La romería ofrenda del Pino congrega en Teror a más de 35.000 personas y se convierte en la más multitudinaria de los últimos años
La romería ofrenda a Nuestra Señora del Pino congregó la tarde de este sábado en Teror a más de 35.000 personas llegadas de todos los municipios de Gran Canaria, convirtiéndose en una de las más multitudinarias de los últimos años, especialmente después de la pandemia.
El Ayuntamiento de Teror señala que la de este año también ha sido una de las más generosas y solidarias, con más de 25 toneladas de alimentos que se destinarán a Cáritas y a asociaciones benéficas.
El tradicional evento de la Fiesta Mayor de Gran Canaria transcurrió desde las 15.30 hasta las 19:30 horas sin incidencias y en un ambiente festivo y respetuoso con las tradiciones canarias.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales; el alcalde de Teror, Sergio Nuez; el párroco de la Basílica, Jorge Martín de la Coba, y el obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, cerraron el evento con palabras de agradecimiento al pueblo canario por la espléndida muestra de fervor hacia la Virgen del Pino, y un mensaje de esperanza y solidaridad.
Las 22 carretas de todos los municipios de la isla y del Cabildo de Gran Canaria volvieron a transportar sus ofrendas desde el Castañero Gordo a la Plaza del Pino, donde esperaba la imagen de la Virgen del Pino. Una romería que une un año más los sentimientos de canariedad y solidaridad, con una generosa ofrenda que se entregará desde Cáritas a varias entidades benéficas.
Los 21 municipios de la Isla, más la representación del Cabildo grancanario, desfilaron ante la Patrona para ofrecer lo mejor de sus campos, acompañados todas ellos por el folclore y los bailes tradicionales. A las 16.00 horas la imagen de la Virgen del Pino salió al pórtico de la Basílica para marcar el inicio oficial de la popular romería.
Como es tradición, tres rebaños de ovejas abrieron la romería, encabezada por la carreta de Teror que llevaba por título “María Nuestra Señora del Pino” y acompañada por la corporación municipal, junto a representantes de los municipios hermanados de Candelaria, Nava y El Paso y de la agrupación Parranda El Lebrillo. A continuación siguió la carreta del Cabildo de Gran Canaria, seguidas de La Aldea y Mogán hasta Firgas, que cerró el desfile desde el Castañero Gordo a la Plaza del Pino.
Las tradicionales carretas municipales, los temas más populares del cancionero canario, los productos de la tierra, la vestimenta típica y, sobre todo, el fervor religioso y la solidaridad, se entremezclaron en la fiesta grande de los grancanarios, declarada Fiesta de Interés Turístico hace más de cincuenta años.
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