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“Ante una repetición electoral en España, la estabilidad en Cantabria no se va a ver resentida”

El vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga (PSOE). | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

Rubén Alonso / Laro García

Pablo Zuloaga (Santander, 1981) afronta desde hace tres meses el mayor reto de su trayectoria política. El líder de los socialistas cántabros se erigió como vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte tras un pacto de Gobierno con el PRC sujeto a varios compromisos del presidente de España en funciones, Pedro Sánchez, con Cantabria, sobre todo en materia de infraestructuras. A pesar de que todo parece indicar que habrá una repetición electoral ante la imposibilidad de formar Gobierno tras el 28A, Zuloaga asegura que el acuerdo autonómico es “sólido y estable”, independientemente de quién llegue a La Moncloa tras el nuevo paso por las urnas.

El vicepresidente del Ejecutivo cántabro pone en valor que el PSOE lleva “el peso de la mayoría de las áreas sociales” y destaca que “ya se está notando la mano” de los nuevos consejeros. “Respondemos a todo aquello que decíamos en campaña electoral”, asegura, resaltando que su relación con Miguel Ángel Revilla ha cambiado desde que comparten espacio en el Consejo de Gobierno. “Hablamos, contrastamos ideas, analizamos las visitas de cada uno de los miembros del Gobierno de España y los proyectos que tenemos pendientes con cada ministerio”, explica.

¿Qué valoración hace del inicio de legislatura y de estos primeros meses como vicepresidente y responsable en el Gobierno de Cantabria?

Son unos días muy intensos. Supone establecer una toma de contacto, conformar equipos y escuchar a mucha gente, desde trabajadores de la casa hasta colectivos que esperan en esta nueva legislatura muchísimas respuestas a cuestiones que quedaron pendientes. La política me ha enseñado que las cosas urgentes dejan de ser urgentes en cuanto se resuelven y entonces algo que hasta ese momento no era urgente se convierte en prioritario. Por lo tanto, cada vez que arrancas un nuevo proyecto, y yo en cuatro años he empezado cuatro, estás obligado a tener la cabeza muy centrada en él, y si algo he aprendido en mi paso por la política municipal es que las mejores decisiones vienen cuando las tomas pensando sobre lo que te ha trasladado la gente que tiene problemas.

La distribución de las consejerías se saldó con cinco para el PRC y cuatro para el PSOE. ¿Está satisfecho con el reparto?

Sí, la verdad es que el Partido Socialista está muy contento. Lo primero, con el resultado electoral. Veníamos de 20 años perdiendo votos y subimos. Aumentamos votos, diputados y número de alcaldías, concejales y juntas vecinales. Evidentemente, el pacto en el Gobierno de Cantabria supuso afianzar el apoyo del Partido Regionalista a la investidura de Pedro Sánchez. Por lo tanto, en ese escenario global, el PSOE tiene importantes responsabilidades. Por un lado, la posibilidad de desarrollar un gobierno progresista en España con el apoyo de un tercer diputado cántabro y, por otro, gestionar importantes áreas en el Ejecutivo autonómico para mejorar la vida de la gente. Si algo hice en mi campaña electoral fue centrar el debate en las personas, en lo que necesitan, y llevar el peso de la mayoría de las áreas sociales del Gobierno de Cantabria es un reto importante.

Hay dos áreas que en todos los pactos de gobierno entre PSOE y PRC habían estado en manos socialistas, como son Educación y Medio Ambiente, pero en este caso se han cedido al PRC. ¿Qué supone para el PSOE no tener influencia sobre ellas?

Tenemos un pacto de Gobierno que constata cuáles son los retos principales de las diferentes consejerías. Por tanto, en este momento, como en los anteriores gobiernos de coalición, tenemos lealtad al pacto y confianza en que cada una de las personas designadas por cada partido asuman esos compromisos y sean un éxito al final de la legislatura.

Ha mencionado que estaba satisfecho con el resultado electoral del PSOE. ¿Lo está incluso teniendo en cuenta que no han podido capitalizar el desplome de Podemos, su rival en el espectro político de la izquierda, que ni siquiera ha conseguido escaño en el Parlamento?

