El Tenerife sigue sin gol y salva un punto ante un Leganés complaciente

Javi Hernández persigue el balón entre Bermejo, Javi Alonso y Pomares

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
7 de diciembre de 2020 21:13 h

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El CD Tenerife hizo mucho salvando un punto ante un Leganés complaciente con su estatus y fiado a que ganaría por decantación. El 0-0 final revela el estado de rigidez atacante de los locales y la falta de instinto matador del equipo de José Luis Martí, igual que la temporada pasada con el Girona. Solo una doble ocasión de Juan Muñoz y Sabin Merino (m.79), bien abortada por Dani, comprometió realmente a un Tenerife con tanta voluntad defensiva como esterilidad delante.

Los blanquiazules no sacaron partido —si por tal se entiende algo más que un punto y dejar la puerta imbatida— del enésimo cambio de medio once inicial, una práctica iniciada por Fran Fernández y seguida por Ramis. Apostó el técnico por seis novedades: dos politicamente incorrectas (Alberto y Javi Alonso, rehabilitados en lo que se sustancia su expediente disciplinario), una previsible (Moore), otra inesperada (Pomares) y dos más lógicas (Jorge Padilla y Bermejo, ya de vuelta de su lesión).

Lo cierto es que tal acumulación de rotaciones solo consiguió que el equipo no se cayera. Errores groseros con valor de gol hubo —el citado de Alberto, arreglado con dos paradas con valor de resultado de Dani Hernández, y otro del majorero (m.50) perdiendo una carrera corta para habilitar el remate de José Arnaiz que corrigió el VAR lo que durante un minuto fue el 0-1— y hubo también la misma espesura ofensiva que distingue a este equipo, irremediablemente, en lo que da con el dichoso punto de inflexión y encuentra a ocho o nueve titulares fijos.

Mientras, tanto cambio sobre cambio solo añade un punto de desconcierto en el césped que se traslada a una grada silente que asiste al tíovivo sin acabar de entender, por ejemplo, por qué el premio del gol para Álex Muñoz es una suplencia a continuación o qué sentido tiene jugar con fuego con Alberto cerrando frente a un equipo que vive de los desmarques a la espalda de sus atacantes. Si Sipcic tampoco está para eso, malo; si es que hoy tocaba rehabilitación, igual mejor Alberto acompañando a Aitor Sanz, vista la decepcionante vuelta de Javi Alonso, acelerado para ganar una tarjeta en el minuto 10 y casi siempre lento para ganar los duelos en el medio juego o hacer controles que en otro momento apuntaron su valor real.

Anda este Tenerife desnortado, más preocupado de no encajar un gol para no verse obligado a remontar que de buscar fórmulas que den sentido a la ficha de Fran Sol o que hagan rentable el talento de Shashoua

Tantos cambios de Ramis para arrancar y tan pocos después —Vada o Suso no tuvieron papel en el guion de este lunes— devolvieron al Tenerife al tiempo de Fernández. Probando y probando combinaciones de veinticinco elementos tomados de once en once, jugando en esencia a lo mismo, anda este Tenerife desnortado, más preocupado de no encajar un gol para no verse obligado a remontar que de buscar fórmulas que den sentido a la ficha de Fran Sol o que hagan rentable el talento de Shashoua, el único jugador capaz de encarar en este diciembre. La entrada del inglés provocó en el 61 la única ocasión local clara. Se arrimó a la línea de gol para meter un pase venenoso a bocajarro de Cuellar, que blocó solo porque la pierna de Nono no llegó a tiempo para embocar.

Y nada más, mención aparte del mérito de Carlos Ruiz para tirar de galones tratando de superar líneas con conducción, una bofetada sin manos de veterano que debería poner colorado a cualquier que haga pareja con el granadino. Nada, salvo tratar de discutirle la posesión a un Leganés que asusta cuando se lee la planilla del partido y luego, como hoy, no pasa de ese punto de autosuficiencia que a veces solo dar para un empate. Los pepineros lo tuvieron todo para hacer daño al Tenerife. Juego por dentro con pases filtrados de Shibasaki los delanteros, con cambios de orientación de Rubén Pardo, de juego por fuera dando los flancos para las subidas de los laterales, toque corto cerca del área, multitud de segundas jugadas, orden para impedir las contras. Con el manual en la mano, lo tuvo todo el equipo de Martí. Todo, menos ese punto de ambición para pegar desde el primer esfuerzo y conservar después. Con el Girona, frente al Tenerife de Baraja, no le dio para puntuar. Hoy al menos no perdió.

Enfrente, el mérito del Tenerife fue no caerse como grupo y tener al VAR y a Dani las dos veces que lo hizo en el plano individual. El resto, la versión de este curso más habitual y ya conocida, sufriendo la pérdida de una pugna tras otra —espeso cuando las ganó para encadenar cuatro pases correctos—, rompiéndose cuando la ponía en largo contra la defensa de Leganés, echando de menos la versión deseable de Bermejo, la pausa que le dio Vada en la primera parte en Las Palmas o la conexión de Suso con los atacantes.

(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore, Carlos Ruiz, Alberto, Pomares (Álex Muñoz, m.74); Nono, Aitor Sanz, Javi Alonso, Bermejo; Jorge Padilla (Shashoua, m.58) y Fran Sol (Apeh, m.74).

(0) CD LEGANÉS: Cuellar; Bustinza (Rosales, m.63), Tarín, Ignasi Miquel, Javi Hernández; Palencia, Rubén Pardo (Luis Perea, m.88), Shibasaki, Robert Ibáñez (Juan Muñoz, m.63); José Arnaiz y Borja Bastón (Sabin Merino, m.77).

ÁRBITRO: Luis Mario Milla Alvendiz (Comité andaluz). Amonestó a los locales Jorge Padilla (m.8), Javi Alonso (m.10), Pomares (m.22) y Alberto (m.90+3) y a los visitantes a José Arnaiz (m.67) y Luis Perea (m.89).

INCIDENCIAS: Partido de la 17ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López.

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