Desempleados aprenden a cultivar y vender setas
La Granja Agrícola Experimental del Cabildo de Gran Canaria es el escenario estos días de un curso infrecuente: treinta alumnos, la mitad de ellos desempleados, aprenden el arte del cultivo y la necesidad de la comercialización posterior de la seta y el champiñón, especialidades muy apreciadas en la gastronomía que, sin embargo, no han sido particularmente atendidas por los productores canarios.
El curso está organizado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y la cooperativa Cosecha Directa, y está cofinanciado fundamentalmente con fondos europeos y por los ayuntamientos grancanarios de Firgas, Gáldar y Santa Lucía de Tirajana. Los treinta alumnos, seleccionados cuidadosamente atendiendo a su perfil, proceden de seis municipios de Gran Canaria.
Los dos profesores, Ana García y Ramón Ponte, se van a ocupar estos días de enseñarles a cultivar y comercializar los productos, pero también de animarles a crear la primera asociación de productores con mentalidad profundamente cooperativista. A partir de la primera semana, los técnicos vigilarán en la plantación para que la cosecha sea un éxito, al tiempo que asesorarán a los alumnos sobre la viabilidad económica de cada productor.
El objetivo es “crear industria”, según destacan los organizadores, “que sea viable económicamente bajo el paraguas del asociacionismo”.
Primera cosecha en diciembre
Las explotaciones docentes estarán situadas en Valsequillo, donde los enseñarán dos técnicas: la tecnificada y la tradicional, sin prácticamente coste alguno, dentro de unas instalaciones en las que el alumno puede palpar las distintas formas de producción.
El curso concluirá en diciembre con la recolección de la primera cosecha. La idea fundamental es sacar adelante un proyecto viable de creación de industria y de empleo a partir de los fondos sociales europeos, que cofinancian el curso.
Este el primer curso que se parte desde la iniciativa de Cosecha Directa dentro de su proyecto como cooperativa con el que trata de demostrar que las cosas se pueden hacer, que se puede crear empleo, valor añadido, y cristalizar los valores más importantes del cooperativismo, desde el convencimiento más profundo de que sólo la unión hace posible un cambio necesario en el sector, en beneficio de todos incluido el consumidor.