Yo gobernaba en mi municipio con Podemos y tomábamos decisiones de manera conjunta, trabajando muy bien. Creo que todos los votantes de izquierdas y progresistas, votaran al PSOE o a Podemos, se han visto un poco defraudados con cómo han hecho las cosas en el ámbito regional. A mí no me gusta hablar de otros partidos, pero sí creo que cualquier persona progresista de Cantabria espera cordialidad, colaboración y entendimiento entre las fuerzas de izquierdas. Ellos mismos han gestionado bastante mal sus discrepancias internas y eso creo que les ha perjudicado mucho, lo que también perjudica al votante progresista de Cantabria.

El acuerdo con el PRC incluye los compromisos del Estado con Cantabria. Una posible repetición electoral, a lo que parece que estamos abocados, ¿cómo puede influir en el pacto entre los dos socios a nivel autonómico?

El pacto entre PSOE y PRC en Cantabria está firmado y conformamos un Gobierno sólido y estable. Al presidente Revilla le gusta decir que es predecible y a mí que este es un Gobierno a disposición de los cántabros y las cántabras para afrontar esos retos de futuro que tenemos en Cantabria. ¿Si hay elecciones? El PSOE de Cantabria saldrá a ganar y a conseguir sacar adelante una investidura de Pedro Sánchez como presidente. Se firmaron una serie de compromisos con Cantabria y, además, durante los diez meses en los que tuve la oportunidad de ser delegado del Gobierno ya veníamos trabajando en el Ejecutivo de Pedro Sánchez que surgió después de la moción de censura en esa línea. Las obras del Desfiladero de La Hermida, el desdoblamiento de la vía entre Santander y Torrelavega, el enlace de la autovía de Torrelavega, el avance en las obras de la llegada de la alta velocidad a Cantabria, el tercer carril entre Santander y Torrelavega... son proyectos que nunca han dejado de funcionar. Ahora están ratificados en un acuerdo de investidura, lo que les da un poso más de legitimidad.

Se le ha preguntado mucho por su relación personal con Revilla a lo largo de este tiempo... ¿Ha mejorado ahora que hay un contacto diario, directo y continuo?

Es evidente que la relación cambia, porque hasta que yo no he accedido al Gobierno nos conocíamos prácticamente por referencias. Habíamos tenido algunos contactos, nos habíamos reunido y habíamos comido, pero no era un trabajo diario. Ahora la situación es otra. Nos vemos permanentemente, hablamos, contrastamos ideas, analizamos las visitas de cada uno de los miembros del Gobierno de España y los proyectos que tenemos pendientes con cada ministerio. La situación es diferente y es mucho mejor.

Y en el caso de una repetición electoral en la que volverán a ser rivales políticos, ¿cabe la posibilidad de que reaparezcan esas fricciones entre ambos?

En la campaña electoral todos tenemos claro que salimos a ganar. En cualquier caso, creo que somos personas responsables y que la estabilidad del Gobierno de Cantabria no se va a ver resentida.

En la pasada legislatura, dos leyes fundamentales del área socialista se quedaron en el cajón, como son la ley LGTBI y la de Memoria Histórica, por falta de tiempo o de una mayoría suficiente. Ahora esas competencias recaen en la Vicepresidencia del Gobierno. ¿Qué plazos maneja para impulsarlas?

Los equipos están trabajando y las personas que están al frente de las diferentes direcciones generales están elaborando su planificación. Evidentemente, estas dos leyes son prioritarias para la gestión del Partido Socialista y por un compromiso claro con la sociedad cántabra. Son proyectos que se pusieron en marcha la pasada legislatura porque querían dar respuesta a una amplia demanda social.

En el reparto de las consejerías destinadas a la parte socialista escogió Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, ¿cuál fue la razón para esa elección?

Me parecen pilares fundamentales sobre los que trabajar en la igualdad. En la reciente visita del ministro Pedro Duque hablamos de cómo potenciar en Cantabria proyectos de ciencia e investigación que posibilitaran un desarrollo real de la igualdad en todos los campos. Y la verdad es que esto no lo hacía de una forma baladí. Hace un año visitamos juntos, en su faceta de ministro de Ciencia y yo como delegado del Gobierno, las instalaciones del Instituto Oceanográfico Español de Santander. Adolecía de todo. Eran incapaces de contratar y conseguían proyectos europeos que no podían desarrollar por trabas administrativas que el Partido Popular había impuesto. Un año después tenemos 30 nuevos investigadores, sobre todo investigadoras, que van a acceder a él. De hecho, empiezan a tener problemas de dónde meterse porque el edificio no da más de sí. Por lo tanto, pequeñas decisiones en política, en un ministerio como es el de Ciencia, o pequeñas líneas de colaboración entre el Gobierno de Cantabria y un ministerio como el de Pedro Duque nos pueden dar grandes noticias como esta, que nos permite prácticamente duplicar el número de investigadores en el Instituto de Oceanografía de Santander.

