Pedro Casares (Santander, 1983) llega a la entrevista con prisa, después de adelantar la hora, inmerso en pleno proceso de primarias a la Secretaría General del PSOE de Cantabria. Se le nota más tenso de lo habitual. Su agenda de las últimas semanas está repleta de citas, de cafés con militantes, de asambleas en las agrupaciones locales. Está de gira por toda la comunidad autónoma para presentar su proyecto y en esta recta final de la campaña debe encajar la fecha de un posible debate con su oponente en las urnas este próximo domingo 16 de febrero, el actual secretario general, Pablo Zuloaga, con varias entrevistas con los medios de comunicación y un viaje inexcusable a Madrid, que lo mantendrá ocupado durante dos días para asistir a las sesiones del Congreso de los Diputados, donde ejerce de portavoz de Economía del PSOE a nivel nacional desde 2019.
Precisamente esa doble ocupación, como diputado nacional y como secretario general del PSOE en Santander, es una de las críticas que más repiten los que cuestionan su labor política en los últimos años. Él defiende que su partido necesita “liderazgos compartidos”, uno de sus mantras durante esta campaña, donde trata de representar la renovación interna mientras reivindica el hecho de haber ocupado puestos de responsabilidad desde hace casi dos décadas y que esto no resulte contradictorio en su discurso. También prefiere esquivar el hecho de que el PP haya recuperado la mayoría absoluta en la ciudad bajo su mandato y se desliga de los resultados de 2023 porque no concurrió como cabeza de lista. “Cuando yo he sido candidato el PSOE siempre ha mejorado en Santander: en votos, en porcentaje y en concejales. Y por tanto, esa idea de liderazgos compartidos que llegan a más sitios ha funcionado, con voces autorizadas y reconocibles”, insiste.
Las primarias del PSOE en Cantabria en 2017 dejaron una foto muy icónica que evidenció el cambio orgánico frente a la 'vieja guardia', en la que se le veía a usted entrando puño en alto junto a Pablo Zuloaga en la antigua sede del partido en Bonifaz. ¿Qué ha cambiado desde entonces para que haya dado el paso de presentarse ahora como alternativa a la actual dirección?
Aquel fue un movimiento muy ilusionante, que muchos compañeros lideramos y emprendimos para abrir un nuevo tiempo en el Partido Socialista de Cantabria. Teníamos las ganas de cambiar al PSOE para después cambiar Cantabria, pero muchos compañeros, poco a poco, vimos cómo aquel movimiento cada vez iba siendo un proyecto de menos gente, donde toda esa idea de renovación que impulsamos fue quedando atrás y, al final, en el momento en el que estamos, entendimos que era la hora de dar un paso más para unir al PSOE, para volver a fortalecerlo y mirar al futuro. Y la gran mayoría de los que empezamos aquel movimiento estamos ahora en esta idea de cambiar al PSOE para después cambiar Cantabria.
En aquel momento todo el mundo lo miraba a usted como posible aspirante a la Secretaría General. Sin embargo, dio un paso a un lado y fue Pablo Zuloaga el que se puso al frente del partido. ¿Se equivocó en no postularse o se arrepiente de haber formado parte de aquel movimiento interno?
Yo tenía claro en aquel momento que teníamos un reto todos los socialistas de Cantabria, que era intentar cambiar el Ayuntamiento de Santander. Era el compromiso con el que mucha gente habíamos estado trabajando, y creía por responsabilidad que debía presentarme a las elecciones municipales de 2019 y seguir liderando el proyecto en la ciudad para terminar un camino en el que estábamos involucrados. Estaba pensando en el conjunto por responsabilidad. Si hubiera pensado solo en mí, quizás esa hubiera sido la decisión. Era un momento importante y estuvimos a punto de lograr un cambio histórico. Creo que nunca antes se había intentado ni conseguido abrir esa posibilidad en la capital de Cantabria, que finalmente un pacto en los despachos en Madrid impidió un acuerdo de progreso para Santander que votó una mayoría de ciudadanos. Conseguimos romper la mayoría absoluta del Partido Popular, que venía de 18 concejales de 27, y pasaron a tener 11, obligándose a hacer un pacto a tres bandas para que el PP continuara en el equipo de gobierno municipal. Esa era la responsabilidad que tenía en aquel momento y volvería a hacer lo mismo.
