El Servicio Canario de Salud exige la retirada “inmediata” de la campaña que relaciona a La Graciosa con los cigarrillos electrónicos

Caleta de Sebo, La Graciosa

Canarias Ahora

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Ya se han opuesto el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) e, incluso, la federación de consumidores Facua. Ahora, la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS) se ha sumado al rechazo y ha exigido la retirada inmediata de la campaña La Graciosa sin humo, promocionada y patrocinada, entre otros, por la compañía tabaquera Phillip Morris, que ha aprovechado la imagen de la más pequeña de las Islas Canarias para publicitar un cigarrillo electrónico. La relación de la isla con el tabaquismo ha desatado la polémica entre la la sociedad científica, los sanitarios y algunos políticos, que dirigen sus miradas a Oswaldo Betancor, alcalde de Teguise, municipio de Lanzarote del que depende administrativamente La Graciosa.

Mediante un comunicado, el SCS explica que “la ciencia ha demostrado inequívocamente que el consumo de tabaco es una causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad. El tabaquismo constituye la primera causa de enfermedad evitable, invalidez y muerte prematura. Además, los productos del tabaco contienen nicotina, que es una sustancia adictiva, generando consecuentemente cuadros de dependencia, que figura como un trastorno aparte en las principales clasificaciones internacionales de enfermedades”.

Tras esta concatenación de causas del tabaco, el SCS señala directamente a la industria tabacalera al vender, para “la reducción de daños”, productos de tabaco alternativos al cigarrillo convencional. Esto, subraya, es contrario a la política de la salud pública, orientada al “consumo cero” de tabaco. Por otra parte, el organismo autónomo también recuerda que estas alternativas al cigarrillo de toda la vida no han demostrado todavía su seguridad a medio o a largo plazo, quedando claro que liberan productos tóxicos en el aerosol que producen.

A este respecto, la multinacional que ha desatado la discusión solicitó que su producto de tabaco sin combustión fuese reconocido como “producto de tabaco de riesgo modificado”, alegando que presentaba menores riesgos para la salud, por la Administración de Drogas y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Este organismo concluyó, después de revisar los informes presentados por la propia compañía tabacalera, que el producto sin combustión no era más seguro que un cigarrillo convencional, aunque tuviera menos sustancias nocivas, y que no se podía demostrar que cambiar a estos productos desde el tabaco convencional redujera los riesgos de sufrir enfermedades relacionadas con el tabaco.

España ratificó en 2005 el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, en el que se expresa que se deben adoptar a nivel internacional, nacional, regional y local medidas y respuestas multisectoriales integrales para reducir el consumo de todos los productos de tabaco, a fin de prevenir, de conformidad con los principios de la salud pública, la incidencia de las enfermedades, la discapacidad prematura y la mortalidad debidas a los mismos. En el apartado 5.3 de ese convenio se traslada la recomendación de que se protejan las actuaciones de Salud Pública de la interferencia de la industria tabaquera.

“La política llevada a cabo por esta Dirección General de Salud Pública desde hace años se centra en prevenir el consumo de todos los tipos de productos de tabaco entre nuestros jóvenes, promover los intentos de cese del consumo y ayudar a los consumidores actuales a dejar de consumir cualquiera de estos productos”, reza la nota. Por ello, el SCS, en la misma línea en la que se han manifestado diversas sociedades científicas nacionales, colegios profesionales, asociaciones y movimientos de la sociedad civil con un papel relevante en la prevención y control del tabaquismo en nuestro país y el propio Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, expresa su rechazo a la iniciativa de la campaña La Graciosa sin humo, solicitando a las autoridades responsables del municipio de Teguise la inmediata retirada de dicha campaña. 

Reacciones políticas

Todas las miradas se dirigen a Oswaldo Betancort, el alcalde de Teguise, municipio de Lanzarote del que depende administrativamente la isla de La Graciosa. “Estamos en un momento clave en el que debemos reinventarnos, y eso pasa por cuidar del entorno y de nuestro ecosistema”. Nueva Canarias rescata estas declaraciones del edil del pasado junio, cuando se hacía pública la campaña publicitaria, para denunciar que este acuerdo entre la tabacalera y la Corporación local es un “coste para la salud pública, un engaño y una falta de respeto a la inteligencia de los vecinos de La Graciosa y de Lanzarote”, como afirmó el portavoz del partido en Teguise, el enfermero Yoné Caraballo.

El PSOE del municipio lanzaroteño también ha criticado el “empecinamiento” del Gobierno de Betancort de mantener ese acuerdo con la tabacalera, a pesar de que haber recibido el rechazo de entidades sanitarias.

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