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Una novela bellísima a la vez que dura
Silvia R. Court es una escritora consolidada, autora de obras como Eco, Mares, Vestida de miedo, Cautiva del tiempo, El ojo del día y Quizá es todavía, novela publicada recientemente y objeto de la presente reseña. Su literatura se caracteriza por “una profunda sensibilidad hacia la memoria histórica y la instrospección emocional”, según reza en su entrada en la página Escritores de Canarias de la Biblioteca de Canarias. En efecto, en Quizá es todavía (La Literaria) aparecen ambas características: por un lado, realiza una profunda labor de memoria histórica sobre las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y por otro, se sumerge en las vivencias y emociones del poeta protagonista del relato y en las de la escritora que novela su vida.
Se trata de una novela bellísima a la vez que dura, ya que recoge la investigación llevada a cabo por Claudia, una profesora de literatura, sobre la vida y la obra del poeta húngaro Miklós Radnóti, encarcelado, torturado y finalmente asesinado en 1944 por su condición de judío. Claudia novela la trágica historia de Miklós desde su infancia hasta su muerte, destacando su fuerza de voluntad para sobrevivir al horror que le rodea recurriendo a la poesía, a la palabra salvadora que lucha por denunciar el odio, la guerra y sus terribles consecuencias: la marginación, el dolor, el miedo, la soledad y la muerte de miles de personas inocentes en aras de un proyecto diabólico pergeñado por un demente megalómano que ocupa territorios para saciar su voracidad desmedida. A la vez se pregunta si, a la vista de sucesos que están ocurriendo en la actualidad -guerra en Ucrania, genocidio en Gaza, extensión del racismo y la xenofobia, polarización de la sociedad y avance de las fuerzas de ultraderecha- esta situación es susceptible de repetirse.
La novela está narrada en dos tiempos, el de Miklós y el de Claudia, bien diferenciados. Los personajes que aparecen están muy bien trazados, destacando especialmente tres: el poeta, personaje redondo que evoluciona de niño feliz a preso en campos de trabajo pasando por diferentes etapas vitales -huérfano conocedor del secreto de su nacimiento, recogido por su tío; joven estudiante de algo que no le llena, pero que termina para agradar a su protector; enamorado que encuentra la felicidad con Fifi; estudiante de Filología, disciplina en la que logra doctorarse; profesor marginado; converso al catolicismo; y prisionero por su condición de judío-; Fifi, la compañera que lo comprende, lo protege en lo posible, lo busca hasta encontrarlo y mantiene su legado; y Claudia, que queda cautivada ante la historia de Miklós y se traslada a Budapest para conocer y encajar todas las piezas de su biografía y su obra escribiendo una novela. El estilo es poético y aparentemente sencillo, pero muy eficaz para captar la atención del lector.
Estremece el final de la historia del poeta, que logra esconder sus últimos poemas en el abrigo que llevaba cuando lo asesinaron, y conmueve que la “espera de la espera” que le imprimía fuerza para continuar luchando no haya llegado a tiempo. Tras la lectura me he acordado del otro poeta en cuyo bolsillo se encontró el verso Estos días azules y este sol de la infancia, autor del poema Hoy es siempre todavía al que me ha llevado el título de esta novela.
Lectura muy recomendable.
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