Dice que no se arrepiente de haber participado en aquel movimiento de cambio que se dio en el PSOE en 2017 y que volvería a hacer lo mismo. Sin embargo, comenzó su campaña electoral en este nuevo proceso interno pidiendo perdón, ocho años más tarde, a esa 'vieja guardia' del partido como Eva Díaz Tezanos o Dolores Gorostiaga que fueron desalojadas por los votos de la militancia. ¿Qué cree que se hizo mal para que sean necesarias estas disculpas?
Las primarias fueron buenas y nosotros no pedimos perdón a Eva Díaz Tezanos por haberle ganado en las urnas, donde además participó mucha gente y fue una decisión de la militancia del PSOE de Cantabria. El perdón es por lo que ha pasado después. Era un perdón en nombre de mucha gente. Creo que Eva Díaz Tezanos ha sido una extraordinaria vicepresidenta, una extraordinaria consejera, una extraordinaria secretaria general del PSOE, pero sobre todo, una extraordinaria compañera. Creo que a los compañeros hay que tratarlos con respeto y, entre todos, trabajar en cada momento por la unidad del partido. Eso no fue así y creo que es importante en un partido como el nuestro, que somos una familia, pedir perdón cuando no se hacen las cosas bien. Creo que era una obligación del PSOE de Cantabria y, en nombre de muchas personas, lo hicimos.
Eso ocurrió hace ocho años, ha pasado mucho tiempo. ¿Por qué ha tardado tanto en entonar ese perdón? ¿No teme que parezca un peaje para contar con el apoyo explícito de muchos de aquellos con los que usted era crítico en 2017?
No, porque yo además lo había hecho en privado muchas veces. Siempre he tenido un extraordinario respeto por quienes nos han precedido en la tarea de dirigir al Partido Socialista o quienes nos han representado como candidatos a la Presidencia de Cantabria, por Ángel Duque, Lola Gorostiaga y Eva Díaz Tezanos, y más allá de esa conversación, creo que era el momento de hacerlo público. Creo que para construir el futuro del Partido Socialista de Cantabria tenemos que hacerlo respetando nuestra mejor historia y el presente en el que estamos para llegar en mejor disposición a ese futuro. Por eso, aunque lo habíamos hecho muchas veces en privado, creo que era importante hacerlo en público.
El PSOE somos todos, no solo una dirección, aunque gane. No es una cuestión de ganar o no unas primarias, de ganar o no una votación.
Desde que ocurrieron estos hechos de los que habla, se han celebrado varios procesos de primarias en los que se presentaron candidaturas alternativas impulsadas por esa mismas personas y en todos se impuso claramente la actual dirección. ¿No cree que la militancia ya ha tenido tiempo para pasar facturas o es que la gente que lo acompaña ahora exigía ese perdón?
No es una cuestión de exigencia, es una cuestión de lealdades y de responsabilidad con tu partido, al que queremos, respetamos y por el que trabajamos. Lo vi en el acto de presentación de la candidatura, con la cara de emoción de mucha gente que se había vuelto a reencontrar. Porque el PSOE somos todos, no solo una dirección, aunque gane. Yo quiero que cada militante del PSOE se sienta cómodo en un acto. Ese día se veía la emoción en las caras de mucha gente. No es una cuestión de ganar o no unas primarias, de ganar o no una votación. De hecho, una mayoría del partido ya apostó por un cambio en el partido en las votaciones del 20 de octubre. La mayoría de los militantes del PSOE de Cantabria eligieron una lista alternativa a la de la actual dirección. Pero no es una cuestión de mayorías, sino de que todos estemos cómodos y trabajemos por la unidad. A veces, con un gesto en un acto se hace más por la unidad que la actual dirección en ocho años al frente del partido.
