El Zaragoza retrata al Tenerife y Soriano salva un empate

Corredera trata de tapar el pase de Chavarría

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife sigue perdiendo aire y argumentario en un último cuarto de Liga que descubre sus limitaciones cuando trata de competir bajo presión y sin los jugadores definitivos, fuera de forma o sancionados. Con el calor ambiental, el regreso de Aitor Sanz y la primera titularidad de Shashoua desde el 10 de octubre, este sábado venía obligado a ganar o ganar y acabó por someterse al partido que quiso el Zaragoza. Mejor en todas las líneas el grupo de Juan Ignacio Martínez, no ganó solo porque Soriano salvó sendos goles, amaneciendo el encuentro y en su ocaso.

El empate detendrá una semana la hemorragia, pero deja más dudas que inquietan que certezas que afiancen el ánimo. Entre las primeras, la principal: dónde está el suelo de un equipo como el de Ramis, llegado a la primavera sin su mejor goleador en forma, echando de menos la contundencia de Álex Muñoz, amarrado al banquillo Michel Herrero y sin atacantes titularísimos.

Salva a los blanquiazules la madurez de Soriano bajo los palos –soberbio en la respuesta a los balones a bocajarro, seguro siempre en las salidas– y el poso de Aitor Sanz apagando conatos que sin él serían incendios seguros. Al resto lo sometió el Real Zaragoza, descubriendo limitaciones, induciendo a la duda o llevando los ataques locales hasta el punto donde generase una vuelta a campo abierto tras otra.

Así pudieron decidir los visitantes en el último sexto –antes Sabin Merino y, en la más clara, con un remate con el pecho de Nano que salvó bajo los palos Soriano en una respuesta prodigiosa– después de un arranque eléctrico de diez minutos que les condujo a cuatro remates en el área del Tenerife –el más temprano desbaratado por otras dos manos de mérito del meta– en una apertura frenética. Dos tras saques de esquina y otros tantos percutiendo Borja por el flanco de Pomares, el 0-1 perfeccionó al Zaragoza en lo que al cabo hizo mejor: robar en su campo, salir en velocidad y coger desalambrado al Tenerife.

Andando el minuto 15, Elady se apuntó a un cambio de orientación suicida, quedó el balón para una contra limpia asistida al área por Borja Sainz y no perdonada por Vada en el segundo remate, luego de que Soriano tuviera recursos para evitar en la línea el primero, de Iván Azón.

El Tenerife se vio obligado a una remontada que este curso sigue sin conseguir en el Heliodoro y el único tramo en el que encontró juego corto y llegadas en superioridad con los laterales proyectados hizo virtud del segundo balón. Un centro de Pomares no encontró el remate limpio de Andrés, desequilibrado por Vada, pero sí un disparo seco de Shashoua tras recoger el rechace.

En el gol del inglés se resume toda la letalidad de este Tenerife. En una hora y diez minutos añadidos, ni un tiro entre los palos, ni un remate cazado por arriba, un partido plácido para Cristian Álvarez y sus centrales. Al choque quedó claro que no se maneja Mario González. Y como el primer Tenerife de abril no tuvo ni una mala vuelta a campo abierto ni juego a las espaldas de Jair o Francés, el balance de su delantero centro fue frustrante, dio igual que le acompañaran Shashoua o Mollejo.

Lo que vino tras el empate fue demasiado previsible a la vista de los recursos del Tenerife y la inseguridad que transmitió. El Zaragoza convino tras el 1-1 que prefería juntar las líneas en su propio campo para esperar un error que le habilitara en carrera mientras se fiaba a no fallar en las coberturas para ensuciar las caídas de Shashoua o Andrés a pie cambiado. Así aguantó hasta el descanso y cuando refrescó Jim la pareja de delanteros comprometió un poco más aún a Sergio y José León.

Ramis vio tan pronto como en la pausa que Elady estaba de más. Bermejo tuvo medio partido para dar verticalidad al ataque blanquiazul y solo gracias a su concurso pudo pretender el Tenerife un ataque con sentido. Bermejo fue el único que mordió en la presión adelantada y el único que jugó directo a la puerta de Cristian. Otra cosa es el fruto de su ambición, un par de tiros bienintencionados por la cara externa de la red.

Al cabo, el Tenerife se quedó en la propuesta de Bermejo. Menos coral que nunca, le apañaron el empate las manos de Soriano, cuando no la maña de Aitor para detectar los problemas un segundo antes de que no tuvieran remedio. Acabó fundido Andrés e intrascendente Mario González, volvió Moore sin espacio para negociarse asistencias, Rubén Díez en otra tarde de nada o Mollejo, que provoca en un sector del público la misma efervescencia que Maxi Pérez en el tiempo de Cervera. Una suma de rendimientos previsibles que solo mejoró Soriano para rescatar un punto que evitó lo que a ratos rozó el naufragio.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sergio, José León, Pomares (Moore, m.68); Andrés (Mollejo, m.76), Aitor Sanz, Corredera (Larrea, m.81), Elady (Bermejo, m.46); Shashoua (Rubén Díez, m.68) y Mario González.

(1) REAL ZARAGOZA:  Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Borja Sainz (Nieto, m.87), Vada (Sergio Bermejo, m.62), Zapater, Eugeni (Lluis López, m.76); Álvaro Giménez (Sabin Merino, m.62) e Iván Azón (Nano, m.77).

GOLES: 0-1, Vada (m.15). 1-1, Shashoua (m.22)

ÁRBITRO: David Gálvez Rascón (Comité madrileño). Amonestó a Sergio Bermejo (m.68).

INCIDENCIAS: Partido de la 34ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el estadio Heliodoro Rodríguez López. 12.089 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del padre del jugador local Mario González.

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