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La central hidroeléctrica Salto de Chira, una obra de ingeniería única en España

Presa de Soria, el embalse inferior de la central hidroeléctrica Salto de Chira.

Iván Alejandro Hernández

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“Salto de Chira es única en España”. Lo asegura el director técnico de la central hidroeléctrica proyectada en Gran Canaria, Yonay Concepción. En el territorio nacional existen numerosas infraestructuras que emplean esta energía para generar electricidad, como la de Aldeadávila (Salamanca), de Iberdrola, construida en el curso medio del río Duero, que supera los 1.200 megavatios de potencia (MW) en turbinas albergadas en una caverna de 139 metros de altura. La obra que se proyecta en la isla alcanza los 200 MW con seis grupos que se ubicarán dentro de una caverna de 33 metros de altura. Pero su singularidad no reside en su magnitud, sino en su funcionamiento en corto circuito hidráulico. “Es capaz de turbinar y elevar el agua al embalse superior de forma instantánea”, explica Concepción.

Las centrales hidroeléctricas, como la Aldeadávila, transforman el agua en electricidad mediante la caída en altura del líquido hacia las turbinas. En este caso, es una infraestructura a pie de presa (de 139 metros de altura) y genera electricidad constantemente. Existe otra modalidad, reversible, que conecta dos embalses y utiliza el bombeo, como es el caso de La Muela II (Valencia), una de las mayores de Europa, que, además de aprovechar el salto, sube el agua. Durante la noche, emplea energía para elevar el líquido con el que luego genera electricidad en los picos de demanda en momentos diferentes. Y Salto de Chira, que también emplea bombeo, puede realizar estas acciones (subir y bajar el agua), de forma casi simultánea, lo que permite “una adaptación a lo que pida la generación renovable, que es fluctuante en función del viento y el sol, en cada momento”, añade el también ingeniero de caminos.

Salto de Chira ha sido defendida como una pieza clave en la transición energética por numerosas instituciones y expertos, desde el Cabildo de Gran Canaria al Parlamento regional, así como por el Comité Nacional de Grandes Presas o expertos como Gonzalo Piernavieja, Coordinador de I+D+i del Instituto Tecnológico de Canarias, o Julieta Schallenberg, doctora en ingeniería, profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La idea es que el proyecto permita aumentar la penetración de renovables en la isla del 16,8% de 2020 hasta un 55% en 2030 gracias al almacenamiento que facilita el recinto. La isla, al no estar interconectada como en Península, no puede cubrir toda su demanda de forma instantánea con renovables porque son energías intermitentes y corre el riesgo de sufrir apagones. Necesita poder guardarla para emplearla cuando sea necesaria y así reducir la quema de combustibles fósiles. Y con ese objetivo parte la infraestructura. 

Pero también tiene detractores. Además de las críticas realizadas por la Federación Ben Magec, que no descarta emprender acciones legales si no se garantizan de forma efectiva los bienes ambientales y, desde septiembre de 2020 se ha conformado la plataforma Salvar Chira-Soria que aúna diferentes colectivos ecologistas y ciudadanos a título particular que se oponen frontalmente a la obra, sosteniendo que supondrá un atentando medioambiental que también afectará a los habitantes de la zona. También han mostrado su rechazo ocho círculos de Podemos en Gran Canaria, a pesar de que la misma formación en el Parlamento la respalda, porque, entre otras razones, estima que la Unión Europea aún se debe pronunciar sobre un proyecto que les genera dudas.

En concreto, se refiere a la respuesta pendiente de la Comisión Europea, que previsiblemente se producirá antes de final de año, sobre la excepción solicitada por el Ministerio de Transición Ecológica a la directiva 2019/944 para sus territorios no peninsulares. En la citada normativa se impide que un gestor de la red de distribución pueda explotar instalaciones de almacenamiento de energía, a excepción de la regiones ultraperiféricas. Y según la plataforma, el Gobierno central ha solicitado a Red Eléctrica de España (REE), adjudicataria de Salto de Chira y operador del sistema eléctrico en el estado, que se aplique dicha excepción en Gran Canaria. La Unión Europea también aceptó en julio una queja de la plataforma contra el proyecto y la eurodiputada española del PP Dolors Montserrat, comunicó que se aceptó realizar una “investigación preliminar”.