Con esta candidatura a la Secretaría General pondrá fin a su etapa al frente de la Agrupación Socialista en Santander. ¿Qué balance hace de estos 12 años?
Cuando uno hace balance de las etapas, lo bueno es que se pueden ver los hechos. Yo creo que en estos 12 años hemos conseguido algo que parecía muy difícil, que es conseguir la unidad del Partido Socialista de Santander. Hasta que yo llegué, hasta que se hizo cargo la actual dirección que yo lidero, tuvimos muchos años de enfrentamientos y de divisiones de las distintas familias. Hoy en día el PSOE de Santander es un partido unido, donde además hemos practicado los liderazgos compartidos. Hoy hay más voces autorizadas que representan el proyecto político del PSOE en Santander, hoy la militancia participa diariamente en la toma de decisiones y en el día a día del partido, con grupos de trabajo que funcionan, asambleas que se celebran con regularidad, con ejecutivas del partido que sirven para tomar decisiones, y tenemos un partido muy en contacto con la calle y con la ciudadanía. El PSOE está en todos los movimientos, en todas las reivindicaciones y en todas las causas justas que merecen la pena en la ciudad, y además hemos conseguido que seamos la alternativa real al Partido Popular. Si alguien mira hacia un cambio en el actual equipo de gobierno municipal, mira hacia el PSOE. No miran a otra fuerza política, porque somos la segunda fuerza en el Ayuntamiento de Santander, algo que no ocurre en el Parlamento de Cantabria, por ejemplo, donde el PSOE es la tercera fuerza política. Todo eso lo hemos conseguido en estos años, con unos valores que compartimos, con fraternidad, con participación. Estoy satisfecho por esta etapa y sobre todo miro al futuro, porque cada día es más necesario un cambio en la capital de Cantabria.
En ese balance, sin embargo, no hace referencia a los resultados electorales, que han llevado desde una mayoría absoluta del PP a otra en el Ayuntamiento de Santander, con la extrema derecha ahora más fuerte que nunca y como posible sostén de Gema Igual en la Alcaldía si fuera necesario. ¿El PSOE no debe hacer autocrítica de esta situación?
Lo he dicho siempre en todos los foros públicos y asambleas del PSOE en los que participado: creo que los resultados electorales de 2023 en Santander y en Cantabria son resultados que tienen que mejorar mucho. Algunos los calificaban de extraordinarios… Yo no lo creo, ni en Santander ni en Cantabria. Es cierto que cuando yo me he presentado a las elecciones como candidato, hemos conseguido siempre que el Partido Popular bajase en votos, bajase en concejales, y el Partido Socialista, siempre que me he presentado, ha subido en votos y en concejales. Esa es una tarea que está ahí. Estuvimos a punto de conseguir ese cambio en la capital de Cantabria. A partir de ahí, creo que es evidente que tenemos que trabajar para mejorar los resultados electorales en Santander y en Cantabria, para que se pueda dar el cambio en la ciudad. Pero nunca sin perder la perspectiva: las elecciones de 2023 fueron unas elecciones complicadas en el conjunto del Partido Socialista. Ese análisis lo hicimos en el PSOE a nivel nacional y, por tanto, son momentos donde veíamos cómo crecía esa ola reaccionaria, que estaba llevando a muchos sitios de España y Europa a un avance preocupante y peligroso de la extrema derecha. Hemos visto además la posibilidad real de que la derecha sume con la extrema derecha para formar gobiernos en cualquier lugar de España.
¿Y no cree que su salida del Ayuntamiento de Santander la pasada legislatura pudo desarticular la posibilidad de una moción de censura que desalojara por primera vez al PP del poder? ¿Esa opción no quedó descartada con el secretario general del PSOE de Santander fuera del Consistorio?
