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“La izquierda de Cantabria que apela a una sociedad ecologista, feminista y progresista tiene que llegar a un acuerdo”

Israel Ruiz Salmón, candidato en las primarias de IU Cantabria.

Rubén Alonso

Israel Ruiz Salmón (La Cavada, 1990), miembro de la actual dirección colegiada de Izquierda Unida en Cantabria, donde ejerce desde el año pasado como secretario de Comunicación, se presenta a las primarias del partido convencido de que el trabajo “constante y diario” que están desarrollando les llevará al Parlamento en 2019, donde podrán “incidir directamente en las políticas de gobierno”. Asimismo, asegura que “la izquierda de Cantabria que apela a una sociedad ecologista, feminista y progresista tiene que llegar a un acuerdo”, en referencia a la confluencia con Podemos y Equo. 

Este doctor en Ciencias de la Ingeniería y la Tecnología tuvo que emigrar a Bélgica en busca de trabajo como investigador y, desde su experiencia personal, defiende que Cantabria necesita “un cambio de modelo productivo y energético que garantice el empleo para todos los grupos de población”. 

¿Qué le motivó a dar el paso a presentarse a las primarias?

La motivación fue doble. Por un lado, hubo gente de mi entorno, de dentro y fuera del partido y a distintos niveles, que creía que yo podía ser una persona válida y que podía representar los principios y las propuestas que Izquierda Unida plantea. En ese sentido, nuestra candidatura es colectiva. En el ámbito más personal, que es el segundo motivo, cuando estas personas me animan a dar el paso al frente, yo pensé en mi relato: el hecho de haber estado lejos de Cantabria durante cuatro años y de haberme tenido que ir porque no había oportunidades de empleo en mi tierra, en un momento, además, en el que en mi familia, mi hermano llevaba dos años en paro o mi hermana estaba estudiando en la universidad luchando para no perder la beca, hace que todo eso sean motivos que me llevan a dar el paso para que esas situaciones ya no se vuelvan a dar. No quiero que lo que he vivido en carne propia se dé para ninguna familia trabajadora de Cantabria.

Si tuviese que citarme tres pilares fundamentales sobre los que se sustenta su candidatura, ¿cuáles serían?

Los avales que refuerzan mi candidatura son el trabajo constante y diario que estamos haciendo desde que se eligió la nueva dirección de Izquierda Unida en Cantabria en junio de 2017, y el rigor con el que estamos haciendo ese trabajo, ya que estamos participando al mismo nivel que las fuerzas parlamentarias de Cantabria a pesar de no estar dentro del Parlamento. Presentamos propuestas a nivel autonómico y participamos en el debate público y mediático, así como en encuentros con organizaciones en el ámbito social, sindical y cultural. Además, apelamos a los trabajadores y a los movimientos sociales para tener encuentros con ellos y que nos planteen sus propuestas que nosotros podamos llevar a los lugares donde tenemos espacio. Y el tercer pilar sería la experiencia. Tenemos experiencia desde que se inició Izquierda Unida, en las calles y en las instituciones. Tenemos representantes públicos en los ayuntamientos de Cantabria. IU está presente en municipios que representan en más de un 50% de la población de la comunidad, y en algunos de ellos gobernamos, también tenemos experiencia en eso. En definitiva, los tres pilares son trabajo, rigor y experiencia. 

Comenta que IU tiene experiencia en algunos ayuntamientos de Cantabria. ¿Qué le falta para entrar en el Parlamento?

Izquierda Unida siempre ha tenido posibilidades por sí misma de ocupar distintos espacios: en la calle, en el ámbito local, autonómico e incluso estatal. Creo que la labor y el trabajo diario que está haciendo el partido a nivel autonómico, y que ya estaba realizando a nivel municipal, es el que nos avala para poder seguir esta senda y que, al igual que en 2015, IU, de la mano del empuje de Miguel Saro y de la gente trabajadora de la Asamblea de IU en Santander entró en la Corporación municipal de Santander, estoy seguro de que en 2019, este trabajo que estamos desarrollando actualmente nos va a llevar a entrar en el Parlamento e incidir directamente en las políticas de gobierno de nuestra tierra. 

¿Qué opina de la posibilidad de ir en confluencia con Podemos y Equo a las elecciones de 2019?

