de las propiedades de las rocas, y su respuesta a los diferentes métodos de limpieza. En los años sucesivos, los investigadores siguieron trabajando en el conocimiento y comprensión de estas rocas, así como en sus procesos de alteración.

Tanto la caliza de Piedramuelle como la dolomía de Laspra son rocas carbonatadas, con unas propiedades estéticas únicas, pero que pueden sufrir cambios y alteraciones a lo largo del tiempo. Son piedras fáciles de trabajar tanto desde el punto de vista arquitectónico como artístico, lo que permite obtener formas y volúmenes singulares.

Proteger el patrimonio pétreo de Oviedo

Edificios únicos como la catedral de San Salvador, las iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo o el palacio de Valdecarzana-Heredia dan forma y contenido a este Oviedo histórico que conserva este patrimonio pétreo de gran relevancia.

El trabajo, recogido en la revista Geoheritage, representa el colofón de la labor investigadora que ha sido fundamental para proteger el patrimonio histórico y arquitectónico de Oviedo.

El valor histórico, social y científico

“El paso siguiente es la propuesta de la piedra de Oviedo como Piedra de Patrimonio Mundial, distinción que otorga la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS, por sus siglas en inglés) a las rocas singulares con las que se han construido los edificios más representativos de la humanidad, como el Taj Mahal en India o el Vaticano en Roma”, comenta el investigador.

El proceso de designación implica la elaboración de una propuesta fundamentada por un lado en el valor histórico y social de la piedra y, por otro, en su singularidad y valor científico.

En estado de tramitación

Para ello, un panel internacional de expertos revisa cada año las propuestas recibidas, de las que solo pasan el corte un reducido número, según confirman desde la Universidad de Oviedo.

El logro de esta designación supondría el reconocimiento a nivel internacional de la piedra con la que está construido el Oviedo antiguo. Actualmente, la propuesta se encuentra en estado de tramitación y se espera que en un plazo de unos pocos meses la Unión Internacional de Ciencias Geológicas se pronuncie al respecto.