Cuando finalmente decidí salir del Ayuntamiento de Santander es por una petición de mi partido a nivel nacional y del presidente y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que me pidió encabezar la lista al Congreso de los Diputados. Siempre he estado a disposición de lo que el partido me pedía en cada momento, que en ese momento entendía que era el mejor candidato para liderar esa lista al Congreso. Y siempre voy a estar donde me pida mi partido. En segundo lugar, creo que nunca hubo encima de la mesa una voluntad real de Ciudadanos de hacer una moción de censura en Santander. Cuando uno tiene la oportunidad, lo demuestra al día siguiente de las elecciones. Había una suma para formar un gobierno de progreso en Santander y Ciudadanos no lo hizo. Daban los números, la mayoría de los vecinos lo habían votado y se notó en las urnas, pero Ciudadanos no quiso. El resto de la legislatura, más allá del ruido y de los intereses particulares de unos y otros, nunca hubo la posibilidad de un cambio en el Ayuntamiento de Santander.
¿Y su partido no le pidió que fuera candidato en 2023 al frente de la lista municipal del PSOE en Santander?
No. Se dice mucho y existe mucho ruido al respecto, pero es importante aclararlo. Cuando uno cierra una etapa, y mi etapa en el Ayuntamiento de Santander han sido muchos años de compromiso, creo que es importante saber dar el relevo y ayudar a que el PSOE mire siempre al futuro. Yo he estado donde el secretario general de mi partido, Pedro Sánchez, me pidió. Volví a repetir además como candidato al Congreso de los Diputados. Hay una cosa que debemos saber respetar, que es a la militancia del Partido Socialista, que además, en primarias, decidió que el candidato municipal en Santander fuera Daniel Fernández. Es el candidato que la militancia en Santander quería. Creo que hay que tener respeto a esas decisiones. A mí, además, como secretario general del partido en la ciudad, al igual que al conjunto de la Ejecutiva y del partido en Santander, nos parecía el mejor candidato para ese proyecto.
Eso nos lleva a hablar de los “liderazgos compartidos” que menciona a menudo. En las últimas semanas, las federaciones socialistas de Madrid, Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana o Canarias, por ejemplo, han puesto a ministros del Gobierno de España al frente, con perfiles muy destacados y liderazgos fuertes. Sin embargo, usted hace referencia repetidas veces a ese otro modelo al frente del PSOE de Cantabria, lo que parece una contradicción. ¿Puede explicar en qué consisten exactamente esos “liderazgos compartidos” que defiende?
Bueno, es que en todas esas comunidades autónomas que menciona también tienen liderazgos compartidos con distintas voces. Mientras los secretarios generales están sentados en el Consejo de Ministros, hay personas que lideran al partido en los parlamentos autonómicos, en las ejecutivas regionales como portavoces… Yo creo que esa es la idea de liderazgos compartidos, que es más fuerte cuantas más voces tiene y es más capaz de llegar a todo el territorio. Siempre he defendido esos liderazgos compartidos y quiero una Ejecutiva regional del PSOE en Cantabria que tenga voces autorizadas, que todo el mundo conozca a los distintos responsables en las distintas materias, que todo el mundo trabaje con los diputados en el Parlamento de Cantabria, que formen parte de ese liderazgo nuestros diputados nacionales, los senadores y todos los representantes en los distintos ayuntamientos. No encuentro mejor voz para defender las políticas del PSOE en Colindres que la del alcalde, Javier Incera, o que en Castro Urdiales, la alcaldesa, Susana Herrán, por ejemplo. Esa es la idea de liderazgos compartidos, que nos permiten también tener una voz más amplia e incorporar una mayor presencia femenina en el liderazgo del PSOE. Así lo entiendo yo. Lo nuestro no es un proyecto individual, es un proyecto de mucha gente que quiere mejorar los resultados electorales.
¿Y por qué lo que no ha funcionado electoralmente en Santander debería funcionar ahora en Cantabria?
Yo creo que esto de que no ha funcionado en Santander es un discurso que es equivocado…
Son datos objetivos. En las últimas elecciones, el PSOE perdió votos y concejales en Santander y el PP salió muy reforzado, recuperando otra vez la mayoría absoluta. ¿Los resultados no importan?