En su discurso de investidura señaló, literalmente, que “haciendo las cosas de la misma manera vamos a obtener siempre los mismos resultados”, y apuntó la necesidad de “afrontar los retos del futuro de Cantabria aprovechando todas las oportunidades”. ¿Cuándo se va a empezar a notar la mano del nuevo Gobierno de Cantabria y de los nuevos consejeros?

Yo creo que ya se está notando. Se están tomando decisiones muy claras y respondemos a todo aquello que decíamos en campaña electoral. Ese discurso de investidura fue toda una declaración de intenciones. Por ejemplo, me fijo solamente en un área, en Sanidad, y en cómo se están afrontando las nuevas situaciones. Queremos que la sanidad en Cantabria mejore, prospere y que la atención a los cántabros y las cántabras sea mejor todavía de la que ya es. Estamos en los mejores ratios de toda España, defendiendo un mejor modelo de financiación para el hospital y trayendo tratamientos que no tiene ningún hospital público del país. Esto nos permite haber gestionado de una manera muy transparente, ágil y centrada en los pacientes cuestiones como el problema del Omeprazol o la listeriosis con total garantía sobre los usuarios.

Antes ha valorado los resultados autonómicos del PSOE, pero a nivel municipal ¿ha sido una decepción no haber conseguido el ansiado cambio en Santander?

Trabajamos sin descanso por conseguir la Alcaldía de Santander y tengo claro que, lamentablemente, hoy Santander no tiene al mejor alcalde que podría tener, ni siquiera el mejor proyecto. En cada paso que da el Ayuntamiento de Santander se nota la fisura entre dos socios de Gobierno que no suman mayoría absoluta y que, por lo tanto, van a tener recurrir a Vox cuando tengan que tomar decisiones importantes en el Pleno. A mí, y estoy seguro que a una mayoría progresista de votantes de la ciudad, me duele mucho que su futuro esté en manos de un partido ultraconservador como es Vox. Nos duele y nos hubiera gustado conseguir la Alcaldía de Santander, no tanto por el Partido Socialista, sino por la propia ciudad y por los santanderinos y santanderinas. A día de hoy estaríamos viviendo una auténtica revolución en el Ayuntamiento, trabajando de la mano con el Gobierno y mucho más coordinados. La intención de ese equipo que se quedó a las puertas de la Alcaldía era no utilizar el Ayuntamiento como una torre de defensa contra el Gobierno de Cantabria. Aquí estamos todos para lo mismo, para colaborar y para que los proyectos que tenemos para Santander salgan lo mejor posible. Y el Gobierno de Cantabria hace verdaderos esfuerzos y, de hecho, los primeros pasos para conseguir ese gran anillo cultural que durante décadas se ha vendido vienen de su mano y de la del Gobierno de España. La Fundación Enaire abrirá sus puertas en enero del año 2020 y ahí tendremos las colecciones del Ministerio de Fomento abiertas al público. Y los pasos que estamos dando para conseguir sacar adelante la sede del MUPAC en Puertochico también responden a ese compromiso del Gobierno de Cantabria con la ciudad.

Sobre el MUPAC, ¿qué plazos maneja? Porque la pasada legislatura pasó con el debate sobre dónde se iba a ubicar, pero los santanderinos y los cántabros siguen sin tener un Museo de Prehistoria a la altura.

