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Los tipos de pobreza y los desequilibrios provocados

Alberto Vila

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Corrado Gini vivió entre 1884 y 1965. En 1912 desarrolló un método para medir la desigualdad en una distribución. Así surgió el Coeficiente Gini. Este coeficiente representa el nivel de distribución de ingresos, donde el 0, es que los ingresos y el consumo están distribuidos equitativamente entre toda la población, mientras el 1, representaría una situación hipotética en la cual sólo una persona posee toda la riqueza.

Itermon Oxfam ya advirtió el 20 de enero de 2014 que: “Entre 1988 y 2008 el coeficiente de Gini aumentó en 58 países. Así, mientras en Estados Unidos, el 1% más rico ha acumulado el 95% del crecimiento total posterior a la crisis desde 2009, el 90% más pobre de la población se ha empobrecido aún más; y la tendencia ha sido la misma en España. El coeficiente de Gini en España ascendió a 0.34 en 2011 y a 0,35 en 2012, el mayor valor desde que comenzaron los registros, colocando a España en el segundo país más desigual de Europa, sólo por detrás de Letonia”. De hecho, antes de la crisis el 20% de los españoles más ricos ganaba 5,3 veces más que el 20% más pobre. En 2011, esta cifra había aumentado a 7,5 veces. Con esta tendencia, para 2025 el 20% de los españoles más ricos podrían ganar en promedio 18 veces más que el 20% más pobre“. Este coeficiente adquiere tintes dramáticos cuando se superan los límites del entorno entre el 0,40 al 0,60. España se encamina hacia este intervalo.

La causa se explica en que quién está soportando la carga fiscal del esfuerzo, de la llamada “crisis”, es la denominada clase media. Las rentas más altas están salvaguardadas. Las bajas este gobierno las ha excluido del sistema. La estructura parasitaria del Estado, no me refiero aquí a los servicios sanitarios, educativos, jubilatorios o dependencia, es la causante de buena parte del crecimiento de la deuda a raíz del déficit que no se ha controlado. El resto es la desmesurada evasión y elusión fiscal de los agentes más poderosos del sistema. El IBEX35 concentra una buena parte.

Si se utiliza como indicador el consumo per cápita, que se considera mejor adaptado a la hora de reflejar la situación de los hogares, España se situó en 2013 en el 91% de la media comunitaria, frente al 92% de 2012 publicado por Eurostat en diciembre.

Europa Press dio a conocer que Eurostat ha informado que la riqueza por habitante de España, alcanzó su máximo en 2007. Ese año inició la crisis en sus manifestaciones más notorias. Entonces, llegó a superar en 5 puntos la media de la UE y a adelantar a Italia. Este país vuelve a superar a España con un 98%. Desde entonces, el PIB per cápita español ha mantenido su caída. El 103% en 2008 y 2009, el 99% en 2010 y el 96% en 2011 y 2012. Los mayores niveles de renta per cápita en 2013 se registraron en Luxemburgo (264% de la media comunitaria), Austria (129%), Suecia y Países Bajos (129%), Irlanda (126%), Dinamarca (125%), Alemania (124%), Bélgica (119%), Finlandia (112%), Francia (108%) y Reino Unido (106%).

Ahora bien, la Renta per Cápita es un indicador que puede resultar engañoso. Resulta del promedio de la riqueza nacional de una economía, repartida entre el número de habitantes. Esto hace que recuerde que, si en país de dos personas tienen un pollo para comer y una de ellas se lo come todo.... para las estadísticas se han comido medio pollo cada una. Para nuestro caso el pollo es el PBI.

El economista francés Thomas Piketty y su estudio de la evolución de la desigualdad en Estados Unidos y Europa desde finales del siglo XIX, es famoso por su libro “Le capital au 21e siècle” (El Capital en el siglo XXI). En un trabajo para la Revista Science, Piketty ha reunido una treintena de investigadores para realizar la más completa historia económica de los últimos siglos basándose en los datos de los impuestos de 25 países desarrollados, entre ellos España.

