'La Muyerada', maneras diferentes de estar en la montaña

Se podría decir que la búsqueda de dinámicas diferentes, de esas otras maneras de hacer, de manejar el liderazgo y de compartir el conocimiento para favorecer el aprendizaje compartido, es la motivación que este fin de semana reunió a más de 130 mujeres deportistas de la montaña en el concejo asturiano de Morcín.

El IV Encuentro de la Mujer Escaladora que organiza el Club de Montaña La Muyerada fue el marco para debatir sobre estos temas que nos hablan de cómo ocupar un espacio público, de adquirir conocimiento y empoderarse para manifestarlo en un ambiente mayoritariamente masculino.

Ser autosuficientes en la montaña es el objetivo fundamental con el que nació este club deportivo en 2018. Comenzó su andadura de una manera un tanto informal: un grupo de amigas que quedaban para ir a escalar, a las que se les sumaron más amigas hasta el punto de convertirse en un volumen difícilmente manejable y dieron el paso para convertirse formalmente en asociación.

Desde entonces no han dejado de organizar diferentes talleres de formación y eventos con los que seguir siendo punto de encuentro y dotar a las participantes de los conocimientos necesarios en las diferentes especialidades relacionadas con los deportes de montaña, ya sea alpinismo invernal, escalada, esquí, orientación u otros como primeros auxilios o nutrición.

Uno de los temas que centró el foro abierto 'Mujer y Montaña', moderado por Sonia Carbajal, fue el de las dinámicas a la hora de ejercer el liderazgo. Seguir un modelo autoritario e impositivo, o si se prefiere uno colaborativo y participativo, donde todas las personas integrantes del grupo aporten sin que por eso quien lidere sienta que pierda autoridad y se vea vulnerable al compartir información y conocimiento.

En definitiva, si seguir lo que el patriarcado ha impuesto como el modelo masculino de éxito, o implementar esas otras maneras, si se puede decir ,más femeninas, de hacer y de ocupar espacios donde la escucha, el cuidado y el compartir son valores a tener en cuenta.

En realidad este debate no sólo salió en el foro, sino que ocupó bastantes ratos de conversación entre las participantes a lo largo del fin de semana y suele ser un habitual en cualquier actividad montañera que surge dentro del grupo. Las deportistas lo que dejan claro con su participación es el creciente interés en los deportes de montaña y en adquirir formación técnica, además de la informal que siempre está presente.

En esta línea La Muyerada organiza a lo largo del año diferentes talleres formativos dirigidos a sus socias, que también protagonizaron el programa de este fin de semana: senderismo, escalada iniciación y avanzado, y trail, una modalidad que se pretende fomentar dentro del club de la mano de su integrante y corredora Laura Gión. Esta formación corrió a cargo de guías de montaña profesionales como Fernando Calvo, Gelo Castro y Cristina Álvarez.

El Encuentro de La Muyerada se ha convertido en una cita fija en la agenda de muchas, que se desplazan incluso desde otras regiones, como Galicia, Cantabria o Castilla y León, y que este año han disfrutado de una meteorología excepcional para colgarse en la pared de la escuela de escalada de La Carba, subir hasta el Picu Llosoriu desde La Ponte o hacer trail por el Monsacro.

La meditación y el yoga, a cargo de Paula Menéndez y Arancha Sánchez respectivamente, completaron la oferta de talleres. Ambas prácticas tienen una relación bastante directa con la escalada y el senderismo y cada vez son más quienes combinan las diferentes actividades.

En las charlas compartidas con la montañera navarra afincada en Bizkaia, Susana Ruiz Mostazo, autora del libro ‘Los sueños no tienen cima’, hubo tiempo para compartir otro tipo de experiencias. Ruiz Mostazo contó cómo ha sido su relación con la montaña y la escalada una vez que le diagnostican diabetes tipo I a los 11 años y la condenan al ostracismo.

La práctica de ejercicio, fundamentalmente caminar, provocan en ella una mejora tanto a nivel de salud como de ánimo, de modo que se ha dedicado de manera no profesional a la práctica del montañismo, con expediciones a Nepal, Groenlandia, el Kilimanjaro, el Toubkal o el Elbrus, entre otros lugares.

Por su parte, Geno Seydoux presentó su documental ‘In extremis. Una aventura vertical al límite’, en el que narra la experiencia vivida durante 28 días colgada en una pared mientras intentaba abrir unos largos en la zona del Priorat.

Planes que no salen como se esperaba y circunstancias que hay que abordar en el día a día. La psicología y la flexibilidad son aspectos que juegan un papel importante, en este caso, en los deportes de montaña.

Y como en todo intercambio no podía faltar la parte más lúdica, que comenzó con una espicha, el sorteo de productos donados por diferentes marcas y entidades y la pinchada a cargo de ‘Las hijas de Chimo Bayo’.