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Del Arco del Triunfo a la Torre Eiffel; París y el salto hacia el siglo XX

la Torre Eiffel se ilumina todas las noches. Un buen lugar para ver el espectáculo son los prados de Champ de Mars.

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La Avenida de los Campos Elíseos es una de las grandes vías de comunicación de París. Una enorme calle que, como casi todo en la capital francesa, tiene un altísimo grado de monumentalidad que va mucho más allá de los grandes edificios civiles, políticos o religiosos. Una de las cosas que sorprende de esta ciudad única es la armonía del conjunto. Cualquier edificio parisino pasaría por monumento destacado en cualquier lugar del mundo; pero aquí, la concentración de belleza es tal que es la ciudad entera la que brilla; la inmensa mayoría de las ciudades destacan a fogonazos. París es toda luz. El paseo que te proponemos hoy se inicia a los pies del Arco de Triunfo y describe casi un círculo en el que vamos a visitar varios clásicos parisinos hasta acabar en el clásico de los clásicos: la torre Eiffel y los Jardines del Trocadero. El recorrido propuesto no es muy largo (5,5 kilómetros) y se puede hacer a pie en una jornada si empezamos temprano.

Lo primero es llegar. La forma más rápida y cómoda es el metro (Estación Arc de Triomphe líneas 1, 2 y 6) aunque también está comunicado por los autobuses urbanos (líneas 22, 30, 341, 52, 73) los trenes de cercanías (líneas J y L o A del RER). El Arco del Triunfo (Place Charles de Gaulle, sn; Tel: (+33) 155 377 377) ocupa un lugar de centralidad en los Campos Elíseos. Fue construido en el siglo XIX para conmemorar las glorias militares de Francia y alberga la tumba al soldado desconocido. ¿Merece la pena subir? Si te somos sinceros, a nosotros no nos dijo nada especial y las vistas no son como para hacer cola. Eso sí, date el gusto de pasar a la Plaza Charles De Gaulle para ver el arco desde abajo y pasea alrededor para verlo desde todos los ángulos antes de bajar por los Campos Elíseos hasta la Avenida Winston Churchil (1,7 kilómetros), antesala del segundo de los platos fuertes de la jornada que, en esta ocasión, nos llega por partida doble.

El Grand Palais y el Petit Palais (Avenida Winstn Churchill) son el ejemplo paradigmático de lo que es París. Estos dos edificios magníficos en los que se combinan la piedra, el hierro y el cristal de una manera soberbia. Estos dos edificios se construyeron en las postrimerías del siglo XIX con motivo de la Exposición Mundial de París de 1900. Hoy, el Petit Palais alberga el Museo de Bellas Artes de París y el Grand Palais se usa como centro de exposiciones temporales. Ambos edificios son preciosos pero si tienes que elegir uno nosotros te recomendamos visitar el Grand Palais y su inmensa sala de exposiciones. El uso de materiales novedosos como el hierro, el hormigón y el cristal y su combinación con la piedra son las señas de identidad de esta verdadera proeza de la ingeniería decimonónica. Puede que el interior no sea tan bonito, pero impresiona ver el enorme espacio diáfano que se desparrama bajo las cúpulas y galerías de cristal (que en su punto más alto alcanzan los 60 metros).

CRUZANDO EL SENA POR EL PUENTE DE TODOS LOS PUENTES.- El paseo que te proponemos busca la orilla norte del Río Sena justo en el arranque del fastuoso Puente de Alejandro III, una de las obras cumbre del Beaux Arts, un estilo arquitectónico netamente parisino (aunque se extendió por todo e mundo) en el que la profusión de elementos decorativos es tan importante como la funcionalidad de los edificios. Este puente fue una de las primeras estructuras prefabricadas del mundo (grandes piezas de hierro forjado) y cada una de las 17 esculturas fue elaborada por un artista diferente. Los candelabros; las ninfas y querubines; el uso del dorado… El puente (con 110 metros es el más largo de la ciudad) también fue una de las grandes herencias de la Exposición Universal de 1900 y sirvió para conectar de manera directa las salas de exposición y la Explanada de Los Inválidos, que es hacia dónde nos dirigimos.