Sí, pero cuando yo he sido candidato el PSOE siempre ha mejorado en Santander: en votos, en porcentaje y en concejales. Y por tanto, esa idea de liderazgos compartidos que llegan a más sitios ha funcionado, con voces autorizadas y reconocibles. Lo hemos visto estos años con Ainoa Quiñones en la Delegación del Gobierno, con Daniel Fernández como portavoz municipal y yo como diputado nacional. Creo que el PSOE ha tenido más voces y más capacidad de llegar a más gente. Lo que sí he visto, y las primarias son una oportunidad de sumar en positivo, es que el Partido Socialista de Cantabria tiene que dar un impulso a su proyecto político y mejorar sus resultados electorales de verdad. En 2023 es cierto que subimos 9.000 votos, pero esa misma noche electoral, los partidos políticos que habían cogido votos del PSOE perdieron 90.000 votos. Uno tiene que hacer esa reflexión. Si solo recuperamos 9.000, hay mucho camino de mejora. Ese mismo día, el PRC se desplomó en las urnas y el PSOE apenas recogió votos de los que habían sido nuestros socios de Gobierno. ¿Y esto a qué se debe? Creo que hace falta un proyecto más sólido y reconocible que llegue a la ciudadanía de Cantabria. Es posible, porque conmigo como candidato, dos meses más tarde tuvimos unas elecciones generales donde no se presentaba el PRC y de los 60.000 votos regionalistas en las anteriores elecciones, el PSOE recogió 40.000. Por tanto, es posible captar a ese votante. Hay que atraerlos con un proyecto creíble como el que tiene el PSOE a nivel nacional con Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno. No podemos quedarnos en la autocomplacencia, porque si no, no volveremos a ser un partido de referencia en Cantabria.
Cuando yo he sido candidato el PSOE siempre ha mejorado en Santander: en votos, en porcentaje y en concejales. Y por tanto, esa idea de liderazgos compartidos que llegan a más sitios ha funcionado, con voces autorizadas y reconocibles
Se puede aplicar la misma lógica a los resultados de Santander en 2023, con la diferencia de que en Santander se produjo un desplome del PRC al tiempo que el PSOE bajó en votos y concejales, a diferencia de lo que ocurrió a nivel autonómico, donde el partido sí mejoró sus datos. ¿No es contradictorio reivindicar exclusivamente sus resultados electorales como candidato a nivel personal con los liderazgos compartidos que defiende? ¿O como secretario general del PSOE en Santander no es responsable político de lo que ocurra en las elecciones municipales y de impulsar a Daniel Fernández como candidato?
Bueno, es que hay algunas diferencias importantes. La situación de la ciudad de Santander es que históricamente ha ganado el Partido Popular y ha ganado con mayorías absolutas. Somos la única capital de provincia donde el PSOE nunca ha gobernado en democracia. Eso no ha pasado en Cantabria, donde llevamos 20 años de gobiernos del PSOE y el PRC. Por tanto, creo que no es importante no perder la perspectiva de dónde estamos. En todo caso, es una responsabilidad compartida. Por eso creo que es importante que tengamos un PSOE de Cantabria muy volcado con las agrupaciones locales, con los 102 ayuntamientos, y también con Santander. Necesitamos un PSOE de Cantabria que apoye decididamente en Santander, que se involucre en las campañas electorales de Santander, un PSOE de Cantabria que sume en Santander. ¿Por qué digo esto? Porque los datos siempre son buenos analizarnos en su conjunto. El mismo día de las elecciones de 2023, la lista municipal de Daniel Fernández tuvo 1.000 votos más que la lista autonómica de Pablo Zuloaga en el municipio de Santander. La lista municipal tira más que la lista autonómica. En el conjunto de Cantabria, las listas municipales tuvieron 10.000 votos más que la lista autonómica. Es fundamental reforzar el proyecto político del PSOE de Cantabria, porque la responsabilidad es compartida. Todos somos responsables para mejorar los resultados.
Las primarias siempre generan tensiones internas dentro de los partidos, pero tanto usted como Pablo Zuloaga hablan reiteradamente de recuperar la unidad perdida tras las votaciones. ¿Qué plan tiene para cerrar las heridas abiertas?
