Narices europeas y elecciones alemanas sin neutralidad canaria

Rascarse la nariz en público no es lo mismo que meterse el dedo dentro de la nariz y hurgarse. Lo segundo es considerado de mal gusto y mala educación. Nos hinchan las narices la suma ignorancia política de votar por partidos racistas que toman como pretexto a los emigrantes para culparles de todos los males de su país. Eso evidencia, además de analfabetismo político, una cobardía intelectual. Votar por la extrema derecha y los poderosos no solamente aprieta más las cadenas sociales y económicas que sufren los trabajadores y clases medias, sino que aumenta descaradamente poderes y fortunas de las oligarquías capitalistas de sus respectivos países.

¿No se hinchan las narices europeas?

Se suele decir “no me hinches las narices con esas cosas” cuando tales cosas hacen que uno se enfade o pierda la paciencia.

Y las narices europeas se inflan vergonzosamente mientras Macron se reúne sonriente con el americano Trump, pero bajo el mar de sonrisas hay corrientes de fondo. El ruso Putin acusado en tribunales europeos se reúne en África y Asia con quien quiere. Macron recordó que Rusia es país agresor y habló de acordar una paz “sostenible y duradera”, con la participación de Ucrania y con despliegue de tropas europeas para asegurar que no habrá nuevos ataques rusos. Trump estuvo evasivo, aunque aseguró que iba a firmar muy pronto un pacto de explotación de minerales con Zelenski como contrapartida a la ayuda prestada a Ucrania. Macron, sonriente, pero interrumpiendo en voz alta a Trump precisó que Europa había aportado el 60% de esa ayuda. 

O sea, con otras palabras: Trump exige que Zelensky devuelva el dinero prestado o que con un Acuerdo permita a los USA que se queden con los valiosos minerales de Ucrania.

Poco antes del encuentro, los USA y Rusia habían votado juntos en el Consejo de Seguridad. Una situación calificada como giro copernicano de Trump. Y Putin ofreció a EEUU las tierras raras del Donbás.

La doctora Ilke Toygür y los manotazos de Trump

En El País la doctora Ilke Toygür de oorigenturco ha advertido que la Administración Trump no sólo mantiene una Guerra ideológica contra la Unión Europea, sino que además está atacando activamente el supuesto Proyecto común. Y una muestra de ello es la intervención. En la Conferencia de Seguridad de Múnich del vicepresidente americano J.D. Vance acusando a los europeos de “prácticas antidemocráticas”. Y sin ninguna palabra sobre las prácticas de Putin o las suyas propias.  

El departamento americano llamado de Eficacia Gubernamental (DOGE), es invento del multimillonario Elon Musk, tralizado sobre el cadáver del Servicio Digital de Estados Unidos (USDS). Un plumazo dictatorial, perdón, presidencial de Donald Trump impuso el cambio de nombre, pero mantuvo el personal. Pese a ello, el martes más de 20 empleados federales que pasaban a estar adscritos al DOGE presentan su dimisión de forma conjunta alegando que se niegan a utilizar sus conocimientos técnicos para “desmantelar servicios públicos esenciales”. Los 20 antiguos miembros del servicio digital representan casi un tercio del departamento.

Pero la mano de Trump que firmó sobre la emergencia en la antimigratoria frontera y energética, esa mano que indultó a los asaltantes del Capitolio cuando ganó el demócrata Biden, esa mano parece utilizar el manotazo mejor que el plumazo así con la retirada del Acuerdo de París y de la OMS y otras medidas aprobadas a manotazos, perdón, a plumazos o vía decreto presidencial.

Elecciones alemanas                 

El sociólogo e investigador de élites Michael Hartmann, de la Universidad de Darmstadt dijo: “Desde la pandemia de coronavirus, a más tardar, el sistema de coordenadas políticas de muchos empresarios alemanes ha cambiado. Las personas que se benefician del mercado único europeo, la globalización y la inmigración se han alejado del sistema, especialmente de la CDU y el FDP. Esto empezó con Merkel y continuó con Merz y Linnemann”.

