Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
A los círculos de Podemos
Se sabe que los programas políticos son, como decía Borges de la teología, una rama de la literatura fantástica. Aficionado al género, he leído el que han elaborado ustedes y llaman Documento final del programa colaborativo.
Está entre la carta a los Reyes Magos y el utopismo adolescente: prácticamente no hay cosa concebible que no se propongan ustedes garantizar, vivienda, trabajo, orgasmos simultáneos y carriles bici. Pura retórica, claro está. También nuestra Constitución garantiza el derecho al trabajo, si a eso vamos. Y más estrambótico todavía: el deber de trabajar.
¿Y cómo proponen conseguirlo? Pues así de sencillo: garantizándolo.
No he podido evitar detenerme, por ejemplo, en tres puntos:
El 1.12 propone nada menos que esto: el “derecho a una renta básica para todos y cada uno de los ciudadanos por el mero hecho de serlo y, como mínimo, del valor correspondiente al umbral de la pobreza”. Estamos hablando, por tanto, de unos 8.114 euros anuales para unos 46 millones de españoles. Eso supone, contando con los dedos, más de trescientos mil millones de euros anuales, lo que equivale a ¡un tercio del PIB de España!
¿Cómo se proponen conseguir esa pasta? Pues la mar de sencillo: “Financiación a través de una reforma progresiva del IRPF y de la lucha contra el fraude fiscal”. Sin ser economista, suena al clásico arbitrismo español que tanto se ha ridiculizado en nuestra literatura del Siglo de Oro.
Pero el asunto es un poco más estúpido: “Para todos y cada uno de los ciudadanos por el mero hecho de serlo”. Con un par. Sin condiciones. Gane lo que gane, todo español tiene derecho a ocho mil pavos extra. Por ser español. ¿Botín, ciudadano español, recibirá esa renta también, además de lo que se levanta cada año? A la familia real, compuesta por cuatro españoles, ¿pretende pagarle Podemos un poco más de 32.000 euros anuales extra? Amancio Ortega ¿recibirá sus ocho mil del ala por el mero hecho de ser español, con independencia de lo que ya gana explotando a asiáticos?
En el punto 2.11 en cambio proponen la “despatologización de todas las opciones sexuales e identidades de género no normativas”. Despato... ¿qué?
Al leer esto uno siente ganas de decir: lo que ustedes quieran, señores círculos, pero ¿tanto trabajo les cuesta hablar en castellano?
Pasemos por alto la palabreja. ¿Qué quiere decir esto? Conjeturo que pretenden que no se considere como patología ninguna opción sexual ni ninguna “identidad de género no normativa”. ¿Seguro? ¿Ni siquiera la zoofilía? ¿Ni el incesto? ¿Ni la necrofilia? ¿Ni siquiera la pedofilia?
Lo importante es que suene más moderno y liberador que nadie, pero ¿alguien ha pensado un poco antes de escribir esto? ¿Han encontrado algún médico psiquiatra que les asegure que las patologías sexuales sencillamente no existen, que no son más que otro invento de la casta?
Por último (y por no aburrir), ustedes proponen también, en el punto 3.10, un “control público encaminado a garantizar que los beneficios obtenidos por la difusión y distribución del arte nunca sean superiores a los del artista”
A mí, que soy novelista y librero, esto me resulta tan increíble que no me puedo tomar en serio lo que dicen. Como novelista obtengo un 10% del precio de venta de mis libros. ¿Están diciendo en serio que los distribuidores y libreros (juntos) no pueden ganar nunca más que el autor? Me parece estupendo, pero ¿saben lo cara que es la logística de distribución? Si consiguieran garantizar esto, me temo que, como novelista, no lograría que nadie en su sano juicio publicara mis libros. Mi arte, sencillamente, ni se difundiría ni se distribuiría. Si me dicen que mis novelas no se consideran arte y no me garantizan nada, entonces quizá les dé la razón, pero solo en mi caso particular, no en el de otros novelistas.
En resumidas cuentas, a esto se le suele llamar demagogia vacía (y peligrosa). Por eso creo que Podemos no es de izquierdas: no se puede ser de izquierdas y halagar de esta forma los oídos del votante evitando que piense o que haga cuentas, diciéndole lo que quiere oír y además garantizándole que está tirado de hacer.
La izquierda no escribe cartas a los Reyes Magos, porque no cree en ellos, sino en la transformación de la sociedad y en la planificación necesaria para lograr ese cambio sin necesidad de confiar en los Reyes Magos.
Por eso, mientras no lea un programa un poco más detallado y realista, seguiré pensando lo mismo: de buenas intenciones de voto a Podemos está empedrado el infierno de la victoria de la derecha.
Mi pregunta es: ¿van a hacer un esfuerzo para convencernos de que son de izquierdas y no círculos viciosos? Cuando tengan un programa realista, preciso y convicente (y escrito en castellano, a ser posible), seré el primero en celebrarlo.
Mientras tanto, habrá que votar a Izquierda Unida. Aunque sea con el espíritu de mi abuela, que solía decir al dar las buenas noches: “A falta de otro mejor, dormiré con mi marido”.