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La agónica espera de los cuatro podencos cercados por la lava en La Palma mientras se retrasa su casi imposible operación de rescate

Uno de los podencos atrapados en La Palma

María Rodríguez Santana

14 de octubre de 2021 21:17 h

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Jugando con una botella de plástico sobre la manta de ceniza volcánica que cubre un estanque completamente cercado por la lava. De esta manera se intenta distraer uno de los cuatro perros que permanecen atrapados desde hace más de una semana en dos estanques completamente rodeados por la lava del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma. De un lado para otro, rebuscando en la ceniza y mirando perplejos al dron que les graba desde el cielo, casi con una mirada de auxilio, los animales cada vez están cada vez más flacos y desesperados. Las condiciones ambientales que envuelven al volcán, por su parte, hacen que el rescate se convierta en una odisea.

Las alarmas saltaron la pasada semana, cuando la organización animalista Leales.org alertó a través de sus redes sociales de que la lava había apresado a un gato en un estanque del barrio palmero del Paraíso, en El Paso. “Si no se puede rescatar, al menos que se alimente por dron”, pidió la organización.

Pero no era ni un felino ni el escenario del drama era solo uno. Después de analizar los vídeos y las fotos, Leales.org afirmó esta semana que había cuatro podencos atrapados en dos estanques diferentes, uno al oeste del Paraíso y otro al este de Todoque. Los perros que se encuentran en el estanque más grande pueden entrar y salir de este, lo que les permite deambular por la zona y reguardarse del sol y del frío; los que están en el más pequeño no corren la misma suerte. La preocupación se centra, sobre todo, en los que están en el estanque pequeño, como ha expresado la plataforma en un comunicado, ya que permanecen “bajo el sol, sin resguardo, a la intemperie”, pero también porque están cerca de la tierra solidificada, “que camina lentamente hacia ellos, temiéndose algún día nuevas coladas por esa zona”.

Ante esta situación de desamparo, la Asociación Aanipal ha propuesto el envío de una pequeña caseta para su resguardo, ya que por el día están todo el día expuestos al sol y por la noche no tienen dónde refugiarse del frío.

Dos empresas palmeras, Ticom Soluciones y Volcanic Life, llevan una semana alimentando mediante un dron que transporta comida y agua a los animales, y cuentan, además, con asesoramiento veterinario para elegir el alimento y aporte hídrico más adecuado en este tipo de situaciones, que los ha mantenido con vida.

La organización animalista ha pedido los permisos para poder rescatarlos con la misma técnica con las que se han conseguido las imágenes, mediante un dron. Según afirmó la plataforma a Televisión Canaria, sería la primera vez en España que se lleva a cabo esta maniobra.

Un rescate casi imposible

“Que se los lleven en helicóptero y ya”. Así han respondido algunos usuarios de Twitter al enterarse de la noticia. Sin embargo, no es tan fácil. Manejar un dron alrededor de un volcán en erupción es “volar con las peores condiciones”, relata el operador de drones Thomas Haack a la Televisión Canaria. Ni el viento ayuda ni “las piedras que nos caen encima y tocan las hélices”, tampoco.

A pesar de estas condiciones adversas, la empresa Aerocámaras Especialistas en Drones ha ofrecido sus servicios para sacar a los famélicos podencos de esos dos estanques que se han convertido en cárceles rodeadas de lava. El operativo se llevaría a cabo, como relata la empresa, a través de drones de carga. Sin embargo, faltan los permisos para hacerlo, algo que por ahora no ha llegado. “Estamos preparando a contrarreloj el rescate”, afirmó la empresa en un tuit. Luego añadió que aún estaba “en trámites” para poder realizar la operación, que por el momento se centraría en llevar más alimentos, inspeccionar la zona y conseguir que los animales se habituasen al dron para el momento del rescate.

Mientras se intenta decidir qué hacer o cómo hacerlo, las horas pasan inexorables con el temor a que una lengua de lava termine por engullir ese pedazo de tierra en el que los perros han logrado sobrevivir hasta ahora, o que estos, extenuados y famélicos, se rindan y al final el rescate llegue demasiado tarde para ellos.

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