Las primarias son un buen instrumento para empezar a coser la unidad. Las decisiones nacen de la voluntad de los militantes. Estoy muy orgulloso de que las decisiones en el PSOE las tomen la militancia y hemos demostrado en Santander que podemos hacerlo. Yo me he enfrentado a distintos compañeros en primarias en Santander y hoy el partido está unido e integrado. Es más, todos los compañeros con los que he competido en primarias están dentro de este proyecto. Para seguir construyendo la unidad en el PSOE creo que es importante también que sepamos respetar los resultados de las urnas. Voy a trabajar desde el primer momento para respetar las decisiones de la militancia. Lo digo porque el 20 de octubre vimos cómo no se respetaron los votos de los militantes, que dieron la victoria a Susana Herrán. Para construir la unidad hay que respetar lo que deciden los militantes en las urnas, y a partir de ahí, contar con todo el PSOE de Cantabria. Es muy importante que en la futura dirección del partido en Cantabria haya personas que, aunque no hayan votado a esta candidatura, se sumen. Hay gente muy válida apoyando a la otra candidatura que deben incorporarse a nuestro proyecto. Esto se empieza a trabajar desde ya. Es clave para que consigamos la unidad que tengamos un proyecto. La gente se suma a un proyecto, que nosotros tenemos con el objetivo de crecer, apoyar a las agrupaciones locales y a todos los alcaldes y alcaldesas, a todos los concejales y concejalas que están en la oposición. La unidad se construye desde ya y no voy a hablar mal nunca de ningún compañero. No debemos romper nada que tengamos que pegar al día siguiente. Las primarias deben ser en positivo.
Para seguir construyendo la unidad en el PSOE es importante que sepamos respetar los resultados de las urnas. Voy a trabajar desde el primer momento para respetar las decisiones de la militancia
¿Qué papel reservará a Pablo Zuloaga a partir del próximo lunes 17 de febrero si usted gana las primarias? ¿Cree que debería dimitir y entregar su acta en el Parlamento de Cantabria si la militancia le da la espalda o podría continuar como portavoz parlamentario?
Yo voy a contar con todos los compañeros. Y cuando digo con todos los compañeros, es también con los que actualmente ocupan distintas responsabilidades. A partir de ahí, creo que tenemos que trabajar todos y todas en ese proyecto de unidad y, por supuesto, con las personas que actualmente están en la dirección del partido. Creo que es importante esperar y que la militancia del PSOE de Cantabria decida, que este domingo los 2.700 militantes tomen una decisión, y a partir de ahí, trabajar todos juntos. Tengo claro, e insisto en esta idea, que en el PSOE de Cantabria tenemos que unir e integrar. Será la forma de tener después un mejor resultado electoral. No sobra nadie, es más, falta mucha gente. Quiero que el PSOE sea la casa común de todos los progresistas de Cantabria.
Ya intuyo que me va a decir que no contempla ese escenario, pero si no se impone el domingo en las primarias, ¿ha pensado en su plan B? ¿Continuaría como diputado en el Congreso hasta final de legislatura o se plantea regresar a la docencia?
Haré lo que siempre he hecho: siempre he estado a disposición del Partido Socialista, en cualquier momento. Los militantes lo saben. Llevo muchos años implicado en este proyecto, que creo que es el único que tiene la gente que no tiene nada para pensar en el futuro. Cuando un día decidí afiliarme al PSOE es porque creía que desde aquí se puede mejorar la vida de la gente, y aquí estoy muchos años después en distintas responsabilidades a lo largo del tiempo, con mucho orgullo por las oportunidades que me han dado. Aquí sigo y aquí voy a seguir, donde el partido crea que más puedo aportar en cada momento. En cualquier caso, eso lo decidirá la militancia. A mí me gustan las primarias siempre, cuando votan lo que yo creo y cuando no.
Sobre la organización interna del PSOE, ¿es partidario de la bicefalia? ¿O cree que el próximo secretario general debe ser el cartel electoral en Cantabria en 2027?