En cuanto a la renta, antes de la I Guerra Mundial, el 10% de la población europea tenía entre el 45 y el 50% de la renta nacional. En Estados Unidos, había entonces más igualdad. El top 10 acaparaba el 40% de la renta. Con datos de 2010, el 10% de los estadounidenses dispone de casi la mitad del total. Los más ricos entre los europeos contaban con el 35%. Para Piketty, este descenso es una anomalía en la tendencia debida a las dos guerras que asolaron Europa. La conclusión más determinante es que el crecimiento económico no sólo no reduce la brecha, entre ricos y pobres, la amplía. Obsérvese que hablamos de “crecimiento” y no de “desarrollo”. Este último supondría un avance cualitativo en las condiciones de vida de las personas. Incluye la idea de “progreso”. Lo que diferenció a Europa desde fines de la última gran guerra.

Sobre esta base, Piketty y sus colaboradores anticipan que la desigualdad en los países más desarrollados aumentará en el siglo XXI. Esto será así porque, mientras los rendimientos del capital se mantendrán entre el 4% y el 5%, como se comprueba en los últimos 100 años, la tasa de crecimiento se quedará entre el 1% y el 1,5%. Por ello, la brecha entre capital y renta seguirá creciendo a no ser que, como postula Piketty, se imponga algún tipo de tasa mundial al primero. El editorial de Science, se pregunta: “¿acaso es inevitable la desigualdad?” Me permito incluir: ¿y si se produjesen movimientos sociales de carácter global?

En uno de los últimos estudios de la OCDE, España, en comparación con el resto de países que la integran tiene la tercera tasa de empleo más baja de las 34 naciones de la Organización. Los pobres han sido los más afectados por la crisis. El desempleo y la bajada de sueldos se han concentrado en los hogares de los menos favorecidos con unas cifras nada atractivas. Uno de cada seis adultos vive en un hogar en el que nadie trabaja y el sector de la población más pobre ha perdido entre 2007 y 2010 un tercio de sus ingresos. Los más adinerados, sin embargo, no se han visto tan afectados por la crisis. Los pobres han perdido más dinero que los ricos. Mientras que el 10% de los desfavorecidos han disminuido sus ingresos un 14% , el mismo porcentaje de los más adinerados tan solo visto reducidos sus salarios un 1% anual. Son datos a 2011. ¿Se imaginan a 2014? Según algunos apologetas, se aguarda que Felipe VI se ocupe de esta situación. Al menos mostró preocupación. ¿Podrá?

Porqué no hay un solo tipo de pobreza, el indicador no sirve más que para una percepción periférica. Lo vemos en el último Informe de la EAPN/2014. Allí se refiere que: “Frente a las concepciones más clásicas de la pobreza, que ponen el énfasis en el nivel de vida material y en la insuficiencia de renta como factores determinantes, han surgido otros enfoques como el de la ”pobreza en términos de capacidades“ o el de ”exclusión social“, que adoptan una perspectiva más amplia. Un elemento común de estos nuevos enfoques, frente al convencional basado en la renta, es la reivindicación del carácter multidimensional de la pobreza.” La European Anti Poverty Network – EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social) es una coalición independiente de ONG y otros grupos involucrados en la lucha contra la pobreza y la exclusión social en los Estados miembro de la Unión Europea. Esta coalición creada en diciembre de 1990 por organizaciones que trabajaban dentro de la Unión es un órgano de consulta del Consejo de Europa.

A partir de la armonización de indicadores realizado en el marco de EUROSTAT,la Estrategia EU2020 puso en marcha un indicador específico, denominado AROPE (At‐Risk‐Of Poverty and Exclusion), o tasa de riesgo de pobreza y exclusión social. Como está armonizado a nivel europeo, permite comparar entre países. El indicador complementa la medición de la pobreza, basada en lo monetario, con aspectos de exclusión. El indicador combina factores de renta, que indicaría la pobreza relativa, privación material severa y baja intensidad del trabajo, de manera que una persona en riesgo de pobreza y exclusión social es aquella cuyo nivel de renta se encuentra por debajo del umbral de la pobreza y/o sufre privación material severa y/o reside en hogares con baja intensidad de empleo. La población en riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide desigualdad. No mide pobreza absoluta sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población. Esta sería cuando ciertos estándares mínimos de vida,tales como nutrición, salud y vivienda,no pueden ser alcanzados. Es un tema de una complejidad máxima para tomarlo a broma.

