Gregorio Toledo: el mejor pintor de La Palma del siglo XX
Gregorio Toledo Pérez nació en Villa de Mazo, isla de La Palma, el 12 de marzo de 1906. Inicia sus primeros estudios en su pueblo natal y pronto se aprecian sus innatas dotes para el dibujo por lo que es matriculado en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz de La Palma.
A los 18 años se traslada a Madrid e ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, gracias a una beca concedida por el Cabildo Insular de La Palma.
En 1928 concluye la beca concedida por esta Institución que le ha servido para realizar sus estudios y comienza a trabajar en distintos lugares para subsistir, hasta que, una vez concluida la guerra civil española, la Dirección General de Bellas Artes le encomienda la restauración de las vidrieras de la Catedral de Toledo, deterioradas durante el conflicto.
En 1942 se acaban los recursos económicos del Estado y el pintor se ve obligado a renunciar a su trabajo. Dos años más tarde realiza dos cuadros: uno con destino a la Beca Conde de Cartagena y otro para participar en la Exposición Nacional de Bellas Artes a celebrar en Barcelona.
De vuelta a Canarias es informado que no solo le conceden la Beca de la prestigiosa Fundación, sino que obtiene igualmente el Diploma de Honor de la Exposición de la Ciudad Condal, por lo que rápidamente vuelve con su familia a la península.
A partir de entonces, Gregorio Toledo cosecharía una multitud de premios y distinciones, que citarlas en esta semblanza sería imposible, hasta que fallece en la Villa y Corte de Madrid el 2 de noviembre de 1980.
En su tierra, su pueblo natal, Villa de Mazo, le concede su máxima distinción: Hijo Predilecto, así como rotula una de sus principales plazas como Pintor Gregorio Toledo.
El Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, quiso igualmente perpetuar la memoria del mejor pintor de la isla en el siglo XX dedicándole una plazoleta del municipio, concretamente en la Urbanización Benahoare de la capital insular.
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