La oposición en Santa Cruz de Tenerife pide un reconocimiento oficial para Dolores Schneider, la activista que luchó contra la corrupción en Las Teresitas

A la derecha, Lola Schneider

Tenerife Ahora

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Los grupos municipales de Unidas Podemos (Izquierda Unida-Podemos-Equo), PSOE y Ciudadanos (Cs) propondrán la concesión de un reconocimiento del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a Dolores Schneider, la recientemente fallecida presidenta de la Asociación de Amigos de las Teresitas, Anaga y su Litoral, por su contribución a la defensa de la naturaleza y su lucha contra las ilegalidades en la gestión pública y privada del ámbito de Las Teresitas y su entorno. Los tres partidos de la oposición solicitarán de manera conjunta que se inicie un expediente de honor y distinción a título póstumo.

Para estos partidos, Lola (como era conocida popularmente) Schneider se convirtió en un referente del activismo ciudadano en pro del medio ambiente y contra la corrupción urbanística en el municipio, por lo que, como se expone en la moción, con su fallecimiento, el pasado 6 de abril, Santa Cruz pierde a una de sus vecinas más comprometidas con la defensa del bien común.

Schneider nació en Alemania en 1941 y vino a residir en Santa Cruz de Tenerife en 1964, donde sus padres tenían una casa, en Montaña Morera, cerca del barrio de San Andrés. Este municipio desarrolló su vida personal y trabajó durante años en una empresa como traductora y secretaria. Posteriormente, trabajó para el Consulado alemán en la Isla.

A comienzos de siglo, Schneider se implicó de manera activa en el movimiento ciudadano contra la urbanización del frente de Las Teresitas. Por esas fechas debió iniciar una larga lucha, junto al resto de vecinos de Montaña Morera, al comprobar que sus viviendas no figuraban en el Registro de la Propiedad sino los terrenos a nombre de Inversiones Las Teresitas, sin su consentimiento, tal y como recuerda la oposición en un comunicado.

Tras una larga batalla judicial y de movilizaciones, durante años sin apoyo del Ayuntamiento, como se expone en la moción, finalmente el Tribunal Supremo reconoció los derechos de las personas afectadas por este atropello. Pero, todavía en septiembre de 2018, Dolores Schneider intervenía en el Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife reclamando que la corporación municipal ejecutara la sentencia que obligaba a retrotraer el planeamiento de la zona a 1989, cuando las fincas afectadas estaban debidamente registradas.

“Esta ciudadana de origen alemán pero que ya se sentía una chicharrera más también batalló contra el edificio de aparcamientos construido en la cabecera de Las Teresitas, el conocido como Mamotreto, cuya construcción derivó en una causa penal y fue demolido por orden judicial. Y apoyó también la causa de los vecinos y vecinas del valle de Las Huertas que denunciaron la venta ilegal de sus terrenos por la Junta de Compensación a los empresarios de Inversiones Las Teresitas y su inclusión en la urbanización, asunto en el que también poco a poco los tribunales de Justicia fueron dando la razón a las familias afectadas”, recoge la nota.

Además, impulsó las protestas contra la tala de los laureles de indias que se hallan en la carretera de Taganana en San Andrés, y participó en movimientos sociales sobre otros proyectos públicos y privados de gran impacto en el medio ambiente, siempre desde una profunda convicción ética sobre cómo debe ser la relación del ser humano con la naturaleza y la gestión pública.

Ella había dejado claro cuál era además su sentimiento por la que ha sido su tierra de adopción: “Quiero tanto esta isla que para mi es mi patria; estoy muy agradecida de mi vida a Tenerife, que sería el paraíso si no tuviéramos estos problemas con los especuladores y la gente que atenta constantemente contra la belleza de esta isla; ante eso tenemos que luchar contra ellos haciendo un frente común para salvar esta isla”, proclamó en una intervención pública.

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