Canarias insiste ante el Ministerio de Agricultura de la necesidad de un trato diferenciado dentro de la nueva PAC

Narvay Quintero, en la reunión del Consejo Consultivo Agrícola en Madrid, junto al ministro Planas

El Diario Agrícola

Santa Cruz de Tenerife —

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, ha recordado este martes al ministro de Agricultura, Luis Planas, que el archipiélago, como región ultraperiférica que es, “debe mantener su singularidad e independencia a la hora de afrontar los cambios que plantea la futura Política Agrícola Común (PAC) europea”.

Quintero estuvo en Madrid en el Consejo Consultivo Agrícola, en el que las comunidades autónomas han debatido con el Ministerio sobre las reformas planteadas en la PAC después de 2020 y el plan estratégico que España, como el resto de los estados miembros, está elaborando al respecto.

El consejero canario defendió que las circunstancias diferenciadas de las islas, que la convierten en una región ultraperiférica amparada por el artículo 349 del Tratado de la Unión Europea, “hacen necesario mantener para ellas un escenario propio, fuera del ámbito de los planes estratégicos nacionales”.

Durante esa sesión de trabajo se debatieron los diferentes reglamentos, como el de los planes estratégicos; sobre financiación, gestión y seguimiento de la PAC, y sobre la Organización Común de Mercados (OCM) de los productos agrarios.

Esos planes estratégicos, ha añadido Quintero, deben “dejar al margen a los programas Posei para que los territorios ultraperiféricos mantengan su singularidad e independencia a la hora de afrontar los previsibles cambios en la PAC”.

El Gobierno de Canarias y el sector primario de las islas han planteado ante la Comisión Europea la necesidad de que se aumenten, o al menos se mantengan, los presupuestos destinados a las ayudas a la producción en las regiones ultraperiféricas, dentro de los Posei, así como el mantenimiento de la contribución máxima en las ayudas al desarrollo, pues la reducción de ambas líneas generaría un negativo impacto en el sector agrario, el paisaje, el medio ambiente y la cohesión territorial, social y económica de las zonas rurales en estas regiones europeas alejadas.

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