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Doña Nati, primera alcaldesa de Alajeró

Grupo de jóvenes de Alajeró a principios de los años 30. Doña Nati está sentada en la segunda fila, es la primera de la derecha.

La Gomera Ahora

Alajeró —

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Alajeró celebrado el 6 de Marzo de 2015 ha hecho un reconocimiento al trabajo y dedicación de Natividad Artieda Iraola (Tafalla, 1902- Las Palmas de Gran Canaria, 1978), Maestra Nacional que se convirtió en la Primera Alcaldesa del Municipio hace 82 años.

Doña Nati “la maestra”, como la recuerdan los vecinos, estudió Magisterio en la Universidad de Barcelona y tras aprobar una oposición se incorporó, en 1925, a su primer destino como docente en la escuela de niñas de Alajeró, puesto que mantuvo hasta 1934. Durante su estancia en el municipio vivió en Los Almácigos, un caserío, ya despoblado, a cinco kilómetros del casco y cuyo camino de acceso es bastante accidentado. Según nos contaron algunas de sus alumnas, hacía este recorrido todos los días a lomos de una burra.

Natividad Artieda Iraola fue elegida alcaldesa tras las elecciones municipales del 23 de Abril de 1933 (durante la II República), las primeras elecciones en las que se hacían efectivos los derechos electorales de las mujeres, reconocidos en la Constitución de 1931. Junto con ella otras cinco alcaldesas fueron elegidas en Canarias. Durante su corto mandato promovió la construcción del camino vecinal de Alajeró a Hermigua como medida para mitigar el paro obrero en el municipio, para ello solicitó una subvención al Cabildo Insular que no fue concedida. Además cumplió con los cometidos propios de su cargo, como aprobar la cuenta general del presupuesto, nombrar a los alcaldes pedáneos, nombrar al guardia municipal y formar las comisiones municipales. Finalmente, el 17 de Junio de 1933 cesa en el cargo, poniéndolo a disposición del Gobernador Civil, al no ser compatible con el ejercicio de la docencia.

A su escueta labor política hay que añadir su amplia labor como docente, preocupándose por conseguir mejoras educativas en el municipio. Fue miembro activo de la Junta Local de Primera Enseñanza desde 1925, y la presidió desde 1931 hasta su marcha de la isla en 1934. En este período fueron muchos los logros conseguidos, en 1926 se inicia la construcción de un edificio destinado a albergar la escuela de Alajeró casco, ya que el local que se usaba no reunía “las condiciones de higiene y salubridad, así como pedagógicas” necesarias para impartir clases, así lo recoge el Libro de Actas del Pleno y el Libro de Actas de la Junta Local de Primera Enseñanza. Como presidenta de ésta Junta promovió la creación de las escuelas de los Almácigos, Arguayoda y Antoncojo, muy necesarias debido al alto número de niños en edad escolar que tenía el municipio (394 en 1932). Además de la creación de una Escuela para niños de Orientación Marítimo Pesquera en Playa de Santiago, éste hecho se recogió en la prensa de la época omitiendo que la Presidenta de la Junta Local de Primera Enseñanza fuera una mujer, refiriéndose a ella como “El Presidente”. Las mejoras no se centraron solamente en las instalaciones educativas, sino también en la renovación del material pedagógico, solicitando al Patronato Nacional de Misiones Pedagógicas la creación de una biblioteca escolar para el municipio. Pero, sin duda, su iniciativa más significativa, fue la de la implantación de la jornada continua porque los niños no acudían a la sesión de la tarde, “teniendo en cuenta lo diseminado que se halla el pueblo lo cual hace que los escolares tengan que recorrer grandes distancias para concurrir a las escuelas, amén de que en su inmensa mayoría se dedican al pastoreo y a las labores agrícolas…se acuerda…establecer la sesión única con duración de cinco horas desde las ocho a las trece”.

Fueron muy famosas (llegando a venir prensa de Tenerife a cubrir el acto) las “Exposiciones de labores y exámenes” que Doña Nati realizaba todos los finales de curso, a la que asistían vecinos y autoridades, donde las alumnas exponían los trabajos realizados durante el curso y los conocimientos obtenidos, por ello recibió el reconocimiento del Ayuntamiento en forma de Voto de Gracia incorporado a su hoja de servicios.

Doña Nati se trasladó con su familia a Las Palmas de Gran Canaria en Octubre de 1934, recibiendo las siguientes palabras de despedida de sus compañeros: “lamentando el traslado de quien deja buenos recuerdos en este pueblo por su laboriosidad y celo en pro de la enseñanza”.

La Corporación Municipal ha rescatado del olvido la figura de esta Maestra para reconocer la labor de la que fuera primera alcaldesa del municipio en una época en la que el papel de la mujer se limitaba al espacio doméstico, y la equiparación de derechos entre hombres y mujeres era una quimera que iniciaba sus primeros pasos.

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