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El crimen imperfecto

Se presume que le fue suministrando poco a poco pequeñas dosis de veneno hasta que la mujer, de 34 años, no pudo resistirlo más. Tras varios días ingresada en el hospital, la joven murió víctima de una fuerte intoxicación. Su marido ha sido arrestado como supuesto autor del envenenamiento. Ni la maestría de la insuperable obra de Hitchcock serían capaces de narrar una historia tan dantesca, porque la Policía sospecha que el presunto autor de este asesinato planeó una muerte lenta que no despertara las sospechas de nadie. La denuncia de la familia acabó con el intento del presunto asesino, porque de lo contrario la muerte de Laura G. hubiera sido registrada sin causas penalmente llamativas.

El pasado miércoles, un enfermero del Hospital Insular de Gran Canaria fue detenido y trasladado a la Supercomisaría de Las Palmas de Gran Canaria como sospechoso de la muerte de su pareja, también enfermera pero en este caso del Hospital Doctor Negrín. La familia de la víctima puso en conocimiento del Juzgado de Guardia sus sospechas de que la muerte pudo haberse producido por un lento envenenamiento que condujo primero a la enfermedad y luego al fallecimiento.

Algo extraño estaba pasando hacía meses, así que familiares y algunos compañeros de la víctima no dudaron en denunciar y pedir una investigación tras producirse la muerte. Pero la denuncia fue presentada cuando ya era demasiado tarde para salvar la vida de Laura G. A., una enfermera que hizo las maletas hace ocho años para dejar su Granada natal y buscar trabajo en las Islas Canarias.

Las primeras averiguaciones apuntan a que el sospechoso presentaba un trato exquisito y muy protector hacia su pareja, lo que nunca hizo sospechar a nadie del continuo aspecto enfermizo que presentaba la víctima, que mejoraba cuando acudía a su trabajo en el hospital Doctor Negrín y que empeoraba cuando estaba en su domicilio conyugal.

La autopsia realizada a la mujer arrojó la existencia de diversos metales y de mucha glucosa. Los laboratorios cotejan las sustancias halladas en el cuerpo con los líquidos y otros productos incautados en los registros efectuados.

Pero Iván R. A., el enfermero acusado de envenenar presuntamente a su esposa, Laura G.A.,con la que tiene un hijo de menos de dos años, se declara inocente. Tras prestar declaración este viernes durante una hora y media, la jueza María Auxiliadora Díaz Velázquez, sustituta del titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, imputándole un delito de homicidio.

Es probable que la jueza dicte un auto para inhibirse del caso, a fin de que sea el Juzgado de Violencia sobre la Mujer en Telde (Gran Canaria) quien se encargue del mismo, ya que fue en este municipio (concretamente en el barrio de La Pardilla) donde ocurrieron los hechos.

Los primeros en declarar fueron los familiares de la víctima, que gritaron en los pasillos que nunca se fiaron de él. La madre descartó que su hija tuviera una enfermedad previa y quería que los medios de comunicación difundieran la imagen con el rostro del detenido. “Que todo el mundo lo vea y se vea a este individuo en toda España”, manifestó al grito de “me la estaba envenenando como las ratas”.

La causa permanece bajo secreto de sumario.

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