Si bien es verdad la observación del sociólogo Hartman no es menos verdad que en las últimas votaciones y sin conexión con el coronavirus la ultraderecha del AfD ha arrebatado la mayoría a la democristiana CDU en el Este.

En Alemania hay unos cuatro millones de medianos empresarios, autónomos y altos directivos. El empresario Christoph Ahlhaus conoce bien este medio. Ahlhaus fue alcalde de Hamburgo, pertenece al ala conservadora de la CDU y dirige la Asociación Federal de la Pequeña y Mediana Empresa (BVMW), portavoz político de los líderes del mercado mundial alemán: “Cuando realizamos encuestas internas en nuestra asociación, queda clara la frustración de los empresarios que se han retirado de la CDU/CSU y se han pasado a la AfD. Si indagamos un poco más, la mayoría de los empresarios rechazan a la AfD por su contenido. Incluso los que quieren votarles. Votan por frustración... o no votan”. Si extrapola las cifras de la encuesta interna e incluye a los previsibles no votantes, Ahlhaus calcula: “El número de empresarios y directivos sin techo político supera el millón”.

Estas declaraciones son anteriores a las recientes elecciones, pero indican la pauta.

El lunes por la tarde, en el Ayuntamiento de Hamburgo, Herr Rudolf hizo balance tras las elecciones generales. Estaba, en general, muy satisfecho - y en caso de que la frase: “Bueno, al menos uno” la tenga en la punta de la lengua: Rudolf no estaba valorando los resultados, sólo el proceso. El escrutinio fue «ordenado y en gran parte discreto», dijo Rudolf, añadiendo que los aproximadamente 15.000 asistentes electorales contaron las papeletas «rápidamente y de forma concentrada» después de las 18.00 horas. Pudo comunicar a Berlín el resultado final provisional a las 23.37 horas, tan tarde porque hubo que repetir el recuento en un colegio electoral.

El nuevo Bundestag tiene 13 diputados de Hamburgo: Aydan Özoğuz, Falko Droßmann y Metin Hakverdi (todos del SPD), Christoph Ploß, Franziska Hoppermann y Christoph de Vries (todos de la CDU), Till Steffen, Linda Heitmann y Katharina Beck (todos de los Verdes), por la Izquierda Jan van Aken y Cansu Özdemir y por la AfD Bernd Baumann y Alexander Wolf.

34 votantes marcaron por error sus cruces en papeletas para Eimsbüttel en un colegio electoral de Altona (que es otro barrio) antes de que se advirtiera el error, «un error de empaquetado», según Rudolf. También hubo que enviar amablemente a casa a bastantes votantes que, como el 40,7% de los electores con derecho a voto en total, habían solicitado el voto por correo. O querían votar dos veces o se habían olvidado de su solicitud.

La participación más baja se registró en Billbrook-Rothenburgsort, con un 64,3%, y la más alta en Groß-Flottbek, con un 90,6%; la media en todo Hamburgo fue del 80,8%. Rudolf: «Un desarrollo muy satisfactorio».

Esas fueron las elecciones federales. El próximo domingo se celebrarán en Hamburgo las elecciones municipales. La mayoría de los ayudantes electorales volverán a estar allí, 24 colegios electorales no estaban disponibles para ambas citas, por lo que Rudolf tuvo que buscar un lugar alternativo. Esta vez el recuento durará varios días.

Si sientes un cosquilleo sospechoso en la nariz - ya sea como candidato, representante electo, trabajador electoral, funcionario electoral estatal o en un trabajo completamente distinto. Ese cosquilleo en la nariz, puede convertirse en que a muchos votantes se les hinchen las narices y no voten con la cabeza, sino desde el malhumor y la insatisfacción de los procedimientos burocráticos y no pensando en las consecuencias políticas. 

El caso es que aunque la CDU democristiana y conservadora haya ganado no puede imponer su programa derechista, sino que tiene que pactar con Socialdemócratas y Verdes si quiere formar gobierno.

