'El cerco de Leningrado', un análisis íntimo del ser humano, en el Cuyás

La obra del dramaturgo Sanchís Sinisterra, El cerco de Leningrado, se sube al escenario del Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria este viernes, bajo la dirección de Rafael Rodríguez e interpretación de las dos actrices canarias, Lili Quintana y Blanca Rodríguez. La producción de la compañía 2RC Teatro de Repertorio (que opta por su anterior montaje que coproduce el Teatro Cuyás, El Alcalde de Zalamea, a los Premios Max como Espectáculo Revelación), es la primera vez que se ocupa de un texto contemporáneo dentro de su amplia trayectoria escénica, en la que ha representado textos clásicos del Siglo de Oro español.

Rafael Rodríguez, director de El cerco de Leningrado advirtió que esta obra se “afronta sin escatimar ningún esfuerzo, ya que es un espectáculo que bien podría ser estrenado en cualquier escenario de Madrid o Barcelona”. Satisfecho del trabajo de las dos actrices canarias ?“el mejor que han afrontado en estos últimos años”, según su opinión-, Rodríguez señaló en la rueda de prensa de presentación que esta obra “tiene que ver con el ser humano, con la lucha, con todos esos cercos que los humanos tenemos, desde el amor a la enfermedad. El texto de Sinisterra nos da ánimos para seguir avanzando a pesar de todas las ingratitudes de esos cercos íntimos”, dijo.

Lili Quintana, que interpreta a Natalia en el montaje estrenado a finales de los años noventa del siglo pasado en Madrid, comentó que muchas mujeres son Natalia, “un personaje maravilloso, que lucha contra las inclemencias del espíritu desde la revolución. Es un personaje lleno de matices ideal para ser interpretado por cualquier actriz. Me siento identificada con ella”, confesó Quintana, cuyos niveles de popularidad se han sumado con su participación en el programa de humor En clave de Já.

Por su parte, Blanca Rodríguez, añadió que hacer teatro hoy en día es arriesgado y más afrontar la producción de un texto como El cerco de Leningrado. “Sanchís es uno de los grandes clásicos contemporáneos españoles”, dijo la actriz que interpreta a otra mujer, Priscila, “con la que tengo muy poco en común. Con este texto tengo la oportunidad de seguir creciendo dentro de la profesión”, explicó la actriz.

La obra, que se estrena en el Cuyás, narra la historia de Priscila (Blanca Rodríguez) y Natalia (Lili Quintana), mujer y amante respectivamente del director teatral de izquierdas Néstor Caposo, presumiblemente asesinado hace veintitrés años, viven en el teatro que fuera sede de su compañía, ahora abandonado y a punto de ser demolido y expropiado. Son dos mujeres unidas por el recuerdo y el amor a un mismo hombre y la utopía de alcanzar un mundo mejor.

Mientras hacen un inventario permanente de lo que ha quedado dentro del viejo teatro rememoran su propia historia y la del grupo. Buscan un texto de un autor desconocido, que Néstor estaba ensayando cuando murió, y que nadie había llegado a conocer en su integridad: El cerco de Leningrado. Cuando lo encuentran advierten que al presentar la derrota del comunismo, el texto se enfrentaba tanto a la izquierda como a la derecha (que lo necesita como enemigo).

Comprenderán entonces que Néstor pudo ser asesinado tanto por unos como por otros. Pese a ello, ambas mujeres continuarán fieles a sus recuerdos y a sus ideales, atrincheradas, resistiendo la demolición del teatro, y disponiéndose a montar, más solas que nunca, El cerco de Leningrado.

“La obra es absolutamente dinámica y teatral”, explica Rafael Rodríguez, “que explica alguno de los cambios políticos experimentados en el último siglo. Concibe el teatro desde su grandeza, y acerca al espectador a múltiples planos. Es una comedia ideológica”, concluye el director.

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