Pasó la pasada legislatura, la anterior y la anterior… Y yo estoy aquí precisamente para afrontar ese futuro. En estos dos meses, si en algo se nota el cambio es que en cada una de mis apariciones públicas para hablar del MUPAC he sido muy concreto en cuanto a los pasos que se tienen que dar. Ahora mismo hay 73 proyectos presentados a concurso y se ha designado un jurado con muchísima potencia y consolidación en el ámbito de la arquitectura y de la museología que tiene que valorarlos. De esas 73 propuestas quedarán cinco finalistas y, por último, habrá un único ganador que esperamos que sea en los primeros compases del año 2020. A partir de ese momento, el ganador tendrá que desarrollar el proyecto y pasar todos los trámites administrativos para poder licitar la obra. En los tiempos más optimistas podríamos llegar a finales del próximo año con el proceso de licitación de la obra en marcha. En los menos optimistas nos tendríamos que ir a 2021. Una vez transcurrido ese plazo de licitación, lo lógico sería ver que en el año 2021 iniciamos las obras. Es un importante esfuerzo económico para el Gobierno de Cantabria, 35 millones la parte expositiva, 10 millones de euros para una sede administrativa más el desarrollo del proyecto museístico. Al día siguiente de ser designado vicepresidente y consejero me reuní con el ministro de Cultura para buscar las líneas de colaboración que necesitamos con el Gobierno de España. Y están garantizadas, siempre y cuando el Gobierno nacional pueda asumir una elaboración de presupuestos y ponerse a trabajar.

¿Preparado para una campaña electoral a corto plazo?

Vamos a ver qué pasa al final, pero el PSOE siempre está preparado para una campaña electoral. Somos gente acostumbrada a votar y a tomar las decisiones de manera democrática. Si yo estoy aquí es por el voto de la ciudadanía y antes por el de los y las militantes del Partido Socialista. Nos hubiese gustado que hubiera habido una investidura para la que todavía hay tiempo, aunque parece muy difícil, y que el Gobierno de Pedro Sánchez se ponga a funcionar. Si hay que volver a pasar por el filtro de las urnas tocará movilizar de nuevo al electorado progresista porque lo que hay enfrente lo seguimos sabiendo. Esas derechas que van a buscar su unión incluso con la incorporación de personas casi convertidas en personajes como Rosa Díez, que han pasado por todos los colores parlamentarios y que ya todo les da igual con tal de estar atacando al Partido Socialista y a las políticas progresistas que desarrollamos.

¿Qué valoración hace del transcurso de las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos?

Creo que Pedro Sánchez ha tenido una postura muy responsable desde el principio. Él se planteó un escenario de Gobierno en base a un programa. Lo hizo en julio, se abrió una negociación para una coalición que fue rechazada como humillante por parte de Unidas Podemos y, a partir de ese momento, se quebró toda la confianza entre los equipos negociadores y empezó a haber declaraciones bastante desafortunadas por parte de Unidas Podemos en cuanto a decisiones judiciales. Parece que buscan interferir en la separación de poderes y, evidentemente, el Partido Socialista de eso se aparta porque tenemos muy claro cómo tiene que funcionar este país. En esta segunda parte de la negociación del mes de septiembre, el PSOE ha hecho un sondeo importante entre colectivos, asociaciones, sindicatos, patronal… para llevar adelante un acuerdo de Gobierno. Creo que a Unidas Podemos y a Pablo Iglesias les quedan muy pocas excusas para no permitir que esta legislatura se ponga en marcha y empecemos a legislar sobre los problemas que tienen los ciudadanos, como las pensiones, los derechos laborales o la ley mordaza. Todo esto que quedó pendiente después de la moción de censura, desbloqueando también la situación económica en la que están las comunidades autónomas.

¿Y la falta de confianza es la razón que explica que no sea posible un gobierno de coalición ahora y sí lo fuera en julio o hay algún otro motivo?

El escenario ha cambiado plenamente después de aquel debate de investidura. Entiendo que el presidente quiera un gobierno de personas leales que entiendan que están ahí para gobernar y para llevar a cabo las decisiones que se han tomado en un acuerdo y no tener que andar mirando por el retrovisor sobre quién puede estar o no trabajando en la misma línea del gobierno.

¿Y no existe un riesgo de que una repetición electoral deje un escenario muy parecido en cuanto al reparto de escaños y que nos encontremos en una misma situación, pero con un mayor hartazgo social?

