El Tenerife cierra el año en Zaragoza con tres puntos y su mejor versión

Elady celebra su gol junto a Mellot y Sergio

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife se regaló su mejor versión para celebrar la Navidad con un triunfo incontestable en Zaragoza que le deja tercero, a un punto del ascenso directo, con 38 puntos y su cartel de aspirante al regreso a la Primera División intacto. En una tarde coral en todas sus líneas, el Tenerife definió como los buenos: dos zarpazos en media hora y una aplicación máxima para defender el 0-2 desde el juego posicional y la anticipación.

La victoria en La Romareda nació de la rehabilitación de Pomares –protagonista en la génesis de los goles–, creció con la pegada de Elady y Mollejo y maduró con una exhibición de todo el grupo a la cabeza de un Álex Corredera redivivo. Corredera la guardaba y le hacían falta, la guardaba y la filtraba, la guardaba y se resguardaba con un pase de seguridad. Y cuando no conducía, la jugaba corta. Le dio tanto como para 86 minutos hasta que Ramis lo sentó por Sipcic.

Al Tenerife le bastó un susto en el primer minuto –una pelota limpia que quedó en el área para un remate que no fue de Nano– para recordar que el éxito en uno de los campos que más aprieta de la Liga exige más oficio que lucimiento. Se adaptó a la propuesta de un Zaragoza que creció en ímpetu en lo que no encontraba la puerta y golpeó dos veces, una cogiendo la vuelta del rival y otra resolviendo un remate en dos pases.

En ambas pasaba por allí Pomares para reclamarse jugador después de la pifia ante el Lugo. En la del 0-1, se anticipó en su zona, robó, condujo en carrera y se la puso en la frontal a Elady para que hiciera el resto. Elady es el otro jugador distinto en la última línea del Tenerife. Un tipo completo que podría hacerlo bien en cualquier posición del siete en adelante, aunque de segundo delantero luce como pocos.

En un par de metros, recibió de Pomares, levantó la cabeza, amagó un pase a la llegada de Mollejo, apuntó luego a Cristian y resolvió antes de que Jair le encimara con un punterazo a la escuadra. Lo de tirar de puntera es una suerte en desuso en este fútbol de roscas y empeines, pero para Elady, como los buenos cancheros, valen todos los recursos. Y así le luce.

Pomares volvió a asistir el 0-2. Caracoleando Lord Shasahua en el pico del área, esperó que le doblara por su flanco el lateral, la centró a la zona caliente y se manifestó Mollejo para superar a Chavarría en el salto y a la mano del portero, que se encontró un remate envenenado que no esperaba.

Con el partido arrumbado al éxito, el Tenerife se aplicó a hacer bien lo que exigía el resultado. Caliente el público con todo lo que puso Narváez, cierto o falso, para reclamar faltas y tarjetas allí donde caía, el grupo de Ramis no perdió el sitio para corregir el escalonamiento, hizo virtud de la anticipación en los cortes y la superioridad en las disputas y no se achantó entre el griterío ambiental y el empuje de un Zaragoza desagallado e ineficaz que no encontró un remate entre los palos en todo el primer acto.

Le dieron el balón los blanquiazules al equipo de Juan Ignacio Martínez. Y cuando lo tuvieron, recuperaron su versión capacitada para el juego con apoyos en corto, cuando no aparecía Corredera para lanzarla a treinta metros para las llegadas de Mellot o Shashoua jugueteaba para esconderla en lo que el fuego menguaba.

Al cabo, dio sentido el Tenerife al juego de equipo que es el fútbol. Se agarró a un examen impecable de Sergio y José León en los cortes por arriba y al pie, pudo desplegarse cómodo Aitor sin vueltas locales que le expusieran y aburrió Mellot a Narváez en lo que le comprometía al regreso del descanso Borja Sáinz. Nadie cantó y los que menos lucieron –un día sin gol de su nueve, una tarde sin paradas de mérito del portero–, se fueron al sobresaliente con lo que cotiza menos. Gallego para incordiar a los centrales y Soriano seguro en todos los balones por alto que le colgaron.

Segunda parte hubo. La vuelta del intermedio mejoró a la vista al Zaragoza cuando le dio las bandas a la hiperactividad de Borja, pero ni Eguaras dio más que Petrovic ni Vada encontró su sitio como segundo medio, donde no brilla lo mejor que hace. Ramis retiró a Shashoua y Mollejo (no jugará el derbi por su tarjeta), bajó un punto la eficacia con Michel, Apeh o Rubén Díez –inocentes en las vueltas para apuntillar–, pero la inflexión cogió a los locales entregados ante una evidencia. Un Tenerife letal y superior al que espera 2022 con el cartel de favorito al ascenso reconfirmado.

(0) REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Vada (Zapater, m.74), Petrovic (Eguaras, m.46), Francho (Borja Sainz, m.46); Nano (Iván Azón, m.74), Narváez (Adrián, m.79) y Álvaro Giménez.

(2) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sergio, José León, Pomares; Mollejo (Rubén Díez, m.46), Aitor Sanz, Álex Corredera (Sipcic, m.86), Elady (Michel, m.76); Shashoua (Bermejo, m.66) y Enric Gallego (Apeh, m.86).

GOLES: 0-1, Elady (m.20). 0-2, Mollejo (m.28).

ÁRBITRO: Alejandro Quintero González (Comité andaluz). Amonestó a Petrovic (m.37) y Borja Sáinz (m.50) y a los visitantes Mollejo (m.37), Pomares (m.66) y Mellot (m.88).

INCIDENCIAS: Partido de la 21ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el estadio de la Romareda. 15.283 espectadores.

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