'Al día' y 'Un tema Al día' son el boletín y el podcast de elDiario.es para mantenerte informado con las claves de actualidad cada mañana. Con Juanlu Sánchez, subdirector de eldiario.es, y las aportaciones de toda la redacción.
Ya te dije la semana pasada que el PP estaba dispuesto a echarse un pulso a sí mismo para intentar compensar la bronca interna por votar a favor de acabar con la discriminación en el tiempo máximo de cárcel de los condenados de ETA. Para revertir el “error” han activado todos los resortes y, tras convertir el Congreso en un circo macabro, ayer en el Senado abrieron la segunda pista con malabares parlamentarios realmente sorprendentes.
Conocimiento básico necesario: si una ley llega al Senado tras ser aprobada unánimemente en el Congreso, el Senado puede emitir sus votos sobre la ley, pero aunque la rechace no volverá al Congreso. Va directa al BOE. Pues bien, el PP ha hecho uso de su mayoría absoluta y su presidencia en el Senado para retorcer el reglamento y sacarse de la manga una dudosa fórmula jurídica para vetar la ley y devolverla al Congreso. Yo no soy experto en la letra pequeña del reglamento del Senado, pero aquí te lo explican los compañeros que más saben. Esto se va a enredar.
Lógicamente lo que trata de hacer el PP es alargar la polémica para que cada vez se hable menos de su error, volver a la casilla del Congreso para poder esta vez sí votar en contra y dejar toda la presión, tirando de víctimas y también de bulos, sobre el argumento que desperdiciaron la primera vez: Pedro Sánchez es ETA.
Hoy en el podcast, intentamos poner orden en todo este sinsentido. Porque más allá de la enésima bronca política, en este asunto se mezclan varios males de la política. Y algunos son por obra y gracia de la derecha sin escrúpulos, pero lo del PSOE, Sumar y Bildu en esto también tiene su miga.
Por cierto, sobre el fondo último del asunto, si tiene sentido o no que los presos de ETA tengan condiciones penitenciarias diferentes a estas alturas, te invito a repasar lo que escribió Ignacio Escolar en su último boletín del director.
La resaca
La resaca de la manifestación por la vivienda del domingo en Madrid ha dejado un ambiente inquieto alrededor del Gobierno. La sensación de que la gente joven, la que ya sabía que con la derecha no se puede contar para esto, ha perdido la paciencia en este tema con los partidos de izquierdas ofrece una perspectiva incómoda. Y eso que el diagnóstico está claro: “Sé que si no reaccionamos con contundencia la sociedad española acabará dividida en dos clases. Y yo no quiero una España en la que haya propietarios ricos e inquilinos pobres”, ha dicho Pedro Sánchez. La frase tiene fuerza, las medidas anunciadas no tanto: reparto de 200 millones de euros para el bono joven de alquiler y una revisión del reglamento sobre alquileres de temporada. En Sumar, que no manejan las políticas de Vivienda, aprovechan para marcar distancias y piden “intervenir de una vez el mercado de la vivienda”. Promesas, propuestas, silencios y día de la marmota.
Mientras, el mercado avanza. Como los pisos son cada vez más prohibitivos para los estudiantes, los fondos de inversión se han fijado en un negocio con futuro: las residencias universitarias.
Que no se te pase
La querella. Hemos conseguido la demanda presentada por el PP contra el PSOE por financiación ilegal, cohecho y tráfico de influencias. La querella no aporta más pruebas que dos testimonios anónimos, publicados en un medio, que afirman haber entregado bolsas con dinero en Ferraz por mediación del empresario de las prebendas a Ábalos.
Futuro Premio Nobel. Un estudio ha analizado el listado de ganadores de los Premios Nobel de ciencia durante un siglo. El resultado por género es duro: solo 28 de los 735 galardonados son mujeres. El resultado por clase social me pilla más desprevenido: la mitad de los premiados fueron niños criados por padres que estaban entre el 5% de los más ricos del mundo. Los datos.
Otra oreja cortada. El mundillo de la música habla hoy de la nueva crisis de una banda muy querida: la cantante de La Oreja de Van Gogh, Leire Iglesias, no seguirá en el grupo. Y, claro, los fans más veteranos salivan con la posibilidad de que todo esto tenga que ver con el rumor de los últimos meses: que vuelve Amaia Montero. Aquí las opciones.
Todo es política
Sexo en Nueva York es política. Confieso que durante muchos años reaccionaba con indignación cuando alguien decía que serie Sexo en Nueva York (un pozo de amor romántico donde las protagonistas giran alrededor de hombres, moda de lujo y amistad entre chicas) era una referencia feminista. Luego ya aprendí a callarme, pavo. Pero me ha encantado leer este artículo de alguien que la ha visto ahora por primera vez, 25 años después del estreno.
La basura es política y aquí el orden de los factores altera el producto. Hablo de que la gestión de los residuos domésticos, gran reto de nuestras ciudades, está empezando a generar ya experiencias muy diferentes e interesantes en Europa. Se abre camino una modalidad de la que no sé qué pensar: cubos identificados con un chip que permite pesar la cantidad de basura generada. Cuanta menos basura tiran, menos pagan. En una ciudad de Bélgica el residuo se ha reducido un 38%. Más detalles.
Comprarse un coche es política. Ya hay en España más de un millón de coches en renting, una modalidad en la que básicamente en vez de comprarte un coche lo alquilas durante unos años y pagas mes a mes, hasta que decides cambiarlo. Lo que antes era cosa de ejecutivos y empresas, ahora va calando en el sistema de prioridades de la gente entre 20 y 40 años. “Antes de un coche en propiedad, va antes la vivienda o irse de vacaciones”. Aquí más.
Hasta aquí llegamos por hoy.
Un abrazo,
Juanlu.
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