Hola,
Esta semana entramos en modo Navidad, pero antes toca dedicarle un boletín (o dos) a las elecciones de Extremadura y su resaca nacional.
Venga, agarra un café y vamos al lío.
Extrema y dura
El PP ha ganado las elecciones y seguirá gobernando Extremadura, pero de los comicios anticipados que se sacaron Feijóo y Guardiola de la manga solo hay un gran beneficiado: Vox.
La presidenta Guardiola convocó elecciones anticipadas para ir a por la mayoría absoluta y deshacerse de la dependencia parlamentaria de Vox. El PP solo ha conseguido un escaño más y Vox ha conseguido más del doble de lo que tenía. Así que hoy María Guardiola sigue siendo igual de presidenta que ayer, pero con Vox más fuerte. Un aplauso a los estrategas de la calle Génova.
A efectos prácticos, la gobernabilidad de Extremadura se queda casi como estaba, por eso quizá la noticia más llamativa de estas elecciones sea el descalabro del PSOE. Es el peor resultado de su historia en esta comunidad, histórico feudo socialista. El año en el que murió Robe Iniesta, Extremadura completó su viaje a la derecha.
El candidato del PSOE era Miguel Ángel Gallardo, un mal candidato (que ganó dos primarias) en una mala situación: va a ser juzgado por el presunto enchufe en la Diputación de Badajoz del hermano de Pedro Sánchez. Es uno de esos casos que para la derecha son la demostración de la corrupción total y para el PSOE, puro lawfare envuelto de bulos y jueces con ganas de ayudar. Desde el PSOE a nivel nacional, siempre han dicho que (aunque nunca fue un sanchista) no podían quitar a Gallardo como candidato porque era entregarle a la derecha una cabeza injustamente. Los resultados demuestran que la gente no ha salido en defensa del imputado. Le han dejado caer. La abstención se ha llenado de exvotantes del PSOE: ha crecido casi 8 puntos con respecto a las anteriores elecciones.
- Escribe Ignacio Escolar sobre estas elecciones: “La estrategia trumpista está logrando su objetivo: que el votante progresista se quede en casa. Pero todo el crecimiento en el bloque conservador no se lo lleva el PP: lo gana Vox. El precio es alto: el PP está alimentando a Vox, que no para de crecer sin que la gran mayoría de los votantes conozca siquiera el nombre de sus candidatos”.
En el capítulo de ‘la izquierda ya se conforma con coger oxígeno y respirar’ tenemos a Unidas por Extremadura, la coalición de Podemos e Izquierda Unida en un territorio donde Sumar no existe. La debilidad del PSOE, una buena candidata y una buena campaña (milagro: sin insultos públicos entre ellos) han dado a Irene de Miguel 7 escaños, tres más de los que tenían. Al menos se rompe una tendencia.
Bueno, ¿y qué consecuencias puede tener esto a nivel nacional? Pues evidentemente Pedro Sánchez puede tomar nota de lo que hay en el ambiente: la izquierda no se ha movilizado para salvar al soldado Gallardo, que en todo caso no dejaba de ser un efecto colateral en una batalla simbólica que es contra el sanchismo. Y Feijóo también puede asumirlo: aunque las elecciones generales (cuando toquen) van a ser un plebiscito de nuevo sobre Sánchez, él no es capaz de construir un PP que acumule el voto antisanchista. Aunque debilite a Sánchez, este resultado electoral ata el futuro de Feijóo al de Abascal.
Hoy en el podcast, analizamos los resultados y sus consecuencias políticas.
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Lo dejamos aquí por hoy.
Mañana rematamos con el último boletín del año.
Un abrazo,
Juanlu