Un error de marca deja sin puntos al Tenerife frente a un Leganés embalado
El CD Tenerife perdió en Leganés, por un demérito aislado, un partido que caminaba hacia el empate ante un rival embalado, desde la llegada de Asier Garitano, hacia la lucha por el ascenso directo. Casi arrancando la segunda mitad, Moore resbaló en la salida de un córner y dejó a Javi Hernández solo para superar a Dani Hernández. Luego, el Tenerife quiso sin argumentos y el Leganés pudo aguantar como quiso, metiendo tres centrales, cerrando espacios y jugando a que no pasara nada. Y no pasó.
La derrota en Butarque devuelve a los blanquiazules a su realidad más esperable. Ha ganado solvencia para alejarse de la zona roja —de la que seguirá a ocho puntos tras una jornada en la que aprovecha las derrotas de Sabadell y Albacete–, pero le retratan las carencias cuando se ve en desventaja y tiene que llevar la iniciativa. Vendido Milla, convaleciente Lasso, hoy lesionado Aitor Sanz, y ante un equipo de orden como el Leganés, el grupo de Ramis no tiene un ocho para filtrar entre líneas, ni tuvo un jugador de banda que desbordase.
En otras circunstancias, con Shashoua en su dinámica antes de lesionarse o con Valera con cuatro o cinco partidos más como tinerfeñista, el Tenerife podría haber considerado la cita de hoy como un examen a su verdadero papel en la Liga. Con el guion que pudo escribir Ramis, no hizo poco aguantando el despliegue de toque del primer cuarto de hora del Leganés e hizo mucho más tratando de discutirle la posesión hasta que llegó el error de Moore —un jugador aplicado en el esfuerzo, aseado en el pase al aérea y escaso en el cuerpo a cuerpo— que acabó provocando un partido para el que estos blanquiazules no están habituados.
Le dio al Tenerife para escapar vivo del amontonamiento cerca de su área que provocaron las conducciones de Shibasaki y Rubén Pardo mientras trataba, sin éxito, de armar una salida limpia a la contra que no llegaba. Trató de sacudirse tras la oleada inicial con el método expeditivo —un par de patadas a seguir de Sipcic— y luego intentando repetir, ahora con más sentido, el juego entre Nono, Vada y Sol —Bermejo sigue sin entrar en esas asociaciones— que tanto le dio una semana antes frente a la Ponferradina.
El toque corto consiguió llevar el juego cerca del área de Cuéllar, obligó al Leganés a jugar mirando también a su puerta y provocó, de aquella manera, dos ocasiones blanquiazules. Primero, en el 22, una volea lejana de Javi Alonso que cogió veneno, pero tropezó con el abdomen de Fran Sol cuando tenía pinta de peligrosa. Y casi llegado el descanso, una segunda jugada que llevó el balón hacia el córner, donde Carlos Ruiz se fabricó con dos requiebros un balón al área chica que Sipcic solo pudo cazar con la espalda, en lo que parecía un remate para el 0-1.
De vuelta de la pausa, como tantas veces en este campeonato, el marcador no se abrió como respuesta a un plan de juego, sino como fruto de un error fatal, precedido esta vez por un despeje pifiado de Javi Alonso que dio paso al saque de esquina que decidió el resultado por el error de Moore: cuando quiso anticiparse a Hernández resbaló y perdió la marca.
Obligado a otra cosa en desventaja, el Tenerife se topó primero con la maniobra de Garitano poniendo a los suyos en modo de mantenimiento de resultado. Colocó arriba a Sabin Merino, sacó a Jonathan Silva como lateral izquierdo e incrustó al goleador Hernández como tercer central. Con apretar un poco a los medios del Tenerife, limitados a la horizontalidad o al pase de seguridad, completó la estrategia el técnico local. Ramis respondió con coherencia, primero dando minutos a Sergio González —en la misma versión de jugador que Folch o Alonso— y luego llevando al campo a Shasoua, Valera y Álex Muñoz para buscar, sin éxito, superioridades por los flancos. Y arriba junto a Fran Sol, Apeh, que se atrabancó en la única contra buena (m.61) de la que gozaron los suyos cuando le amanecía el uno contra uno con Cuéllar.
Hasta ahí pudo nadar el Tenerife, más voluntarioso que efectivo. Le condiciona la prisa y le pueden las carencias para la suerte de la remonta, tanto que sigue inédito en el curso. Serio como demuestra, no tiene pinta de que vaya a sufrir en primavera, mientras espera la chispa que puedan darle —o la competencia que puedan generar para que espabilen otros— Shashoua y Valera, sus únicas bazas reales para jugar con prisa.
(1) CD LEGANÉS: Cuéllar; Palencia, Omeruo, Sergio González, Javi Hernández; Shibasaki, Rubén Pardo (Borja Bastón, m.90); Kevin Bua (Avilés, m.46), Eraso (Jonathan Silva, m.72), Robert Ibáñez (Rubén Pérez, m.80); y De la Fuente (Sabin Merino, m.72).
(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore, Sipcic, Carlos Ruiz, Pomares (Álex Muñoz, m.75); Nono (Valera, m.75), Javi Alonso, Folch (Sergio González, m.59), Bermejo (Apeh, m.59); Vada (Shashoua, m.80) y Fran Sol.
ÁRBITRO: Rubén Ávalos Barrera (Comité catalán). Amonestó a Folch (m.47), Vada (m.49) y Carlos Ruiz (m.65).
GOLES: 1-0, Javi Hernández (m.53).
INCIDENCIAS: Partido de la 26ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio de Butarque.
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