En Izquierda Unida, desde hace ya muchos años, siempre hemos trabajado con más agentes, no solo de cara a lo electoral, sino también cada día con reuniones con colectivos y asociaciones, por lo que esta situación no es nueva. IU, Podemos y Equo tienen un mandato para intentar ir de la mano en un espacio conjunto de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales, así como también en las europeas, que seguramente coincidan en tiempo. Nuestro trabajo va a ir enfocado, como ya se viene haciendo, a conseguir espacios mucho más abiertos y más participativos. Además, en 2015, IU ya participó en confluencias con otros agentes y en esa misma línea vamos a seguir ahora, intentando profundizar más. Y creo, además, que la izquierda en Cantabria que apela a una sociedad más ecologista, más feminista, más progresista y más pegada a las familias trabajadoras de Cantabria tiene que llegar a un acuerdo con el objetivo de que esos espacios progresistas tengan su máxima representación y, por supuesto, porque queremos influir en las políticas de gobierno de nuestra comunidad. 

Recientemente han suspendido las negociaciones con Podemos por la crisis interna que atraviesa el partido. ¿Cree que hay opciones de que se desbloquee esa situación? 

No solo creo que es posible, sino que espero que así sea. Lo que anunciábamos recientemente es que, a nivel autonómico, los encuentros que estábamos manteniendo con Podemos los apartábamos temporalmente porque queremos darles un tiempo para que esas situaciones que tienen dentro de su organización puedan resolverlas de la forma más garantista posible para las partes afectadas. En el momento en que eso ocurra, nosotros volveremos a sentarnos y a trabajar para que ese intento de confluencia que por todas partes es una voluntad expresa llegue a buen fin. En el ámbito municipal, los contactos entre las tres organizaciones siguen ocurriendo. Hay lugares en los que está mucho más avanzada la confluencia y otros en los que va mucho más lenta, pero en el ámbito autonómico vamos a darles un poco de tiempo porque lo necesitan. 

También hemos conocido que en Izquierda Unida ha habido ciertas disputas internas en torno a las primarias. ¿Enturbiarán el proceso o quedarán como un hecho puntual que no comprometerá las relaciones entre ambas candidaturas?

La cuestión que surge dentro de las primarias viene de una divergencia de criterio a la hora de interpretar una parte del reglamento y que hace alusión al censo. Esa divergencia de criterio fue consultada a la dirección de Izquierda Unida Federal y resolvió que, en aras de que todas las personas que se han inscrito en el proceso quieran participar reservando sus derechos de participación, tal y como se recoge en los documentos aprobados en 2016 como en sus estatutos aprobados en junio de 2018, tiene que participar toda persona que así lo desee, porque está en su derecho. 

Comenzaba la entrevista señalando que una de las motivaciones que le habían llevado a presentarse es la situación de paro, y la falta de becas y de inversión en investigación en España. ¿Qué cree que se puede hacer desde Cantabria para tratar de revertir este panorama?

Para empezar, ser honestos con la situación real de Cantabria. El eje vertebrador del cambio de modelo productivo que necesita Cantabria pasa ineludiblemente por abordar la situación de desempleo en nuestra comunidad. Una situación que hay que enfocar desde distintos ámbitos, porque no es la misma en los núcleos urbanos que en las zonas rurales. Esa despoblación rural que estamos viendo y que, desgraciadamente parece que Revilla no ve o que quiere hacer pensar a la población que no le invitan a participar en encuentros con otras comunidades autónomas afectadas, no es nueva. Esa despoblación está ligada al desempleo, que también tiene que tener un enfoque feminista y que apele a la juventud, ya que estamos viendo que las cifras nos indican que los colectivos más perjudicados a la hora de encontrar trabajo siempre son las mujeres y los jóvenes.

Además, la despoblación rural está haciendo que la gente no solo se vaya a los núcleos de población en Cantabria, que normalmente están junto a la costa, sino que gente como yo se tenga que ir al extranjero o a otras comunidades autónomas a buscarse la vida. Cantabria necesita un cambio de modelo productivo y energético que garantice el empleo para todos los grupos de población, y poner énfasis en aquellos que más dificultades tienen para acceder a un trabajo digno y que actualmente está dentro de un sistema laboral muy precarizado, que además es estacional. La economía de Cantabria está sumida al turismo y al sector servicios que solo se enfoca en épocas estivales o en navidades. Si de verdad quiere trabajar para que haya empleos en torno al turismo, ha de ser un turismo que se desestacionalice y que sea familiar, para que puede haber otro tipo de ocio más allá de la playa en una comunidad que es muy lluviosa. Al igual que la gente que va a Irlanda no va buscando sol y playa, la que venga a Cantabria tampoco puede hacerlo por mucho que Revilla se empeñe. Hace falta impulsar el patrimonio natural, industrial y local que tiene Cantabria en todo su territorio. 

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