El Tenerife hace virtud de la pegada y también gana en Lugo

Mario González celebra su gol al Lugo

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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Al Tenerife le luce la pegada en lo que otros apuestan por el fútbol de toque corto. El Tenerife sigue cuarto en la Liga –solo tres jornadas de 38 fuera de los puestos de la promoción– en lo que otros lucen candidatos al descenso, transitan por la nada o corren desaforados en busca de un billete por el ascenso. El Tenerife tanto puede aburrir medio partido como sorprender por la letalidad: ante el Lugo, dos remates francos (dos goles) que acallan cualquier debate sobre una vía que cuando menos le valdrá para intentar su quinto asalto a la élite.

La victoria de este domingo, décima del curso lejos del Heliodoro, deja al grupo de Ramis a una victoria del objetivo de los cruces. Con una docena de puntos en juego, saca seis de renta a la Ponferradina –a la que tiene ganado el coeficiente particular– y le quedan dos citas amables en casa (Málaga y Cartagena) como dos de vértigo fuera (Girona y Eibar). Vistas sus prestaciones en la Península, tanto podría confirmar los cruces aquí o allá.

En lo que se plantea este dilema, debían resolver los blanquiazules una visita al Lugo en la que no le valía otra cosa que ganar. Antes lo habían hecho Girona, Oviedo y Las Palmas y en lo que consumían una primera parte inane, la Deportiva ya había sometido al Cartagena. Con medio encuentro de margen, jugó otra vez a lo mismo, pero ahora le amanecieron dos buenos remates luego de asociarse con el balón aéreo.

Los factores diferenciales en el éxito ante el Lugo fueron los de tantas veces este curso. El Tenerife es poco de apuntarse a la pared, las conducciones o las contras matadoras, pero tiene una virtud como pocos en la Segunda División. De jugadas simples le surgen los goles y más de una vez le llegan sin que necesite anunciarlos con dos o tres caídas en al área prometedoras, como recoge el neoléxico futbolero.

Después de un primer acto en el que los medios solo defendieron y el ataque era un tránsito de balones largos a extremos y delanteros –a ver lo que eran capaces de inventar Mollejo, Gallego o Mario o lo que daba la segunda jugada–, la vuelta de la caseta nació con el mismo espíritu hasta que dos pelotas más, de las tantas que cayeron al área, acabaron con un buen remate.

La del primer gol encontró a Mario González donde es verdaderamente letal. Un córner despejado por el rival, un cabezazo de Aitor para descargar al flanco de Mellot, un balón prolongado por el francés a la testa de Gallego y otra prolongación para generar un remate racial, a bocajarro, del segundo delantero. Simple, por arriba y efectivo.

La del segundo – antes de que Clavería desperdiciara la mejor ocasión del Lugo en el siguiente ataque–­ resultó otra oda al juego directo. Ahora la inició en su campo León con un globo que, en la frontal, encontró de nuevo la cabeza de Gallego para leer el juego asistiendo al mejor ubicado. Recién ingresado en el campo, Andrés solo tuvo que ir la espalda, controlar y volear al borde del área chica.

Al Tenerife no le ocupó más de un minuto de noventa fabricar los dos tiros que decidieron el resultado. El resto se consumió entre la capacidad del Lugo para caer en el área –infatigable Cuellar mientras le duró el oxígeno– con la misma esterilidad que exhibió ante Soriano. Si acaso un tiro con veneno de Barreiro (m.45) bien respondido por el meta, la citada de Clavería en el 66 y, casi con el partido muerto (m.90), un cabezazo espléndido de Moyano para una mano eléctrica (otra) de un Soriano infalible que impidió el descuento a la heroica que tantas veces le cundió al Lugo en casa.

Arrumbado a la victoria el Tenerife, convinieron acertadas las fichas movidas por Ramis en el once y los cambios, solo trascendente el de Andrés. A Carlos Ruiz le casan bien estos partidos de acumulación de rivales en las pugnas o en las áreas, Larrea cumplió cerrando y se atascó sin consecuencias fatales en la entrega larga y Elady solo apareció con un tiro libre que cogió el camino de la grada.  

El técnico dio descanso completo a Corredera por primera vez en la temporada, acabó con Moore como segundo lateral por delante de Mellot y demostró que el uso simultáneo de los dos delanteros también casa con este modelo. Como antes con Benítez o Cervera –cada uno a su modo– el camino hacia el éxito en este campeonato con cuatro o cinco dopados y un enorme pelotón de iguales tanto puede herir a la vista como agradar la capacidad de pegada que exhibe este Tenerife que echa de menos a Shashoua para menesteres más estéticos.

(0) CD LUGO: Whalley; Ricard Sánchez, Alberto Rodríguez, Diego Alende (Carlos Pita, m.46), Canella; Clavería, Xavi Torres (Juanpe, m.75), Señé; Cuéllar (Iriome, m.83), Barreiro (Carrillo, m.61) y Chris Ramos (Sebas Moyano, m.74).

(2) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Carlos Ruiz, José León, Pomares; Elady (Bermejo, m.66), Aitor Sanz, Larrea, Mollejo (Moore, m.87); Enric Gallego y Mario González (Andrés, m.77).

GOLES:  0-1 (m.64) Mario González. 0-2 (m.78) Andrés.

ÁRBITRO: Francisco José Hernández Maeso (Comité extremeño). Sin tarjetas.

INCIDENCIAS: Partido de la 38ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el Anxo Carro. 2.580 espectadores, de los que cerca de un centenar eran seguidores del CD Tenerife.

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