Un equipo científico observa el nacimiento de un cúmulo de galaxias en el Universo temprano

Imagen del protocúmulo alrededor de la galaxia Telaraña. El gas caliente del medio intracúmulo (ICM) se muestra como una nube azul superpuesta.

Efe

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Un equipo científico internacional ha descubierto en el Universo temprano una gran reserva de gas caliente en un cúmulo de galaxias en formación alrededor de una galaxia del protocúmulo de la Telaraña, lo que revela que éste acabará unido gravitacionalmente el resto de su existencia, ha informado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Esta gran reserva de gas caliente ha sido localizada en una época en la que el Universo tenía unos 3.000 millones de años, y es la primera vez que se detecta este tipo de plasma término a distancias tan lejanas, se indica en un comunicado del IAC.

Este estudio, que se publica en la revista Nature, confirma que los cúmulos de galaxias, una de las estructuras más grandes conocidas en el Universo, comienzan a formarse en épocas muy tempranas.

Explica el IAC que los cúmulos de galaxias albergan un gran número de galaxias, a veces incluso miles, y añade que también contienen un vasto “medio intracúmulo” de gas (ICM, por sus siglas en inglés) que impregna el espacio entre las galaxias.

De hecho, la masa de este gas es mayor que la de todas las galaxias que forman el cúmulo, y el IAC señala que algunas de estas agrupaciones galácticas son tan masivas que concentran el gas y lo calientan al caer hacia ellas.

Hasta ahora, el ICM sólo se había estudiado en cúmulos de galaxias cercanos completamente formados, pero nunca en protocúmulos lejanos, es decir, cúmulos de galaxias aún en formación.

“Las simulaciones cosmológicas llevan más de una década prediciendo la presencia de gas caliente en los protocúmulos, pero faltaban confirmaciones observacionales”, explica Luca di Mascolo, investigador de la Universidad de Trieste (Italia) y primer autor del estudio.

Para conseguir esa confirmación observacional, el equipo científico seleccionó “cuidadosamente” uno de los candidatos más prometedores, el protocúmulo de la Telaraña, situado en una época en la que el Universo tenía sólo 3.000 millones de años.

Al estudiarlo, el personal investigador detectó una gran reserva de gas caliente a una temperatura de unas decenas de millones de grados centígrados, lo que indicaría que el sistema, lejos de dispersarse, se convertirá en un cúmulo de galaxias unido gravitacionalmente durante el resto de su existencia.

Para la detección se utilizó lo que se conoce como “efecto térmico Sunyaev-Zeldovich” (SZ), que se produce cuando la luz del fondo cósmico de microondas, la radiación fósil procedente del Big Bang, atraviesa el ICM.

Cuando esta luz interactúa con los electrones que se mueven rápidamente en el gas caliente, su longitud de onda cambia ligeramente.

 “A las frecuencias adecuadas, el efecto SZ aparece como un efecto de sombra de un cúmulo de galaxias sobre el fondo cósmico de microondas”, indica Helmut Dannerbauer, investigador del IAC y coautor del estudio.

Al medir estas sombras en el fondo cósmico de microondas, los astrónomos pueden inferir la existencia del gas caliente, estimar su masa y presión, y mapear su forma.

Estas medidas han sido posibles gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), ubicado en el en el desierto de Atacama, en Chile.

“Gracias a su resolución y sensibilidad sin precedentes, ALMA es la única instalación actualmente capaz de realizar una medición de este tipo para los progenitores distantes de cúmulos masivos”, señala Di Mascolo.

Anteriormente se había detectado gas frío en este protocúmulo, pero la masa del gas caliente hallado en el nuevo estudio lo supera en miles de veces, se añade en el comunicado.

“Este hallazgo demuestra que se espera que el protocúmulo de la Telaraña se convierta en un cúmulo de galaxias masivo en unos 10.000 millones de años, y que su masa se multiplique al menos por diez”, dice Elena Rasia, investigadora del Instituto Nazionale di Astrofisica (Italia) y coautora del estudio.

Para el equipo científico este sistema exhibe enormes contrastes ya que el componente térmico caliente destruirá gran parte del componente frío a medida que el sistema evolucione.

“Estamos siendo testigos de una transición delicada”, añade Tony Mroczkowski, investigador del Observador Europeo Austral (ESO) y coautor del artículo.

El estudio confirma las predicciones teóricas sobre la formación de las mayores estructuras unidas gravitatoriamente del Universo.

En los próximos meses está previsto observar esta estructura con el telescopio espacial James Webb (JWST) a través de un programa que lidera el IAC.

“Gracias a este programa de observaciones de primer ciclo con el JWST hemos obtenido además una beca postdoctoral de excelencia (Marie Sklodowska-Curie Fellow) que otorga la Unión Europea”, destaca Dannerbauer, quien dirigirá este programa científico.

Y concluye que se trata de una oportunidad única que acredita el valor científico de este objeto y lo importante que es para la investigación astrofísica entender la formación y evolución de estas ciudades de galaxias.

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