El fuego arrasó el 2,38% de la superficie arbolada en Canarias en 2022

Incendio de Los Campeches, declarado en 2022 en Los Realejos (Tenerife)

Europa Press

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El fuego arrasó el año pasado el 2,38% de la superficie arbolada en Canarias, lo que supone el 1,03% de la forestal del conjunto del país, en un 0,43% de siniestros, según los datos provisionales anuales publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico que sitúan al pasado ejercicio como el peor del decenio en este decenio.

En el conjunto del país el fuego arrasó 267.939,64 hectáreas durante 2022, lo que supone 180.059,9 hectáreas más que en 2021, es decir, en torno al triple que el pasado ejercicio.

La cifra supera con creces las 87.966,09 hectáreas quemadas durante el año 2021, que registró un descenso del 22,58% respecto a la media del último decenio.

En concreto, descendieron un 22,49% los conatos (menos de 1 hectárea de superficie) y el 22,77% en el número de incendios (más de 1 hectárea), de modo que fue el cuarto año con menos siniestros del periodo 2011-2021.

Así, durante el año 2022 se contabilizaron 10.503 siniestros, un 15,84% más que en 2021. En concreto, aumentaron más los conatos que los incendios, que solo contabilizaron 386 más que el año anterior.

Sin embargo, entre estos se registró un notable incremento en el número de grandes incendios forestales (GIF), aquellos que superan las 500 hectáreas calcinadas, ya que durante 2022 se contabilizaron 57, más del triple que los 18 del año anterior.

Con todo, 2021 cerró como el cuarto con menos incendios del decenio, 2011-2021 frente a un 2022, el peor en la materia entre 2012-2022.

En comparación con la media del decenio, este año ardió un 64,82% más hectáreas que la media del periodo 2012-2022, prácticamente el triple. La media del número de siniestros, sin embargo, es de 10.616, una cifra similar a la del reciente ejercicio.

Además, el fuego ha afectado este año al 0,963% de la superficie nacional, frente al 0,316 por ciento de 2021 o un similar 0,339 por ciento de la media del decenio.

Los datos reflejan, asimismo, que mientras la superficie herbácea quemada durante 2022 fue similar a la del año precedente, con 19.730,50 hectáreas (2022) y 19.798.16 hectáreas (2021) respectivamente, la arbolada y el matorral y monte abierto recogieron el incremento significativo de las llamas.

En concreto, frente a las 24.505,88 hectáreas de superficie arbolada quemada en 2021, en 2022 ardieron 115.174,02 hectáreas. En la misma línea de aumento destacado creció la superficie matorral y de monte abierto quemada, que pasó de las 43.662,05 hectáreas en 2021 a las 133.035,13 hectáreas en 2022.

Con todo, el recién terminado ejercicio se sitúa como el peor con diferencia desde 2011, con una diferencia cercana a las 50.000 hectáreas (48.983,05) respecto al peor año de ese periodo que fue 2012, cuando ardieron 218.956 hectáreas de superficie.

Por zonas, la más afectada por las llamas fue el noroeste, que concentró el 44,78% de los siniestros; segunda por las comunidades interiores, con el 37,06% de los fuegos y por el Mediterráneo, donde acaeció el 17,73%.

En la misma línea, en el noroeste se quemó el 45,14% de la superficie arbolada y el 49,04% de la superficie forestal; en las comunidades interiores se quemó el 38,34% de la superficie arbolada y el 30,22% de las comunidades interiores; y en el Mediterráneo ardió el 14,14% de la superficie arbolada y el 19,70% de la forestal.

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