Cuando hablamos del candidato electoral del partido en 2027 es muy importante respetar los tiempos y respetar a la militancia. Ahora tenemos que tomar una decisión previa. Los 2.700 militantes del PSOE de Cantabria tienen que decidir quién va a ser su secretario general para los próximos cuatro años, y después habrá otras primarias dentro de dos años para elegir a nuestro candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno de Cantabria. Tendrán que ser los militantes los que decidan con su voto quién quieren que sea ese candidato. Creo que es importante respetar los tiempos… todo el tiempo. No está abierto ese proceso y, por tanto, no están convocadas esas primarias. Dicho esto, estoy donde mi partido crea que más puedo aportar en cada momento. Durante mi militancia, he sido siete años concejal y portavoz municipal en Santander, he sido ocho años miembro de la dirección nacional del PSOE en áreas de responsabilidad máxima y llevo siendo cinco años portavoz de asuntos económicos en el Congreso de los Diputados. En todo este tiempo he adquirido mucha experiencia, mucho conocimiento, y quiero ponerlo al servicio de mi partido y de Cantabria. Voy a estar donde el partido crea que es mejor, pero respetando los tiempos y la voz de la militancia.
Ha hecho referencia a su labor en la Ejecutiva nacional del PSOE, que abandonó el pasado mes de noviembre tras el Congreso Federal de Sevilla. ¿Cómo vivió ese momento? ¿Lo consideró un tirón de orejas de Ferraz por impulsar una candidatura crítica con la actual dirección en un momento en el que no tocaba?
He sido ocho años miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, con el respaldo de nuestro secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue quien me pidió que formara parte, y creo que después de ocho años, lo normal en los partidos políticos es la renovación. Se abren y cierran etapas. Como estamos viendo ahora, por cierto, en la mayor parte de las direcciones territoriales del PSOE. Se están renovando la mayoría de los secretarios generales de las federaciones después de ocho años al frente y están dando paso a otros compañeros. Creo que estas diferentes etapas se tienen que vivir con normalidad y estoy agradecido por la confianza depositada en mí estos ocho años. Además, sigo teniendo la confianza del presidente del Gobierno, porque soy el portavoz parlamentario de un área tan importante como la de Economía en el Congreso de los Diputados.
Quiero que el PSOE sea la casa común de todos los progresistas de Cantabria
En Cantabria, hay una idea muy importante que transmitieron los militantes y creo que a veces se olvida: los militantes decidían en dos listas porque entendimos que es mejor que decidan los militantes a que decidan algunos, muy pocos, en un despacho. Sobre todo, cuando hemos iniciado un proceso de renovación dentro del partido y de toda la estructura territorial. Entendíamos que era mejor que decidiera la militancia y no la actual dirección. Eso fue lo que pasó, pero con mucha normalidad. Es más, lo estamos viendo. Las personas que forman parte de los cargos que se eligieron en Sevilla en el Congreso Federal, como es el caso de Javier Incera, está hoy apoyando nuestro proyecto político. La democracia interna tenemos que vivirla con más normalidad, las primarias son siempre buenas, cuando la mayoría vota lo que nosotros pensamos y cuando no. Cuando dimos ese primer paso, teníamos claro que se abría un nuevo tiempo en Cantabria. Si no, no estaríamos aquí hoy. Considerábamos que había que renovar el PSOE de Cantabria.
Habla de nuevos tiempos y de renovación dentro del Partido Socialista en Cantabria. ¿Es compatible encarnar un cambio y presentarse como alternativa cuando está al frente de la mayor agrupación del partido desde hace 12 años, ha formado parte de los órganos de dirección con distintas responsabilidades desde hace casi dos décadas y se presenta apoyado por esa 'vieja guardia' que contribuyó a desalojar en 2017? ¿Cómo se compatibiliza?