Canarias sin neutralidad

Amplios sectores políticos y sociales de Canarias se han movilizado contra el “genocidio de Palestina de Netanyahu y Trump” y también a favor de un Estatuto de Neutralidad para evitar la pertenencia a la OTAN.

El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite el recurso del Gobierno Sánchez contra la derogación de la ley de Memoria Histórica y Democrática de Cantabria, decisión adoptada por el Parlamento autonómico cántabro el pasado mes de noviembre, CON EL APOYO DEL PP Y VOX. El Gobierno de España invocaba en la presentación de su recurso de inconstitucionalidad el artículo 161.2 de la Constitución, que prevé la suspensión automática de las normas impugnadas. La Ley de Memoria Histórica de Cantabria, por tanto, sigue en vigor. ¡MENOS MAL! Nos quieren santificar el pasado franquista y esquivar todo intento democrático de escribir de verdad la historia de nuestro pasado bajo la Dictadura.

En los últimos tiempos hemos visto como diversos grupos políticos se han dado en llamar Canarios en Canarias, Cántabros en Cantabria, catalanes en Cataluña o en Valencia, Galicia o Madrid, según la región o zona donde quieren ganar votos para sus oligarquías respectivas.

Y la gente se ha dejado engatuzar. Para mal de dichos lugares y regiones. Un nacionalismo barato o regionalismo o localismo igualmente barato atrae a los ignorantes y a los que no se ocupan de pensar políticamente.

Canarias se preparó para salir a la calle el sábado 22 de febrero con el objeto de exigir justicia para el pueblo palestino. La manifestación convocada en todo el territorio denunciaba la ocupación y la violencia en Palestina, y decía a Donald Trump y a su aliado israelí Benjamin Netanyahu que “Palestina es de las palestinas y los palestinos. Que Gaza no se vende”, que paren la limpieza étnica en todo el territorio y los asesinatos en Cisjordania , así como los planes del presidente americano y del israelí de diezmar a la población palestina y convertir su territorio en un destino turístico.  

En nuestro tiempo no hay que preguntarse: ¿dónde están hoy los aborígenes? ¿Dónde se hablan los diversos dialectos guanches?

Conocer la Historia es necesario, pero tener la óptica política dirigida al pasado lejano y no hacia el futuro es negativo e incluso desastroso.

Yo sé hablar, leer y escribir en español, francés, italiano, portugués, inglés, en unos mejor o peor que en otros. Empecé hace tiempo a aprender ruso, pero por mis ocupaciones como enseñante tuve que dejarlo. Pero no se me ha pasado por la cabeza estudiar lenguas muertas por ser poco práctico. Y eso ocurre con los lenguajes guanches hablados en las siete islas.

Y cuando Nueva Canarias pide revisar la historia y declarar “etnocidio” la conquista del Archipiélago el 20 de febrero en Tenerife hablando en español-canario por boca de Natalia Santana y Luis Campos durante la presentación de su iniciativa, me pregunto si es coherente por sus castellanos apellidos y nombres.

El Parlamento de Canarias, con mucho atino, no consideró que la Conquista del Archipiélago por parte de la Corona de Castilla en el siglo XV fuese “un proceso violento que trajo consigo etnocidio, esclavitud y destrucción cultural”, como pretendía certificar Nueva Canarias (NC-Bc). Con la abstención del PSOE y el voto en contra del resto de los grupos, la Cámara regional rechazó proceder a un revisionismo histórico de un proceso que duró un siglo y que “fue más una transición que una ruptura” con las señas de identidad de los primeros pobladores de las islas, como argumentó Raúl Acosta (AHI), o un intento de “cancelar los últimos seis siglos de la historia de Canarias mediante un reduccionismo entre buenos y malos sin matices”, como reflexionó Luz Reverón (PP).  Hay cosas que están más allá de intereses partidistas, sean de izquierda o derechas. Y por eso, con algunas reservas, coincido con el Parlamento de Canarias.