Roban hasta los despojos contaminantes de Sniace: cuando los amigos de lo ajeno se llevan la chatarra... y el amianto

La disputa por los despojos de Sniace no solo tiene una repercusión en la seguridad pública, sino también en la medioambiental y sanitaria. La rivalidad por hacerse con el cobre, la chatarra y cualquier material de desecho que pueda tener valor de la antigua fábrica de Torrelavega está provocando, según ha denunciado el sindicato UGT, que esté “desapareciendo” material que contiene amianto, una sustancia cancerígena que está presente en productos elaborados con fibrocemento, lo que se ha utilizado durante años para cubiertas y recubrimiento de tuberías, por ejemplo.

UGT ha reclamado a la Delegación del Gobierno en Cantabria la adopción de medidas urgentes para frenar la inseguridad en el complejo fabril de Sniace por los “continuos robos de material e incidentes delictivos protagonizados por bandas organizadas”. El sindicato agradece la labor y la colaboración de la policía con los vigilantes de seguridad del recinto en proceso de desmantelamiento, pero insiste en su demanda, ya que “no se está avanzando en paralizar los diferentes hechos delictivos que vienen produciéndose”, afirma el responsable de Seguridad Privada del sindicato UGT, Juan Fernández, quien ha denunciado que se producen “robos, amenazas, incendios, utilización de armas de fuego y peleas”.

Estas bandas organizadas operan supuestamente dentro del complejo de Sniace practicando boquetes en los muros, pese a que estos son cubiertos posteriormente por los operarios encargados de la demolición de las antiguas instalaciones.

La situación, en consecuencia, se mantiene, con cuatro o cinco furgonetas todas las tardes cargando material y que hacen varios viajes al día. Para obtener los residuos, testigos presenciales han llegado a ver hasta cómo se intentaban arrancar tuberías con camiones. La presencia policial apenas disuade unos minutos, ya que rápidamente se vuelve a la actividad de desmantelamiento una vez desaparece la seguridad.

De este modo, en el vasto solar de la que fue fábrica fundamental de la comarca del Besaya se está produciendo un desmantelamiento legal, a cargo de operarios que cumplen las medidas de seguridad, y otro “irregular”, a cargo de bandas que se llevan todo lo que sea vendible.

Disputa entre bandas

Los robos de desechos de la factoría han llegado a estar a la orden del día, con disputas entre distintas bandas rivales incluidos. El caso más reciente se produjo este pasado mes de abril: un tiroteo que generó alarma en Torrelavega y que llevó al establecimiento de un operativo policial que condujo al ingreso en prisión de seis personas.

La delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, compareció públicamente para anunciar un refuerzo de la seguridad en la zona. “Comparto la preocupación en la ciudad, pero también ha de saberse que se han adoptado medidas, hay más efectivos de Policía y Guardia Civil, se han implementado refuerzos y su trabajo ha dado resultados: por el momento, el ingreso en prisión de seis personas”, dijo la representante del Estado en Cantabria el 15 de abril.

A partir de la denuncia, hay un incremento de la seguridad privada, pero no significativo. Se han incorporado dos vigilantes para velar por el normal desarrollo de los trabajos de la antigua depuradora de la fábrica.

Sniace, liquidada

La Sociedad Nacional de Industrias de Aplicación de Celulosa Española (Sniace) fue calificada en 2006 como unas de las plantas más sucias de España. Dedicada a la fabricación de dos tipos de fibra (viscosa y celulosa), llegó a emplear a 4.000 personas en sus mejores años y estuvo operativa entre 1946 y 2020. Ha fabricado también bioetanol, poliamida y sulfatos.

La liquidación de Sniace se completó en julio de 2023 con la venta a las compañías Copsesa y RIC Energy del principal lote de terrenos donde se asentaba la fábrica. Su proyecto, según anunciaron en su momento, es la construcción de una planta de hidrógeno verde y derivados.