Aunque la crisis y la recesión han afectado a toda la Unión Europea, este impacto no ha sido homogéneo. En la lista que sigue vemos cómo los datos de AROPE de la UE siempre son menores que los de España, tanto en 2008 como en 2012, último dato disponible. Sin embargo, estas diferencias han aumentado, de menos de un punto porcentual a casi 3 puntos porcentuales.

Entre la Comunidad Foral de Navarra, con un 9,7%, y Extremadura, con un 49,5%, hay semejante brecha que, a mi juicio hace ya inviable el actual modelo autonómico. No quiero imaginar los datos a 2014. Esa situación parece no preocupar.

En España ya hay tres millones de personas en situación de “pobreza severa” (según la terminología de Cáritas española), esto es que viven con menos de 307 euros al mes en 2012. Las personas que se encuentran en situación de pobreza severa representan el 6,4% de la población del país, una tasa que casi duplica la de 2007 (3,5%), según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida recogidos en el informe del Observatorio de la Realidad Social 2012.

En tanto, Alemania, España y la Comisión Europea han rechazado este jueves 19 de junio reformar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para relajar la disciplina fiscal y consolidar la recuperación económica. El argumento ha sido que las reglas actuales ya prevén suficiente flexibilidad. “El Gobierno alemán opina unánimemente que las reglas que existen son suficientemente flexibles”, dijo el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Al entrar en el Eurogrupo confirmó: “No hay que cambiar las reglas, hay que cumplirlas”. Este personaje fue desplazado por la Merkel, basándose en presunta corrupción política, en su lucha por el control del partido.

A la vez, el ministro de Economía de España, Luis de Guindos, se mostró convencido de que es necesario continuar con el proceso de reducción del déficit público a un ritmo adecuado y también con más reformas económicas. “España es favorable a no modificar las reglas continuamente. Es fundamental tener reglas estables, predecibles y sensatas y yo creo que en este momento las tenemos”. Su entusiasmo esconde el deseo de resultar respaldado para ocupar cargos comunitarios, según diversas fuentes.

Por su parte, Italia y Francia han reclamado que la UE dé prioridad al crecimiento y el empleo sobre la consolidación presupuestaria, aunque han aclarado que tampoco ellos quieren cambiar las reglas. También el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, afirmó que: “es importante continuar con una consolidación coherente de las finanzas públicas”. “En mi opinión, es importante respetar las reglas presupuestarias, que ya tienen un grado significativo de flexibilidad”. Rehn deja su cargo el 1 de julio para convertirse en eurodiputado.

Cómo no van a estar indignados los ciudadanos cuando observan que ni el déficit se controla, con el consiguiente incremento de la deuda. Ni los recortes son reformas de algún tipo que permitan suponer salidas. Además de verse agredidos desde todas las instancias del poder establecido. Están volviendo a la economía española en “insolvente”. Anulan sus posibilidades de recuperación. ¿Es un propósito a sabiendas o por incompetencia? Se están dando condiciones para el Default o incapacidad de pago de las deudas. Sólo estamos financiando el déficit que, por cierto, sigue aumentando, por mucha prostitución o drogas sean incluidas en la medida del PBI. ¿Se “blanquean” actividades delincuenciales en aras de maquillar la riqueza nacional? De despropósito en despropósito nos llevan al colapso.

Se sigue mintiendo. Se continúa con el empobrecimiento de España. La prestigiosa publicación La Gaceta Sanitaria, pone en evidencia las consecuencias de estas politicas restrictivas, no sólo injustas sino causantes de una situación límite en diversos ámbitos de la salud pública. Me pregunto, y no es el único caso, ¿qué cualificaciones tiene la ministra de sanidad para detentar semejantes responsabilidades? ¿No mide las consecuencias de sus actos, o argumentará “que no lo sabía”?

Se sigue respondiendo al interés de unos pocos en desmedro de la gran mayoría. Es un desequilibrio provocado. Y no pasa nada... ¿o sí? El futuro se aproxima apresuradamente.

INE, Encuesta de condiciones de vida. La última disponible es de 2013, Datos europeos disponibles en EUROSTAT.

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