Insisto en lo que insistimos cada uno de los socialistas. No queremos una repetición electoral. El PSOE ganó las elecciones el 28 de abril. Los españoles, las españolas, los cántabros y las cántabras dijeron alto y claro en las urnas que querían que Pedro Sánchez fuera el presidente del Gobierno y que hubiera un gobierno socialista. El PSOE es consciente de que no tiene una mayoría suficiente para superar una investidura y para soportar un gobierno. Por eso se plantea un escenario de negociación con medidas concretas, con escenarios de control férreos para que esa mayoría parlamentaria que se busca con apoyos de otros grupos sea muy firme en cuanto a lo que se ha dicho se cumpla. Y cuesta entender que esto no sea posible. Pero insisto en que si hay elecciones, el PSOE saldrá a movilizar al electorado progresista. Y a todas esas personas que puedan sentirse defraudadas por la inacción de Unidas Podemos les va a dar respuesta con un programa electoral plenamente progresista.

Estuvo con Pedro Sánchez reunido en Santander hace unos días. ¿Cómo vio al presidente y qué ánimo tiene respecto a su futuro?

El presidente en privado te traslada lo que traslada en público. Traslada la confianza y la serenidad de una persona que sabe lo que está haciendo y por qué lo está haciendo. Él quiere un gobierno sólido en el que España sea una cabeza tractora de una Unión Europea que ahora mismo tiene muchos problemas. Quiere un gobierno en el que las personas que estén al frente de los ministerios trabajen en la línea que designe el programa con el que se llega a acuerdos con otras fuerzas. Yo veo que lo tiene claro. Todas las líneas de negociación las ha venido planteando y adecuando a los escenarios e insiste en que su escenario ideal no es la repetición electoral, sino ponerse a gobernar.

En el caso de Cantabria, el último CIS les da como claros ganadores ante una repetición electoral. Más allá de lo que diga este barómetro, ¿creen que mantendrán los dos diputados en Madrid?

El Partido Socialista sale a ganar las elecciones más allá de lo que digan las encuestas. Durante la campaña electoral me he hartado de repetir que las encuestas son datos y no votos. Dado el momento en el que lleguemos a un escenario electoral, el PSOE movilizará a todo su electorado y a la importante estructura que vamos consolidando, porque el partido en Cantabria cambió desde hace dos años y estamos en una fase de apertura muy importante, con un crecimiento constante en el número de militantes y eso nos va a permitir afrontar las elecciones si se repiten todavía mejor que el pasado 28 de abril.

Para concluir, volviendo a Cantabria, a partir de la semana que viene se retoma el curso político en el Parlamento en la que es su primera legislatura como diputado autonómico. Ahora viene un periodo de sesiones que concluye con la aprobación de los presupuestos. Entiendo que la línea fundamental de aquí a los próximos meses es fijar esas prioridades en las cuentas y que las partidas se reflejen en los proyectos de los que hablaba antes. ¿Han iniciado ya los primeros contactos en el bipartito y entre los propios consejeros para diseñar el presupuesto?

Nos vemos todos los jueves en el Consejo de Gobierno y más allá de los temas del orden del día siempre hay un pequeño apartado para ver cómo se afronta la elaboración de un presupuesto en la situación en la que estamos en el ámbito nacional. El Partido Socialista está aquí para afrontar los retos del futuro de Cantabria y con áreas muy concretas en el Gobierno como la sanidad, la gestión de los servicios sociales, las políticas de empleo y todas las políticas transversales que están en mi consejería como son la igualdad, la universidad o la juventud. Todas estas cuestiones nos van a permitir dibujar ese futuro de Cantabria con el que soñábamos en la campaña electoral. Todo eso basado en la responsabilidad en la elaboración de cuentas y en la gestión de las inversiones. Insisto en lo que venimos diciendo, el Consejo de Gobierno tiene una parte de responsabilidad muy importante, y estamos aquí para cumplir nuestros programas electorales, pero también para cumplir con los cántabros y las cántabras, y que a final de legislatura, Cantabria quede en una situación mejor de como la encontramos. Mejor en todas las ratios, en las educativas, en las sanitarias, en las de atención a las personas que están sustentadas por servicios sociales o por políticas activas de empleo. Una de nuestras máximas es que en Cantabria nadie se quede atrás. El PSOE enmarcó la campaña en esos objetivos 2030 y ahora los estamos enmarcando en nuestra acción de gobierno.

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