Un Día de las Nieves muy especial
Este 5 de agosto, Día de las Nieves, estaríamos, como cada año lustral, cerrando un ciclo. Satisfechos y orgullosos de haber vivido de nuevo, o puede que, por primera vez, una Bajada de la Virgen que, con toda seguridad, nos habría emocionado y unido como nos ha venido emocionando y uniendo a todos los palmeros y palmeras desde hace más de tres siglos.
Las decenas de personas que participan en los distintos actos tradicionales sentirían hoy la satisfacción y el orgullo de haber pasado, de alguna manera, a formar parte de nuestra historia; habríamos tenido, por primera vez en la Bajada, a dos mujeres bailando la danza de Los Enanos, con toda la fuerza simbólica que tiene para las palmeras romper esta barrera; muchos que están fuera habrían regresado por unos días para vivir la Bajada en familia (y muchos lo hicieron aunque sin Bajada), para enseñar nuestra isla a amigos, y sentir lo que solo sentimos cada cinco años y que tenemos que vivir para poder explicarlo. Hoy, miles de fieles estaríamos sintiendo el calor de la devoción por la Virgen que lo empapa todo durante semanas.
Pero el 2020 nos ha cambiado la vida en muchos aspectos y ha trastocado desde lo más insignificante hasta lo más trascendental.
También nos ha dejado cosas buenas, porque ha sido el año en el que hemos aprendido a ser más solidarios, a ser más responsables, a acercarnos más a las personas a las que queremos, a estar más con la familia.
Hemos aprendido a ser pacientes, a reconocer el verdadero valor de las cosas que damos por sentadas; hemos aprendido que el distanciamiento físico de nuestros seres queridos es doloroso, pero que siempre podemos encontrar el camino para comunicarnos y cuidarnos, aunque estemos separados.
El coronavirus nos ha quitado mucho, pero, como dice el refrán, es el momento de hacer de la necesidad, virtud; de hacer de la crisis, una oportunidad.
Y cuando celebremos la Bajada de La Virgen de Las Nieves será extraordinaria, sobre todo, porque las palmeras y palmeros la viviremos con más intensidad. Esperaremos con más ilusión ver entrar a la Virgen de las Nieves en la capital bonita, pasear por sus calles llenas de emoción y fe. Será punto de encuentro, de caras emocionadas y alegres, de manos que estrechar, de abrazos, de silencio y de ruido, de risas de los pequeños al ver a Los Enanos, y de los no tan pequeños. Será, con más fuerza si cabe, una celebración de la vida, de haber superado muchos obstáculos, del arte, de la tradición, la fe y el amor por todo lo que nos une como pueblo.
Y da igual que esta normalidad sea “nueva” y que nos imponga algunos cambios por el bien común. Lo esencial, lo importante, permanece.
Por eso, para muchos será una renovación de nuestra devoción por la Virgen; otros, vivirán la Bajada desde dentro, cuidando con mimo de nuestras tradiciones; otros disfrutarán de la parte más festiva y para un gran número de familias será una oportunidad para el reencuentro.
Cada uno a nuestro modo, pero lo viviremos, de nuevo, todos juntos y será más especial que nunca. Y, mientras llega la fecha, sigamos apostando por nuestra gente, sigamos apoyando a nuestros negocios locales, a nuestros restaurantes, bares y comercios… Porque ahora, más que nunca, nos necesitamos los unos a los otros para salir adelante. Y lo vamos a conseguir.
¡Feliz Día de Las Nieves!
Nieves Lady Barreto
Secretaria insular de CC en La Palma
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