Estibadores locales acuden a la asamblea mundial de IDC en Miami
La ciudad estadounidense de Miami acoge esta semana, hasta el próximo jueves, la séptima asamblea general de IDC, el Consejo Internacional de Trabajadores Portuarios, que es la cita de profesionales portuarios más importante del mundo, con más de 90.000 afiliados repartidos por todo el globo. Este nuevo encuentro, que contará con más de 200 delegados, exhibirá el lema Nunca más caminaremos solos y a él acudirá una delegación canaria. La anterior convocatoria se celebró en el sur de Tenerife, en el mes de octubre de 2014.
El IDC, fiel a su continua línea de crecimiento, ha experimentado un considerable aumento de afiliados en los dos últimos años, y ha sumado a su estructura países como México (con más de 12.000 trabajadores), Panamá, Noruega, Bélgica, Chile, Australia..., lo que lo confirma como un espacio privilegiado dentro del asociacionismo de los estibadores a escala planetaria.
Habrá una delegación canaria que contará con la participación de Antolín Goya, en su condición de coordinador general de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, y de Víctor Morín, miembro del comité de los estibadores tinerfeños. La presencia española en esta asamblea es de vital importancia, dado que uno de los asuntos principales a tratar será la polémica derivada por la sentencia del Tribunal de Luxemburgo que insta al Gobierno español a modificar el modelo de estiba nacional. Ya en la asamblea celebrada en Tenerife en 2014, el IDC acordó volcarse en la defensa del modelo actual nacional. Otro de los puntos importantes de esta reunión de Miami será el proceso de automatización de terminales.
Tenerife, punto de partida del movimiento
El punto de partida oficial de este colectivo internacional tuvo lugar en una notaría de la capital chicharrera, donde el 27 de junio de 2000 la firma de José María Delgado Bello dio fe pública de la constitución del sindicato. La redacción de los estatutos y el protocolo notarial inherente a la creación de la organización fueron el desenlace de años de encuentros y de diálogo entre estibadores de diferentes puertos del mundo que compartían el mismo sentimiento de desprotección, de falta de representatividad, de desencanto.
Ese fue un acto de respuesta ante una corriente generalizada que, además, encontró alicientes extras en conflictos colectivos determinados, como el protagonizado por los estibadores del puerto de Liverpool en 1996 contra el Gobierno de Margaret Thatcher.
Los objetivos globales del Consejo Internacional de Estibadores pueden estructurarse en cinco puntos principales: coordinar la defensa y promoción de los intereses de los trabajadores portuarios a escala internacional; colaborar con todas las organizaciones afiliadas en todas las actividades iniciadas en defensa de los derechos de sus trabajadores; coordinar el estudio, la formación y la promoción de actividades para las organizaciones afiliadas, facilitando un intercambio constante de información; fomentar la solidaridad entre las organizaciones de trabajadores portuarios y el resto de la clase trabajadora, e impulsar la práctica real de una democracia obrera, entendida como la libre decisión de sus propios objetivos, así como a determinación de sus problemas y soluciones.
