Vendemos el cielo, vendemos la tierra
No escribo estas líneas con afán de enfrentarme a nadie —ni a políticos, ni a vecinos, ni a foráneos—, sino porque, en mi humilde opinión, seguimos cometiendo el mismo error una y otra vez.
Hace más de 40 años se creó en Canarias el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Un hito que supuso el comienzo de nuestra mayor presencia a nivel mundial en la investigación del universo.
Pero nuestra, lo que se dice nuestra, jamás lo ha sido en realidad.
Porque desde los centros de poder de Tenerife apostaron en esa época por una jugada de póker magistral: convencernos de apostar por una “sede compartida”. Y de este modo se llevaron a la isla chicharrera el grosso administrativo de este inmenso proyecto astrofísico a nivel mundial.
¿Saben qué significa eso? ¿Saben de cuánto dinero estamos hablando al año? ¿Saben cuántos puestos de trabajo directo e indirecto se fueron a Tenerife?
Les diré unas cifras nada inventadas, extraídas del propio IAC. Según publicaciones de su web, en 2021 su presupuesto total fue de 19,2 millones de euros. Casi 20 millones. Y, la mayor parte, se queda en Tenerife.
Pero no solo es presupuesto. El IAC genera alrededor de 900 puestos de trabajo directos e indirectos. 900 familias que dependen de estos empleos, 900 alquileres, 900 familias comprando, comiendo, divirtiéndose... Y nuevamente, la mayor parte se concentra en Tenerife.
Y ni hablemos del impacto económico adicional: por cada euro de presupuesto invertido se generan 3,61 euros. Y, la mayor parte, ¿ya saben dónde, no?
En La Palma hemos sufrido la fuerza de nuestra naturaleza de un modo muy duro en tres ocasiones en apenas 75 años: el volcán de San Juan, el Teneguía y el Tajogaite. Somos, junto a Tenerife, la isla canaria con mayor riesgo volcánico y el laboratorio natural perfecto. Desde la conquista llevamos registrados 10 volcanes en nuestra isla. Y solo 3 en Tenerife.
Sin embargo, algunos informes apuntan a una candidatura compartida entre Tenerife y La Palma para la nueva sede del Centro Nacional de Vulcanología.
En otras palabras: quieren hacernos la misma jugarreta magistral que nos colaron a principios de los años 80. Que todo se vaya para Tenerife.
¿Y nuestros políticos? ¿Qué han hecho? ¿Qué van a hacer? ¿Volver a perder esta partida? ¿Volver a vender el futuro de nuestra isla?
La historia, y todos los palmeros, les juzgarán por si vuelven a vender nuestra tierra como ya vendieron nuestro cielo.
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