Los referentes históricos son eso: referentes históricos. Si el PSOE tiene algo es que es un partido con mucha historia y muchos proyectos compartidos. Yo soy de los que defienden con mucho orgullo la historia del PSOE. Ahora nos toca abrir un tiempo nuevo, con liderazgos nuevos, con caras nuevas, y por eso hay tanta gente joven que se ha sumado a nuestra candidatura. Por eso tenemos el apoyo mayoritario de las Juventudes Socialistas, por eso tenemos el apoyo de muchos concejales, concejalas y portavoces municipales jóvenes que están trabajando en sus ayuntamientos, y por eso tenemos el apoyo de los alcaldes y alcaldesas de los municipios más importantes que hoy en día gobierna el PSOE, con extraordinarios resultados electorales, como pueden ser Susana Herrán en Castro Urdiales o Javier Incera en Colindres. Este es un proyecto con mucha gente nueva, que quiere empezar una nueva etapa.
Los referentes históricos son eso: referentes históricos. Si el PSOE tiene algo es que es un partido con mucha historia y muchos proyectos compartidos
En el partido en Cantabria llevamos ocho años con la actual dirección y creo que es tiempo suficiente para saber si los proyectos pueden darse un impulso o no. Yo no he formado parte en estos ocho años de la Ejecutiva regional y creo que hay muchos compañeros que entienden que el proyecto que encabezo vuelve a ilusionar y a contar con muchos militantes para afrontar el futuro. Creo que es compatible que tengamos referentes históricos, que evidentemente no van a ser los protagonistas del tiempo que tenemos que vivir, pero debemos respetarlos. Yo me siento muy cómodo viendo que esos referentes nos apoyan. Una idea que me parece muy importante: desde que el 20 de octubre ganamos esa votación en primarias, hemos ido sumando a más gente a este proyecto. Entonces, Susana Herrán encabezó una lista que ganó, pero después se han sumado las dos exsecretarias generales del partido en Cantabria, se ha sumado gente muy reconocible, como la directora general de Atención a las Víctimas del Gobierno de España, Zoraida Hijosa; el diputado autonómico Mario Iglesias, las Juventudes Socialistas, alcaldes como el de Colindres, que no estaba... Cuando uno es capaz de sumar a tanta gente, creo que es porque una mayoría piensa que este es un proyecto integrador que quiere contar con todo el partido. Es una obsesión para mí acabar con 30 años de divisiones en el Partido Socialista de Cantabria, que es una realidad.
Después de las primarias toca celebrar un Congreso, formar una Ejecutiva y, a partir de ahí, hacer oposición, que es la tarea que tiene encomendada esta legislatura el PSOE. ¿Qué plan tiene para ejercer esa labor desde fuera del Parlamento de Cantabria, que sería el altavoz lógico para enfrentarse a las políticas del Gobierno de María José Sáenz de Buruaga?
Lo haré contando con todo el PSOE de Cantabria. Necesitamos todo el talento y la capacidad en esa tarea. Los ciudadanos nos situaron en la oposición, somos la tercera fuerza política en el Parlamento de Cantabria y, por tanto, tenemos que hacer una oposición contundente a un Partido Popular que vemos en estos dos años de legislatura cómo avanza en sus intenciones de privatizar servicios públicos en Educación o Sanidad, cómo deroga leyes como la de Memoria Histórica, cómo atenta contra nuestro patrimonio natural con la Ley del Suelo... Es un PP que no está escuchando las reivindicaciones de Cantabria. Tendremos que hacer una oposición seria y contundente, que hable de los problemas que hoy tiene esta tierra, que defienda lo público, pero también es importante que a la vez que hacemos eso, ofrezcamos un modelo de región, un modelo de futuro para Cantabria, que mostremos que el PSOE tiene alternativas en materia de vivienda, empleo, industria, sostenibilidad, en el refuerzo de nuestro estado de bienestar, que son competencias que tiene la comunidad y que nos exigen trabajar en un proyecto de futuro para Cantabria. Los próximos años serán los de hacer una oposición contundente al PP, pero también los de hacer propuestas para reconectar con mucha gente que hoy no vota al PSOE y quiere volver a confiar en el PSOE.