North Pole Marathon
El pasado 16 de abril se celebró la décimo tercera edición del North Pole Marathon, una carrera para la que primero hay que llegar al Polo Norte y después pelear duro en zapatillas con el hielo y la gélida temperatura. En esta edición, con el añadido de que la costra de hielo flotante del océano Glacial Ártico se quebraba continuamente debido a las fuertes corrientes marinas.
Medio centenar de corredores procedentes de Argentina, Australia, China, Francia, Gran Bretaña, Grecia, China, India, Japón, Líbano, México, Mónaco, Nueva Zelanda, Noruega, Filipinas, Polonia, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y Estados Unidos, son los que han completado los 42 kilómetros de la legendaria carrera de Maratón en las proximidades del Polo Norte Geográfico -90ºN- utilizando como base de operaciones la Base Polar Barneo.
Tras unos días de espera en la isla noruega de Svalbard, debido a que la costra de hielo flotante del Océano Glacial Ártico -sobre la que se aplana la pista de aterrizaje de la Base Polar Barneo- quebró en tres ocasiones, los corredores del North Pole Marathon iniciaron la competición el sábado 16 de abril a 25ºC bajo cero.
Esta Base flotante es instalada durante el mes de abril por la Asociación Geográfica de Rusia -entre los 89º y 90º Latitud Norte dependiendo del movimiento de la costra de hielo- sobre el mar helado y permanece a la deriva según sean las corrientes marinas. Esto significa que durante las horas que los participantes del North Pole Marathon permanecieron corriendo, la superficie sobre la que trotaban – incluida la Base y la pista de aterrizaje - también se desplazaba varios metros a la hora en cualquier dirección. Desde luego, por lugar geográfico y condicionante climático, este maratón supera lo meramente deportivo para convertirse en toda una aventura.
En el congelador de la tierra
Las comodidades de Base rusa, tiendas de campaña calientes y carpa-comedor, han facilitado la estancia de los corredores en un lugar tan remoto como es el Polo Norte Geográfico. La instalación permanecerá operativa durante el mes de abril dando apoyo logístico a expediciones científicas y deportivas. En esta época del año el sol no se oculta en la periferia del Polo Norte Geográfico, por tanto la actividad en la Base es continua las 24 horas del día. Un carguero ruso Antonov An-74 preparado para aterrizajes todo-terreno se encarga del transporte desde la isla de Svalbard. Además un par de helicópteros Mi-8 se ocupan de traslados interiores y, en su caso, del rescate y evacuación de expediciones en apuros.
Una vez los corredores se “acomodaron” en la Base Polar Barneo, la primera zancada del maratón se daba a las 18:30h del 16 de abril, horario GMT. El trazado transcurrió sobre hielo flotante cubierto de nieve azúcar, más o menos profunda según el tramo, con dunas, montoneras de bloques de hielo, grietas y el severo ambiente polar. Según avanzaba el maratón la velocidad del viento se traducía en una sensación térmica que por momentos alcanzó los 32ºC bajo cero. El implacable termómetro, lo intrincado del terreno y la suma de kilómetros, fueron definiendo los tiempos finales de cada corredor, que para la mayoría se transformaron en un tercio más o el doble de su mejor crono en un maratón de asfalto.
La carrera en su primera mitad fue un tira y afloja, con intercambio de líderes, hasta que en la segunda parte el estadounidense Dorn Wenninger (5:17:33) se afianzo en primera posición, seguido del australiano Colin Wright (5:30:47) y del ruso Marat Yusupov (5:31:51). En la carrera femenina los puestos de honor recayeron en la corredora rusa Gulzhamal DeFelice (5:50:12), la estadounidense Alexandra Hanson (6:09:50) y la polaca Anna Maria Szetela (6:33:48). Un total de 21 mujeres han participado en el North Pole Marathon 2016.
Por otro lado, algunos corredores han completado aquí, en el Polo Norte, el ‘Grand Slam Marathon’, para lo cual es preceptivo competir en pruebas de maratón o de mayor distancia en los siete continentes y en el Polo Norte.
En memoria del fotógrafo Mike King
A lo largo de las 13 ediciones del North Pole Marathon, alrededor de 500 corredores han competido en la mítica distancia de 42 kilómetros sobre la descomunal plancha de hielo oceánica, bajo la que se abren 4.000 metros de profundidad marina. La equipación atlética utilizada por los corredores en el “congelador” de la Tierra debe de soportar temperaturas de hasta 40 grados bajo cero (en movimiento), ser muy transpirable, ligera y de gran capacidad de aislamiento.
Bajo estas temperaturas la excesiva sofocación no expulsada se convierte en hielo acumulado entre las diferentes capas, convirtiendo a la ropa en una armadura helada que puede llegar a colapsar el organismo. No sólo se hiela el sudor, también los geles, el líquido de avituallamiento… Tres capas son precisas en el cuerpo y dos en las piernas, verdugo, manoplas, zapatillas con membrana, polainas etc. En esas condiciones elegir mal la equipación o sufrir un desfallecimiento se convierte en un problema serio.
En cada edición del North Pole Marathon los cronos finales de los corredores dependen de su adaptación al frío, de cómo se encuentre el terreno para correr y de las cambiantes condiciones atmosféricas. Los vigentes records del North Pole Marathon están en posesión del irlandés Thomas Maguire, 3:36:10 (recordman de Irlanda en 100KM -7:05:06-) y de la británica Fiona Oakes, 4:53:09 (mejor registro personal en maratón de asfalto 2:38:10).
Finalizado el maratón y tras unas horas de recuperación en las carpas de la Base Polar Barneo, dos helicópteros rusos Mi-8 trasladaron a los corredores al punto en que el GPS marcaba en esos momentos los 90º Latitud Norte. Allí Richard Donovan, organizador de la carrera, esparció las cenizas del fotógrafo Mike King, miembro del equipo del North Pole Marathon durante 10 años, fallecido el pasado año. A su memoria fue dedicado el Maratón.