Llegamos a la Puerta del Palacio Nacional de Los Inválidos (Rue de Grenelle, 129; Tel: (+33) 144 423 877 -1,3 kilómetros desde Le Grand Palais), otro de esos lugares que ponen de manifiesto la monumentalidad de París y las formas de hacer las cosas en el país vecino. Este enorme complejo de residencias, dependencias sanitarias, religiosas, talleres y salas de estudio se construyó en el siglo XVII para dar cobijo a los soldados franceses que debían abandonar el servicio militar por heridas de guerra y no tenían familia que los acogiera. Aquí se trataban sus dolencias, vivían, estudiaban y se intentaban reincorporar a la vida civil. La Iglesia de San Luis de Los Inválidos es uno de los puntos fuertes del complejo, un templo magno adornado con banderas capturadas al enemigo durante las guerras napoleónicas y que alberga la tumba de Napoleón Bonaparte. Las antiguas dependencias de los soldados hoy albergan el museo del Ejército Francés. A dos pasos de Los Inválidos tenemos otro lugar digno de visitarse: el Museo Rodin (Rue de Varenne, 77; Tel: (+33) 144 186 110), un soberbio palacete donde podemos ver la mayor colección de esculturas del genial escultor francés.

FIN DE FIESTA EN LO MÁS ALTO DE PARÍS.- Dejamos Los Inválidos por el Jardín de la Abundancia y seguimos a mano derecha por la Avenida de Tourville y Jofre hasta toparnos de bruces con el Champ de Mars, la imponente explanada verde que sirve de avenida y mirador para la dama más famosa de la ciudad: la Torre Eiffel (Champ de Mars, 5; Tel: (+33) 1 892 701 239 -a 1,6 kilómetros desde Les Invalides-), uno de los lugares a los que hay que ir a París sí o sí aún hayas estado cien veces. Para evitar colas lo mejor es que saques la entrada con anterioridad por internet para evitar las colas interminables en los controles de acceso y en las taquillas. La visita a la torre demora entre dos y tres horas según el interés que tengas. ¿Merece la pena pagar la tarifa más alta hasta la cima? Sí. Merece la pena. Las vistas son increíbles y la experiencia merece la pena. Sólo los ascensores son una pasada. Y arriba te vas a encontrar con una pequeña exposición en la que te cuentan los pormenores de la construcción y curiosidades sobre la torre. Una opción más barata es subir por escaleras hasta el segundo piso y en ascensor hasta la cima. Ten en cuenta que el último ascenso a la torre es a las 16.45 (cierra a las 17.30).

Terminamos la ruta volviendo otra vez hacia el Sena y cruzando el Puente de Jena hasta las rampas que marcan el inicio de los Jardines del Trocadero. Un lugar bonito para hacerse una foto es el Carrusel que se encuentra justo al inicio del jardín y con una muy buena perspectiva para incluir en el encuadre a la Torre Eiffel. Sube con tranquilidad hasta la Explanada del Trocadero, sin duda alguna el mejor mirador sobre la Torre Eiffel de toda la ciudad. Ahí mismo tienes la boca del metro (Trocadero –líneas 6 y 9) para moverte a dónde quieras. Nosotros te recomendamos esperar aquí, o volver hasta Champ de Mars, a que las luces de la torre se enciendan. Ya verás que el espectáculo merece la pena. Si quieres hacer tiempo puedes visitar alguno de los dos museos que se encuentran junto a la explanada (a 900 metros de la Torre Eiffel): El Museo de la Marina (17 Place du Trocadéro, 17; Tel: (+33) 153 656 969) y el  Museo de la Arquitectura y el Patrimonio (Place du Trocadéro; 1; Tel: (+33) 158 515 200). Otra opción es cruzar la calle y dar un paseo por el Cementerio de Passy (Rue du Commandant Schloesing, 2; Tel: (+33) 153 704 080) dónde se encuentran las tumbas de algunos personajes famosos y una muy buena colección de arte funerario.

Fotos bajo Licencia CC: Fred Romero; Bradley Weber; Viajar Ahora

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