Salto de Chira, que se ideó a principios del siglo XXI, ha atravesado numerosos obstáculos hasta que el pasado 29 de julio obtuvo la declaración favorable de impacto ambiental, dando luz verde a una obra que aún debe sortear una serie de condicionantes para comenzar su ejecución en el suroeste de la isla, una zona relativamente virgen. Se ubica en torno al barranco de Arguineguín y los límites de áreas reconocidas como Reserva de la Biosfera o Red Natura 2000.

Se estima que Red Eléctrica Española (REE) ejecute la obra en un periodo superior a 5 años y con un presupuesto por encima de los 300 millones de euros. Su proyecto ha estado abierto a información pública durante 45 días hábiles, concentrando más de 30 alegaciones, y se ha consultado a 30 administraciones del Gobierno central, regional e insular, además de tres ayuntamientos, y 26 colectivos, como la ULPGC o diversas asociaciones.

REE ha estructurado una obra que conecta dos presas existentes, la de Soria (inferior, con una capacidad de 13 hectómetros cúbicos) y la de Chira (superior, con 5,6 hm3), a través de circuitos hidráulicos subterráneos con la central, que se extenderán a través de más de 2.500 metros de longitud. La caverna en la que estará ubicado el dispositivo principal se dividirá en dos: uno para albergar los grupos de turbinas (17 metros de ancho y 33 de alto) y otro para los transformadores (24 metros de ancho y 25 de ancho). Junto al acceso se Soria, se extenderá una plataforma en superficie de 3.000 metros cuadrados donde se ubicará una estación de bombeo.

La empresa contempla la construcción de un túnel de acceso a la central de 2.614 metros de longitud, otro que conecta dicho tramo con la presa de Soria (1.200 metros de longitud), además de 13 galerías auxiliares, que suman 1.760 metros de longitud. Para realizar las excavaciones, REE plantea la construcción de tres accesos principales: uno que conecte la carretera GC-505 con el túnel que lleva a la central (2.500 metros de longitud y 5 metros de ancho que será permanente); otro entre la carretera GC-604 y la presa de Chira (1.500 metros de nueva construcción y 5 metros de ancho) y el acceso de 2.155 desde la GC-505 a la parte alta del embalse de Soria. Además, junto a la GC-505 se construirá una infraestructura que sirva de comunicaciones con fibra óptica en una extensión de 12,5 kilómetros.

La energía que llega en forma de agua a la central se transforma en electricidad que luego es transportada a través de líneas eléctricas, que en su mayoría se elevarán en superficie durante 14,9 kilómetros hasta la conexión con la subestación de Santa Águeda. También se contempla la construcción de otras líneas temporales durante la obra, así como antenas de telecomunicaciones, dos de las cuales se harán en zonas sensibles y precisarán de un helicópteros para su instalación.

Las obras precisarán la instalación temporal de maquinaria o casetas necesarias para las construcciones, que ocuparán en total un espacio de 18,4 hectáreas. Y REE ha elegido dos enclaves para depositar inertes de los excedentes de las excavaciones o infraestructuras. Uno irá ubicado en la Cañada de la Vaca Sur, ocupando una superficie de 2,7 hectáreas y con una capacidad de almacenamiento de 160.040 metros cúbicos. Para la zona sur, ha escogido la Cantera de San José, que cuenta con tres hectáreas y capacidad de 178.746 metros cúbicos. La empresa aclara que, en caso de imposibilidad de uso de este depósito, se selecciona de forma subsidiaria el depósito de Barranco del Vento, con 6,9 hectáreas de superficie y de 654.735 m3 de capacidad, si bien se trata de una zona degradada por el vertido de los excedentes de la construcción de la GC-1.

Para suministrar agua a la presa inferior, la de Soria, el proyecto también establece la construcción de una desaladora, con capacidad para generar 1,8 hectómetros cúbicos al año ampliable a 2,7 hm3. El agua discurrirá a través de una conducción que seguirá el curso del barranco de Arguineguín hasta embalse durante unos 19,11 kilómetros, con un primer tramo soterrado, otro también bajo tierra que llegará al túnel de acceso a la central hasta la plataforma de bombeo II y tercer tramo en superficie a través de un canal hasta el embalse.

Pero para comenzar los trabajos, Salto de Chira debe cumplir con una declaración de impacto ambiental que exige al promotor numerosos estudios y prospecciones ambientales para mitigar o reducir su afección a la flora y fauna, además de salvar la oposición de sus detractores, que ya han advertido que realizarán movilizaciones.

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