Apasionante campaña electoral donde las haya, sí señor. La Junta Electoral, en sus diferentes ámbitos, no para de suspender campañas institucionales a los organismos capaces de promoverlas, lo que significa que el que puede hacer trampas, las hace. Y tan panchos. Aunque, bien mirado, una cosa es que te suspendan una campaña y otra bien distinta que ejecutes la suspensión, y ahí tienen ustedes la del orgullo de Pepa Luzardo que continúa luciéndose en guaguas y otros soportes publicitarios sin que nadie actúe de oficio obligándole a cumplir. Más grave es, si se quiere, que el Parador de Tejeda esté terminado desde diciembre de 2006 y que Soria haya dado órdenes de ocultar tan interesante extremo.