Sí se puede recuerda la necesidad de trabajar en la eliminación de los cañaverales

Cañaveral en un barranco del norte de la Isla

La Gomera Ahora

Para Sí se puede-La Gomera, es evidente que algunos de los cauces de La Gomera no tienen un estado ambiental adecuado debido a que han sido tratados sin considerar la integridad de su funcionamiento como ecosistemas. Por ello, requieren un nuevo enfoque en su gestión y aprovechamiento más acorde con los principios de desarrollo sostenible y de conservación de la biodiversidad, coincidentes con los objetivos de la Directiva Marco del Agua.

Para Pedro Rodríguez, portavoz de la formación, “estas circunstancias debieran mover al Consejo Insular de Aguas a realizar el esfuerzo de implementar en la isla la Directiva Marco del Agua, uno de cuyos principales objetivos es la mejora del estado ambiental de nuestros ecosistemas riparios. La lucha emprendida para la erradicación de las especies invasoras, que es una de las principales amenazas, debiera ser un objetivo común para las administraciones responsables de la gestión del Dominio Público Hidráulico. Aquí en La Gomera se ha apostado por urbanizar algunos barrancos, cuando la Directiva Marco del Agua lo que propone es lograr el retorno del funcionamiento de estos ecosistemas a un estado más natural o equivalente al que tenían antes de su deterioro y conseguir que los cursos de agua aumenten su resiliencia –ese concepto que está tan de moda- frente a las perturbaciones naturales y las producidas por la mano del ser humano”.

Uno de los problemas más graves que tienen muchos de nuestros barrancos es la proliferación de la caña común (Arundo donax). Esta especie exótica invasora (EEI) se propaga a gran velocidad, invadiendo cauces, empobreciendo la vegetación de ribera, y obstruyendo las infraestructuras que atraviesan los cauces, dificultando la capacidad de desagüe. En episodios de crecidas extraordinarias, provoca inundaciones que causan daños medioambientales, económicos y materiales. “Hasta ahora, las técnicas de eliminación de la caña aplicadas en la isla han sido ineficaces, cuando no inapropiadas, porque lo de fumigar los cauces con herbicidas no parece ser lo más adecuado para la salud ambiental”.

Para Pedro Rodríguez, “debido a la velocidad y facilidad de propagación de esta especie surge la necesidad de mejorar los tratamientos existentes en la actualidad, que no deben pasar por planes de empleo esporádicos, sino por aplicar una estrategia de control natural. Debemos procurar volver a vincular a la población en el uso de los terrenos de los cauces, y en determinadas zonas que avalen estudios científicos y técnicos, procurar que la vegetación natural pueda desarrollarse”

Lo que es obvio para el portavoz de Sí se puede-La Gomera es que “son necesarias actuaciones para controlar la presencia de la caña en los ecosistemas insulares debido a los impactos que produce esta especie ya que es mucha la literatura que señala que esta especie produce, entre otros problemas, el desplazamiento y el empobrecimiento de la vegetación autóctona de nuestros barrancos, la disminución de la capacidad de desagüe de los mismos, y el aumento en la regularidad en el régimen de incendios dada la gran densidad de crecimiento de esta especie invasora y continuidad de la masa, como desgraciadamente ocurrió en el incendio de agosto de 2012 en Valle Gran Rey”.

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